La Universitat de Barcelona (UB) abrió una investigación hace tres meses, tras la muerte de un científico que trabajaba con muestras de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, un trastorno cerebral poco habitual, en un laboratorio del centro universitario. Lo ha avanzado 'El País' y lo han confirmado fuentes de la UB a elDiario.es.
La investigación de la UB se centra en las miles de muestras no autorizadas que habría encontrado en un congelador del laboratorio donde trabajaba la víctima y con las cuales podría haber tenido contacto. Según el rotativo, el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y el consorcio público CIBER, instituciones de las cuales el bioquímico era miembro, también se habrían sumado en la investigación.
De acuerdo con ‘El País’, el bioquímico empezó a trabajar en Barcelona en 2018 y desarrolló síntomas compatibles con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Esta es una patología neurodegenerativa que se incuba en silencio durante años. Cuando aparecen los primeros síntomas, demencia y rigidez muscular, puede provocar la muerte en menos de seis meses.
El periódico indica que la muerte del investigador ha generado gran inquietud entre el resto de científicos del centro por miedo a haberse contagiado.
El bioquímico trabajaba como investigador principal en la UB desde 2018 y habría pedido la baja en noviembre de 2020. El científico, que falleció con 45 años, pidió a sus colegas privacidad y ocultó su diagnóstico.
En un comunicado emitido este jueves por la mañana, el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge ha explicado que el laboratorio fue clausurado “unas horas después” de ser notificados sobre la existencia de esas muestras y fue descontaminado al cabo de cuatro semanas por una empresa especializada.
También añaden en el comunicado que el Campus “no dispone de instalaciones necesarias para desarrollar experimentos con muestras priónicas y que el comité de seguridad del IDIBELL nunca ha autorizado ningún estudio con estas”.