¿Quién manda en la administración pública catalana, los hombres o las mujeres? Claramente ellos. A pesar de que hay más mujeres que hombres trabajando en el sector público, sólo un 32% de los órganos superiores, altos cargos o directivos están ocupados por ellas, y casi un 70% los ocupan ellos.
En total, según el Banco de Datos del departamento de Gobernación, Administraciones Públicas i Vivienda de la Generalitat, y tomando como fecha los datos de 1 de enero de 2016, hay 55 mujeres en órganos superiores y altos cargos, frente a 105 hombres que ocupan estos cargos. A la vez, sólo 331 mujeres están al frente de otros puestos directivos, en cambio hay 713 directivos públicos hombres. Los datos hacen referencia al total de personas que trabajan en la administración pública catalana, tanto los que lo hacen directamente para la Generalitat, como los que trabajan para otros sectores públicos, como en las universidades o en la administración local.
La razón de la infrarepresentación de las mujeres en los puestos directivos no es precisamente la falta de personal femenino ya que las mujeres suponen un 60% del total de la plantilla del sector público catalán. En conjunto, trabajan en la administración más de 300.000 personas: 190.000 son mujeres y el resto hombres. En resumen, ellas representan más de un 60% del total de trabajadores pero sólo un 30% de los puestos de dirección.
Con todo, la situación ha mejorado desde 2004 (año para el que se ofrecen los datos más antiguos), cuando sólo el 23% de los directivos y altos cargos los ocupaban mujeres. Aun así la situación está lejos de ser igualitaria, tal y como prevé la ley de Igualdad aprobada el año pasado en el Parlament.
Un ejemplo claro de esta falta de paridad se encuentra entre los miembros del Govern de Carles Puigdemont. Al frente él, un hombre, un cargo que hasta al momento no ha ocupado ninguna mujer. De él dependen los consellers, 13 en total. Sólo 5 son mujeres y el resto, 8, son hombres, lo que supone que un 36% de los miembros del Govern son mujeres.
¿Por qué no llegan a los puestos más altos de poder?
“Las mujeres a pesar de que tengan formación y experiencia siempre tienen que demostrar mucho más que los hombres para acceder a estos órganos de poder”, afirma la diputada del PSC, Marta Moreta.
Para ello, según esta diputada, es imprescindible desplegar la ley 17/2015 para la igualdad de género que aprobó el Parlament catalán el año pasado. Esta ley prevé cosas como la elaboración de una norma sobre la inclusión de cláusulas relacionadas con la igualdad para los contratos y subvenciones públicas o analizar los puestos de trabajo públicos para ver si se cumple el principio de igualdad. No obstante, el Tribunal Constitucional (TC) suspendió en mayo algunos puntos de la ley de forma cautelar, al atender el recurso del Gobierno que consideraba que invadía competencias estatales.
A pesar de esto, Moreta asegura que del total de puntos que incluye la ley más de 50 se podrían llevar a cabo a pesar de la resolución del TC, pero según ella no se está haciendo casi nada por falta de “voluntad política”.
Sin embargo, la vicepresidenta y portavoz del Govern, Neus Munté, aseguró durante una intervención parlamentaria en julio en respuesta a Moreta que el Govern mantiene su compromiso de desplegar toda la ley de Igualdad pese a la suspensión de artículos por parte del TC.
Más mujeres trabajando pero pocas dirigiendo
La poca presencia de mujeres es similar si se analiza tan sólo la administración de la la Generalitat, que no incluye las universidades ni el mundo local. En junio de este año, 247 personas estaban al frente de órganos superiores y altos cargos y otros directivos y sólo 92 eran mujeres, a pesar de que de las 160.000 personas que trabajan directamente para la Generalitat, 106.000 son mujeres y sólo 54.000 son hombres. Es decir, sólo el 37% de mujeres ocupa cargos superiores, aunque ellas representan casi el 70% de la plantilla total.
¿Y qué pasa a nivel comarcal? La situación aún es mucho peor. En Catalunya hay 40 demarcaciones comarcales. En 29 de los consejos comarcales no hay ninguna mujer al frente, cuando además se trata de organismos que suelen tener más de una persona a la dirección. De las 57 personas que ocupan cargos directivos en los consejos comarcales, sólo 14 son mujeres. Es decir, sólo el 24% de los puestos más altos los ocupan ellas. Y una vez más, la falta de mujeres no es precisamente el problema, puesto que ellas representan casi el 70% de la plantilla.
Las diputaciones no son tampoco el mejor ejemplo de paridad. De las cuatro que hay en Catalunya sólo una está presidida por una mujer: Mercè Conesa, que es presidenta de la Diputació de Barcelona. Es de hecho el gobierno provincial con más paridad de los cuatro. En Tarragona el presidente es un hombre, Josep Poblet i Tous, y su vicepresidente también es hombre. En Lleida el presidente es un hombre, aunque cuenta con dos vicepresidentas y dos vicepresidentes. Por último en Girona no hay ninguna mujer que ocupe el cargo de presidenta o vicepresidenta de este órgano.
Aunque la diferencia sea menor, lo mismo pasa con uno de los entes más importantes de la Generalitat, l'Insitut Català de la Salut (ICS), el proveedor sanitario 100% público. Este organismo cuenta con 45 directivos, de los cuales 26 son hombres y 19 mujeres.