“Que Vox nos llame 'estercolero multicultural' sí es delito de odio”. Tras una semana de juicio, los ocho vecinos del Raval acusados por Vox por una protesta contra la comitiva que visitó el barrio tras llamarle “estercolero multicultural” han declarado en el juicio. Sus alegatos han servido no solo para desmentir cualquier tipo de acto violento en la manifestación, sino también para realizar una defensa de la diversidad del barrio ante los ataques de la extrema derecha, de los que este juicio es solo un capítulo más, según los acusados.
Ante la sección 7ª de la Audiencia de Barcelona se ha celebrado este lunes la penúltima sesión del juicio contra ocho vecinos del Raval a los que el partido de extrema derecha pide hasta seis años de cárcel por la protesta, que ocurrió en septiembre del año 2020 una semana después de que la diputada Rocío de Meer insultara al barrio, en una campaña del partido pensada para atacar a los barrios más humildes para intentar ganar votos.
El banquillo de los acusados es una representación de la pluralidad social del barrio, que los propios vecinos han relatado ante el tribunal. “La protesta era una expresión de la esencia del Raval: un barrio de migraciones, diverso y que se sintió insultado”, ha explicado uno de los acusados. “Había personas negras, abuelas, nietas, personas trans, una composición del barrio”, ha explicado otro de los procesados.
“Somos un barrio digno y diverso, y un barrio digno se merece respeto y que no le insulten”, ha apostillado otro acusado, el portavoz de la plataforma Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (UCFR), David Karvala, quien ha explicado que su único lanzamiento a la comitiva de Vox fue el de una serpentina. Tras 45 años de asistencia y organización de manifestaciones, ha agregado Karvala, la protesta contra Vox es la única que le ha llevado al banquillo de los acusados.
Ninguno de los acusados fue identificado por la policía, según su versión, en el momento de los hechos, sino que fueron denunciados posteriormente por los diputados de la extrema derecha Rocío de Meer e Ignacio Garriga y por su entonces asesor y actual diputado en la provincia de Barcelona Jordi de la Fuente, un conocido neonazi catalán que espera juicio por un intento de asalto a un centro de menores.
“Creo que De la Fuente ya me conocía a mí”, ha relatado Karvala, que ha recordado al tribunal que participó en las protestas vecinales años atrás contra el casal neonazi Tramuntana y contra la campaña de la extrema derecha contra una mezquita en Nou Barris. En ambas acciones, ha agregado, estaba De la Fuente. “Me acusan por ser de Unitat contra el Feixisme, pero creo que esto no es delito”, ha añadido.
Pese a su conocida militancia pacifista y antifascista, Karvala y el resto de acusados fueron objeto de informes sobre su supuesta “polarización ideológica” por parte de los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional. La semana pasada, durante el juicio, el sargento de la policía catalana al mando de los documentos admitió que investigaron si los vecinos habían ido a más protestas antifascistas, lo que sirve a las defensas del caso para remarcar el sesgo ideológico de la investigación.
Otros dos acusados además han negado que asistieran a la protesta porque en ese momento se encontraban en Amposta (Tarragona) y Toulouse (Francia), pese a lo cual han terminado en el banquillo. El resto de la sesión de este lunes ha servido para visionar los vídeos de la protesta. En las imágenes se aprecia que parte de la manifestación de unas 40 personas increpó a la comitiva de Vox, que entró en un hotel, sin que en los vídeos se aprecien agresiones físicas contra Garriga o De Meer.
Es más, los vídeos muestran que la marcha llegó a cortar pocos minutos el tráfico de la calle, pues se situó rápidamente en la acera contraria al hotel. Por la calle incluso pasaban turistas y vecinos, incluidos menores en patinete, según se ha visto en las imágenes, que desmienten el ambiente de gran tensión y peligro descrito por los diputados de Vox. El juicio quedará visto para sentencia este martes.