Cómo vamos a extinguirnos
La idea del Fin del Mundo está presente en la mayoría de las religiones y mitologías de la historia. Ya sabéis, el mundo se acaba, los buenos van al cielo, los malos al infierno, o que el mundo acaba pero renace de otro modo. Sin embargo la extinción, el que los humanos desaparezcamos y el mundo siga adelante, es una idea bastante nueva.
El primer libro donde aparece este concepto es “Le dernier homme”, el último hombre, Jean-Baptiste Cousin de Grainville, publicado en 1805, en el que la humanidad se extingue por infertilidad. Un poco más tarde, Mary Shelley, la autora de Frankenstein escribe “The Last Man”, la misma idea, pero en el que nos extinguimos debido a (atención) una pandemia.
Pero, ¿qué probabilidades hay de que la humanidad exista para siempre? Más bien pocas. El 99,9% de las especies de seres vivos de la Tierra se han extinguido en algún momento. Estamos atravesando la sexta extinción masiva en la historia del planeta Tierra. Las especies desaparecen a un ritmo miles de veces más rápido que lo normal.
Nosotros no somos diferentes. La pregunta no es si nos extinguiremos, sino cómo. Estas son algunas posibilidades, llamadas riesgos existenciales:
- Guerra nuclear: daba mucho miedo en los años 80, pero mientras haya bombas atómicas siempre es una posibilidad.
- Pandemia: el coronavirus mata a 3 personas de cada 100, y ha paralizado el planeta, solo hay que imaginarse que pasaría con un virus más mortal.
- Erupción volcánica: una erupción suficientemente grande provocaría un invierno volcánico, en el que la mayor parte de las plantas morirían, y con ellas, nosotros.
- Colisión con un asteroide: los dinosaurios eran los amos del planeta hace 70 millones de años, hasta que les cayó el meteorito.
- Inteligencia artificial: máquinas cuya inteligencia avanza exponencialmente, consideran a los humanos peligrosos o irrelevantes, y nos eliminan.
- Cambio climático: no se trata de la subida de la temperatura, sino las consecuencias: escasez de agua, cosechas perdidas, hambre, migraciones masivas, guerras y desastres naturales.
La humanidad es mucho más frágil de lo que parece. SI la población mundial se quedara reducida a unos pocos cientos de personas, es poco probable que sobreviviéramos.
Poco podemos hacer contra un asteroide o un volcán, pero según los científicos estos son los escenarios menos probables. Es mucho más probable que la humanidad desaparezca por omnicidio: matarnos a nosotros mismos como especie.
Hay cosas que sí podemos controlar: evitar el cambio climático, cuidar de los recursos naturales y aumentar la cooperación entre las personas.
Seguramente no podemos evitar nuestra extinción, pero al menos podemos retrasarla.
* Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo editado por Oberon.
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