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Tours virtuales por Barcelona para japoneses: “Nos ven desde su casa con el portátil”

Diego Sánchez

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“¡Arigato gozaimasu, muchas gracias!” Mayumi agradece al grupo de turistas japoneses virtuales su asistencia al tour online por Barcelona frente a la Sagrada Familia. Antes de empezar a hablar sobre la fachada de la Natividad, realiza la típica reverencia nipona ante el móvil con el que Mizuki la está grabando a través de la app de videoconferencia Zoom. “Yo utilizo un micrófono inalámbrico para las explicaciones y mi compañera me enfoca a mí y a los monumentos en directo con el teléfono móvil. Los clientes pueden hacerme preguntas”, señala Mayumi Hayashi, guía e intérprete japonesa residente en Barcelona. “Es como un tour presencial, pero online, los turistas japoneses nos ven desde sus casas a través de sus portátiles. Hoy nos siguen 70 empleados de una misma empresa”, resume Mizuki Ono, coordinadora en Barcelona de Mybus Europe.

Antes de la pandemia, cada día había grupos de hasta 40 japoneses deseosos de inmortalizar con sus cámaras de fotos lugares emblemáticos e icónicos de la ciudad como La Pedrera, el Park Güell o las angostas callejuelas del barrio Gòtic. Según datos del Ministerio de Industria, en 2019 visitaron España 686.091 japoneses y más de la mitad –unos 400.000– se dejaron caer por Barcelona. De hecho, el turismo proveniente del país nipón era uno de los más pujantes en Barcelona en el año previo al estallido de la crisis sanitaria. De enero a junio de 2019, creció un 30%, según fuentes de la conselleria de Industria de la Generalitat de Catalunya. “A los japoneses les encanta la arquitectura de Gaudí”, apostilla Mizuki.

Lejos del turismo low cost, que busca fiesta y playa y que no se rasca demasiado el bolsillo, el nipón es considerado un turista preferente en Barcelona. Tiene un elevado sentido del civismo –no molesta a los vecinos–, invierte su tiempo y dinero en conocer la cultura catalana, y le interesa la gastronomía y la moda de la ciudad. Cuenta con un alto poder adquisitivo, no en vano según las últimas estimaciones el gasto medio por persona rondaba los 471,9 euros, más del triple que cualquier otro turista internacional, según fuentes del Govern. Pero llegó la crisis sanitaria de la COVID-19 y dejaron de venir. En 2020, según datos también del Ministerio de Industria, la cifra de visitantes cayó hasta los 117.000. En comparación con el año anterior (2019), más de medio millón de japoneses se quedaron en sus casas con las maletas hechas y deseosos de visitar nuestro país.

Dos semanas de cuarentena de vuelta a Japón

Las perspectivas para el futuro no son demasiado halagüeñas. En los primeros ocho meses de 2021, el turismo internacional que ha visitado España tan solo representa una cuarta parte, en comparación con el mismo período de 2019. “Yo llevo sin hacer tours presenciales desde el primer estado de alarma, además para ellos es prácticamente imposible viajar fuera de Japón, porque cuando quieren volver tienen que hacer 14 días de cuarentena en sus casas”, reconoce Mayumi, antes de subirse al taxi con Mizuki, su cámara. “Después de la Sagrada Familia, hacemos una parada exprés delante de la Casa Batlló [edificio de la alta burguesía catalana reformado por Antoni Gaudí entre 1904 y 1906] y les enseñamos la preciosa fachada desde la ventanilla”, comenta Mizuki mientras trata de enfocar con el coche en marcha.

Hidenori Fukusawa es el director de la agencia de viajes Mybus Europe especializada en el turista oriental. Desde su despacho parisino asegura que empezaron a hacer tours virtuales en Londres, París, Berlín, Roma y Barcelona en octubre de 2020. Nunca antes se lo habían planteado, pero resultó ser la única forma para sobrevivir. “Antes traíamos unas 200.000 personas de Japón a Europa cada año, pero ahora no hay turistas, este 2021 tan sólo han venido unos diez viajeros”. Fukusawa confiesa que no se trata de un problema de la sanidad española porque el ejecutivo de Pedro Sánchez permite la entrada al país de los turistas japoneses. “Cuando ellos vuelven a Japón, necesitan realizar una cuarentena y además reportar cuál ha sido su actividad en los últimos siete días, por eso es difícil que sigan viajando. Además, mis compatriotas normalmente solo tienen una semana de vacaciones, no es como los europeos, que tenéis dos o tres, o incluso cuatro semanas para viajar”, resume Fukusawa.

El sistema es sencillo. Cada viernes se ofertan tours online en la página web de la agencia por diferentes capitales europeas. Cada tour virtual de una hora sale por unos 1.300 yenes japoneses –unos 10 euros al cambio–, y los turistas virtuales tan solo deben esperar ante sus pantallas a que les den acceso a la videoconferencia en vivo desde los lugares más representativos de la vieja Europa. En el poco más de un año que lleva en funcionamiento este sistema, unos 15.000 japoneses han podido ver desde sus salas de estar Trafalgar Square, el Coliseo, la Torre Eiffel o la plaza de la Catedral de Barcelona. Y parece que esta modalidad de turismo digital ha llegado para quedarse. “Quizá en 2022 sea complicado recuperar el número de turistas, y en 2024 no lo sé, se necesita tiempo para recuperar la confianza”, pronostica apesadumbrado Hidenori, de Mybus Europe.

El tour online da oxígeno a los turistas japoneses

 “¡Caga Tió!”, exclama Mayumi, haciendo ademán de pegar con un palo invisible los tradicionales troncos de madera con cara y barretina en uno de los típicos puestos del mercado de Navidad de Santa Llúcia. Por su parte, Mizuki no pierde detalle y realiza todo tipo de planos, móvil en mano. Los paseantes y turistas no saben si se trata de una youtuber reconocida o de una influencer famosa con miles de followers. “Mira, ahora están preguntándome si no hay ningún tipo de restricciones de aforos en el mercado por la COVID-19”, señala Mayumi. Cambia al japonés y explica que a pesar del aumento de los contagios y de la incidencia, en España de momento no han vuelto a imponer medidas más allá de la mascarilla y la distancia social. Los turistas que se han conectado al tour pueden intervenir siempre que quieran. “Lo que más preguntan es dónde ir a comer cuando al fin puedan viajar a España”, resume Mizuki.  

“Sayōnara, dōmo arigatōgozaimashita”, vuelve la reverencia pero esta vez para finalizar el trayecto frente a la puerta de Sant Iu de la Catedral de Barcelona. Es la hora de leer las valoraciones y los comentarios que han dejado los clientes de este tour online. “¡Bien preparado, una hora pasó volando!”. “¡Fue un online tour pero tuve la sensación como si realmente estuviera caminando por ahí!”. “Me ha encantado ver muchas tiendas bonitas mientras la guía caminaba, disfruté mucho del ambiente de Barcelona”. “Gracias por un recorrido tan agradable, estaba destinado a ir allí el año pasado, pero debido a la pandemia no pude ir, y estaba triste por eso. Después de ver este tour he pensado en volver a intentarlo”. No es el único, son muchos los que después de probarlo se quedan con las ganas de coger un avión y visitar la ciudad. Ya no queda nadie conectado y Mizuki cierra la sesión de Zoom. Las dos guías están contentas con las reseñas y se despiden hasta el próximo bolo. “A pesar de que no hay tantos casos de COVID-19 como aquí, en Japón la gente es demasiado responsable, no sale de casa. Apuntándose a estos tours virtuales se sienten un poco más libres”, remacha Mayumi.