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La Syriza catalana se mueve pero necesita a los movimientos sociales

Sin movimientos sociales no se cumplirá el sueño de la Syriza catalana. Los movimientos sociales representan la regeneración democrática que todos los partidos defienden (y temen) y representan también el vínculo entre la política y la ciudadanía que los partidos hace tiempo que han perdido de vista. Y también son los que ayer, en el debate organizado por la fundación Nous Horitzons, vinculada a ICV, estaban menos representados.

Quizás por ese motivo, todos los ponentes insistieron en alabar su importancia y en destacar la necesidad de pasar página a los viejos recelos mutuos. Los partidos políticos pierden militantes y simpatías y los movimientos sociales, como la PAH, despiertan ilusión y consiguen resultados palpables y evidentes que permiten cambiar leyes y evitar que muchas personas se queden en la calle.

“Se han ganado terrenos”, dijo el filósofo Josep Ramoneda, uno de los ponentes más escépticos sobre las posibilidades de constituir a medio plazo un proyecto de izquierdas que sea una verdadera alternativa de Gobierno. “Hemos recuperado la política -dijo Ramoneda- y lo tenemos que agradecer a los movimientos sociales. Los partidos políticos los ven como una amenaza, porque quieren defender su oligopolio. Es por eso que los acusan de ser antipolíticos”.

El diputado del PSC y líder de la corriente 'Avancem', Joan Ignasi Elena, lo dejó claro: “Sin la complicidad y el compromiso de los movimientos sociales es imposible generar esta alternativa”, aunque añadió que también son necesarias las formaciones políticas. El coordinador de EUiA y diputado en el Congreso, Joan Josep Nuet, afirmó que este debate debe ser del pasado y aseguró que los movimientos sociales “se han dado cuenta que necesitan la política” y los partidos políticos han entendido “que necesitan la sociedad”.

En la mesa estaba también Laura Pinyol (CCOO), Ignasi Llorente (ex ERC), Gemma Galdon (profesora de la UB), Gerardo Pisarello (Observatorio de los Derechos Económicos Sociales y Culturales) y Dolors Camats (ICV), que hacía de moderadora. Itziar González, que estaba invitada, no pudo participar. Entre el público, había entre muchos otros Joan Herrera y Laia Ortiz (ICV), Jaume Collboni, Laia Bonet y Jordi Martí (PSC). Algunas intervenciones del público insistieron en la importancia del vínculo entre el proyecto y los movimientos sociales, hasta el punto de que Camats respondió: “Quizás la próxima vez tenemos que invitar más siglas y más partidos y movimientos y plataformas. Esto era un ensayo”. Algunos miembros de movimientos sociales sí fueron invitados pero no pudieron asistir.

La pregunta que debían responder los invitados es si las izquierdas están yendo hacia un proceso constituyente. La respuesta de todos fue que sí. Y que hay urgencia, aunque que debe hacerse poco a poco. El debate fue rico e interesante, y se habló de los efectos de la “mercantilización” y del “neocapitalismo” que ha predominado en Europa durante las últimas décadas. Pero también se pudieron escuchar algunas propuestas más concretas. Elena sostuvo que el camino debe recorrerse “manteniendo los partidos políticos pero compartiendo previamente un programa político”, una idea que coincide con la que hace semanas adelantó Nuet en eldiario.es. De nuevo, el líder de EUiA, recordó los 21 puntos programáticos que propuso Syriza al resto de formaciones y movimientos antes de presentarse a las elecciones. Este es el camino que, ahora mismo, parece que seguirá también el proyecto que las izquierdas quieren poner en marcha desde Cataluña. Según explicó Nuet eldiario.es, habría celebrar un congreso antes del verano para decidir los puntos. Además de los movimientos sociales, los partidos que deberían formar este proyecto son ERC, ICV, EUiA, la CUP y la corriente interna del PSC Avacem. Estos últimos también organizaron hace tres meses un acto en favor de este nuevo proyecto, en el que tampoco había gran representación de los movimientos sociales.

Camats alertó que uno de los mayores riesgos es que las diferentes formaciones de izquierdas consideran que es su momento y que en unas elecciones podrían conseguir más diputados sin grandes esfuerzos. “¿Y qué cambia si conseguimos tres diputados más?”, preguntó. Esta lógica afecta a todas las formaciones, pero especialmente a ERC ya la CUP, que tienen una clara línea ascendente.

Entre el público, el primer secretario de ICV, Joan Herrera, advirtió que “hay urgencia” para poner en marcha esta nueva iniciativa, ya que los recortes sociales están provocando uno descalabro y apuntó que los principales ejes deberían ser “el derecho a decidir, la derrota del capitalismo salvaje y la nueva política”. Ramoneda puso un poco de agua al vino: “Estoy seguro de que todavía no se dan las condiciones necesarias porque los instrumentos políticos están muy averiados y se deben reparar antes de dar un paso adelante”.

Medios de comunicación

Uno de los debates que se abrió fue el de la necesidad de contar con medios de comunicación comprometidos, que se impliquen en esta iniciativa. Ramoneda dijo que se trata de un tema muy importante, ya que los medios “están viviendo una crisis conceptual brutal y no saben cómo deben ser como empresa ni como proyecto”. Gemma Galdon dijo que cambiar la clase política es difícil, pero apostar por medios comprometidos está en manos de las personas, y puso como ejemplos la revista Mongolia, MásPúblico (ahora La Marea) y eldiario.es. “Tenemos que empezar a hacer las cosas nosotros mismos”, dijo.