En febrero de 2022, el Departament de Educación anunció diversos cambios que afectarían al curso escolar del año siguiente. Cambray despertó las protestas de los docentes desplegando un nuevo currículum y avanzando el curso una semana. Esta noticia provocó que los maestros, que también piden revertir los recortes y estabilizar la plantilla, diseñaran un calendario que salpicaría de huelgas el tercer trimestre.
Así, en marzo se organizó una huelga de cinco días (15, 16, 17 y 29) para protestar contra las decisiones del Govern, a la que se sumó otro paro, el día 23, en contra de la sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, que obligaba a aplicar un 25% de castellano en las aulas. Además de estos días, el sector de la educación convocó huelgas también para los días 17 y 25 de mayo, y 2 y 9 de junio.
Casi se han celebrado casi una decena de jornadas de huelga en cuatro meses, que han tenido un seguimiento desigual y decreciente. Así, en marzo el 14,3% de docentes se sumaron al paro (con cifras oscilantes entre el 33% y el 6,4% dependiendo del día). Estos números fueron en descenso, llegando al 6% en la huelga del 25 de mayo y bajando hasta el 2% en la del 2 de junio.
En esta última jornada del curso, los docentes han remontado un poco la tendencia, pero a penas han llegado a un 3,4% de seguimiento, según datos del Departament de Eduación. La manifestación que se ha organizado en Barcelona tampoco ha contado con mucha asistencia, reuniendo a menos de 1.000 personas y quedándose lejos de las 3.000 que lograron convocar los docentes en los paros de marzo.
Los sindicatos convocantes (USTEC, CCOO, UGT, Intersindical, Aspepc, CGT y USOC) reconocen la poca afluencia de estas últimas huelgas y la relacionan al “esfuerzo que comporta organizar un paro”, pero avisan que el malestar continúa presente y que el curso que viene “no empezará con normalidad”, según ha afirmado la portavoz de USTEC, Iolanda Segura, amenazando así con un nuevo calendario de huelgas de cara a otoño.
Negociaciones infructuosas
La última jornada de huelga estuvo a punto de suspenderse, debido a la reunión que mantuvieron los dirigentes del Departament con el comité de huelga, el pasado miércoles. Pero estas negociaciones fueron infructuosas debido a que las propuestas del Govern fueron consideradas “insuficientes” por parte de los sindicatos.
Cambray planteó reducir una hora lectiva tanto en primaria como en secundaria de cara a 2023. Este recorte horario es del agrado de los docentes, pero reclaman que se haga efectivo en el curso que viene. Desde USTEC se afirma que “[el Departament de] Educación no tiene voluntad de diálogo”. Por su parte, la secretaria de Transformación Educativa del Departament de Educación, Núria Mora, ha respondido que habrá nuevas propuestas “siempre que” los docentes vuelvan a la mesa de negociación.
En declaraciones a TV3, Mora también ha respondido a USTEC, reclamando un inicio de curso “con normalidad” y ha asegurado que el avance de curso al 5 de setiembre es una decisión “inamovible”.