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Los Mossos d'Esquadra denunciaron por un delito de tráfico de drogas al joven que fue víctima de una agresión racista por parte de agentes del cuerpo después de que uno de ellos lo llamara “hijo de puta” o “negro de mierda”. El juez rechazó la denuncia de la policía autonómica y archivó el caso.
Según fuentes jurídicas, la denuncia se interpuso después de la agresión, que tuvo lugar en enero de 2019 en Sant Feliu Sasserra (Barcelona) mientras la policía autonómica ejecutaba una orden de desahucio en un piso del edificio donde la víctima residía.
El joven grabó con el teléfono móvil un audio en el que se oye a los agentes proferir insultos racistas como “tú eres un mono”. Uno de los mossos le pide que lo mire y le espeta: “¿Has visto alguna vez el demonio tan cerca? Soy lo más cerca que vas a ver el demonio”. Otro le amenaza con “hundirle la cara” si le “vuelve a tocar” y otro uniformado apostilla que no racista sino “ordenado”.
En un auto, al que ha tenido acceso eldiario.es, el juez de Manresa rechazó de plano la denuncia de los Mossos d'Esquadra al no “poderse identificar” la propiedad de las plantas halladas por los Mossos en el edificio. Una de ellas además no era “productiva”, en palabras del juez, que concluyó que la cantidad de marihuana que arrojaban las plantas incautadas en el edificio “seguramente estará destinada al autoconsumo”.
El instructor también ordenó a la policía autonómica destruir las plantas halladas en el edificio “sin que sea preciso realizar análisis de las mismas” al descartar cualquier actividad delictiva relacionada con las mismas.
Los que sí continúan investigados a partir de la denuncia del joven son seis agentes del área de recursos operativos de los Mossos d'Esquadra, la unidad que apoya a los antidisturbios, y que el día de la agresión ejecutaban el desahucio en el edificio de la víctima. Los seis están investigados por un delito contra la integridad moral y otro de lesiones. El parte médico de la víctima indica que no sufrió heridas de gravedad a consecuencia de la actuación policial.
Según las mismas fuentes, los seis agentes, además de acogerse a su derecho a no declarar sobre los hechos cuando fueron citados por el juez, tampoco han accedido a cotejar voluntariamente sus voces con la grabación aportada a la causa por la víctima. Al no reconocerse como autores de los insultos y vejaciones racistas, solo a través de una prueba pericial sería posible identificar con claridad las palabras e insultos que profirió cada uno de los agentes.
La polémica política alrededor del caso de los insultos racistas, que ha sumido a la policía catalana en una nueva crisis, ha continuado este martes. Más allá de las críticas de los partidos de la oposición, ERC, socio de Govern de JxCat, ha señalado a la conselleria que lidera el neoconvergente Miquel Buch por haber sacado de sus funciones a los agentes implicados solo después de que SOS Racisme hiciera pública la grabación y no hace más de un año, cuando sucedieron los hechos.
Pese a que el reglamento de régimen disciplinario de la Policía catalana permite a la conselleria de Interior suspender temporalmente de empleo y sueldo a los agentes mientras dura la investigación interna del cuerpo y la judicial, por el momento el departamento y el cuerpo de Mossos se han limitado a trasladar a los agentes a otras comisarías catalanas, donde continuarán trabajando pero con labores de oficina. No actuarán, de momento, en la calle.
Pocas horas después de que el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, calificara de “caso aislado” los insultos racistas, ERC ha contradicho al mando máximo de la policía catalana y ha asegurado que lo ocurrido no se puede describir de esta forma. Los republicanos también han tildado de “insuficiente” que se haya cambiado de destino a los agentes. El sindicato de mandos de los Mossos SICME, mayoritario en el cuerpo, ha replicado a los republicanos acusándoles de utilizar a la policía para sus “intereses electorales”. “Esperamos que ERC lidere el departamento de Interior para que nos iluminen con sus propuestas. Sean valientes”, han ironizado los mandos.
También JxCat ha pedido a la conselleria de Interior ser firme para “depurar actitudes racistas” en los Mossos y ha instado a Buch a ser más contundente. Por su lado, el Govern, en su reunión semanal del martes, no ha tratado el asunto de la agresión racista porque, según ha alegado la portavoz Mertixell Budó, el conseller Buch estaba declarando como investigado por el escolta de Puigdemont y no ha acudido al Consell Executiu.
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