Siurana, un pequeño pueblo que se levanta a 740 metros de altura encima de un barranco, dominado por un castillo medieval y desde donde se disfrutan las vistas de la Sierra del Montsant, en Tarragona, es posiblemente uno de los pueblos más bonitos de España. Pero esto no significa que quiera figurar en una lista de los municipios con más encanto, más aún cuando ya reciben una buena dosis de visitantes que obliga a cerrar los accesos en muchos festivos.
Este núcleo, en el que viven entre 25 y 30 habitantes y cuenta con cinco bares y restaurantes y dos hoteles, fue sondeado este verano para postularse a entrar en la asociación ‘Los pueblos más bonitos de España’, que sirve para promocionar las localidades rurales con más encanto del país. Pero Salvador Salvadó, alcalde de Cornudella de Montsant, municipio del que depende Siurana –que administrativamente es una pedanía–, no lo vio claro. “No podemos masificar más la zona, porque la orografía es la que es y porque perjudica incluso al turismo de calidad”, afirma.
En conversación telefónica con elDiario.es, Salvadó (ERC) explica que recibió en verano la visita de un representante de la asociación, que les planteó que podían optar a formar parte de su entidad, que cuenta con un centenar de municipios. “Se presentaron al ayuntamiento, porque uno de ellos estaba esos días en Siurana, y nos trasladaron la propuesta”, relata el alcalde. Pero de momento, añade, no se lo plantean y han “aparcado” la idea al verle más perjuicios que beneficios.
Además de los visitantes por el indiscutible encanto del pueblo, se le suma a la presión de la zona el hecho de haberse convertido en una meca para la escalada. Anualmente visitan la zona 419.000 personas, un 53% de los cuales acceden al núcleo habitado. Según explica el alcalde, encargaron dos estudios sobre la capacidad de carga de la zona precisamente debido a la creciente masificación. Al ser un pueblo encaramado en la cima de un barranco, el espacio no da para más. Una de las conclusiones más obvias de ese informe es que los dos párkings que hay en el pueblo tienen capacidad para 200 vehículos.
En los festivos de mayor concurrencia, como los puentes o Semana Santa, el parking se llena. “Cuando esto ocurre, los Mossos d’Esquadra ponen un control en la carretera antes de llegar a Siurana [es una vía de montaña con muchas curvas] y dan la información de que no se puede subir. Algunos días se hacen colas de 15 minutos o media hora esperando a que bajen coches”, describe el alcalde de Cornudella.
“La masificación es un problema gordo, que afecta también al medio ambiente y al patrimonio, que no están preparados para según qué”, prosigue el edil, que además recalca que Siurana ya forma parte de la lista catalana Pobles amb Encant. Sus prioridades, añade, son ahora mismo que llegue el wifi e internet.
La entidad rechaza promover la masificación
Tras aparecer esta información en TV3, Salvadó es consciente de que quizás hay vecinos que sí pueden estar interesados en entrar en la asociación y aclara que, pese a que ellos no son partidarios, tampoco descartan abrir el debate y estudiarlo.
Con todo, aunque sí quisiesen entrar en la asociación, igual que están las catalanas Beget (Girona) y Bagergue (Lleida), u otros pueblos con encanto como Aínsa (Huesca), Albarracín (Teruel), La Alberca (Salamanca) o Urueña (Valladolid), no es tan sencillo. Desde ‘Los pueblos más bonitos de España’ precisan que para integrar esta entidad hay que aprobar la solicitud en el pleno municipal y cumplir una larga serie de requisitos, entre los que están tener el patrimonio natural y arquitectónico certificado, zonas verdes cuidadas, fachadas en buen estado de conservación o una notable actividad cultural. Para poner un ejemplo, el año pasado optó una veintena y entró solo una.
Desde la asociación explican que la reunión con el alcalde de la localidad fue más bien de carácter informal, al verle “potencial” al pueblo. Y rechazan con contundencia que ser considerado uno de ‘los pueblos más bonitos de España’ pueda acarrear problemas de masificación, puesto que defienden que precisamente trabajan para fomentar la “desestacionalización” del turismo. “Buscamos un turismo que ponga en valor el municipio los 365 días del año, con actividades para que un martes pueda abrir el restaurante del pueblo, y no solo los fines de semana”, apuntan fuentes de la entidad.