Inglaterra, hace 200 años. Los luditas, trabajadores textiles, se organizan para destruir las máquinas que les están quitando el trabajo. Son unos telares que hacen el trabajo de varios trabajadores y que cualquiera sin calificación puede manejar.
La rebelión de los luditas fue aplastada, y el resto es historia. Hoy en día hay más de dos millones de robots industriales en el mundo. Aunque aún es necesaria la intervención de operarios, los robots industriales ya hacen muchas tareas sin supervisión humana.
Hay robots conserje en los hoteles de Japón, robots que buscan los pedidos en los almacenes de Amazon. Flippy es un robot cocinero que hace hamburguesas y patatas fritas mejor que cualquier empleado humano. ¿Tienes una Roomba? Tu suelo lo está limpiando un robot con inteligencia artificial.
Pero la revolución va mucho más allá.
En Phoenix, Arizona, la empresa Waymo tiene taxis autónomos. Hay un conductor, pero no toca el volante. De momento solo está ahí por si pasa algo.
¿Te subirías a un avión autónomo? En realidad se calcula que los pilotos están a los mandos solo entre tres y seis minutos, el piloto automático se ocupa del 90% del vuelo. Muchos aviones comerciales ya pueden aterrizar solos. Airbus dispone de un prototipo de taxi aéreo sin piloto. Es cuestión de unos pocos años.
Si tú no trabajas en una fábrica ni en transporte, puedes pensar que tu trabajo está seguro, ¿verdad? Pues quizá no.
Hay otras muchas profesiones en el punto de mira, incluyendo la mía. En enero de este año el periódico The Guardian publicó su primer artículo escrito por una inteligencia artificial. La web de noticias de Yahoo o la agencia AP utilizan un programa de inteligencia artificial para escribir las noticias de deportes o finanzas.
Hace dos años, una inteligencia artificial se presentó como candidata a la alcaldía de la ciudad de Tama, en Japón, a cargo de unos vecinos, y consiguió varios miles de votos.
Una página llamada “Will Robots Take My Job” calcula la probabilidad de que tu trabajo sea remplazado por robots en las próximas dos décadas. Estos son algunos resultados:
- Si eres teleoperador, hay un 98% de probabilidades de que un robot te quite el trabajo.
- Contable, 98% de probabilidades
- Taxista, 89%
- Bibliotecario, 65%
- Masajista, 54%
Los trabajos más seguros para las personas son, por ejemplo
- Los jueces, con un 40% de riesgo de ser reemplazados
- Auxiliares de vuelo, 35%
- Enterradores, 20%
- Cocineros, 10%
- Curas, 0,81%
La pregunta no es si un robot será capaz de hacer tu trabajo mejor que tú, sino de cuándo va a ocurrir. Hay quien dice que estamos a siglos de que los robots estén a nuestra altura. Si has hablado últimamente con un sistema automático atención al cliente sabes que hoy en día las inteligencias artificiales no son muy inteligentes. Pero la capacidad de las máquinas se duplica cada pocos meses. Esto es un cambio exponencial. Puede llegar mucho antes de lo que pensamos.
En un estudio conjunto de las universidades de Oxford y Yale se consultó a cientos de expertos en inteligencia artificial para que hicieran una predicción. La pregunta es ¿Cuándo será una máquina capaz de hacer el mismo trabajo mejor que un humano por sí sola? Pues depende del trabajo:
- En 2022 los robots serán mejores doblando la ropa limpia
- En 2024 nos habrán superado como traductores de idiomas
- En 2026 serán capaces de escribir un trabajo del instituto
- En 2027, podrán conducir un camión
- En 2040 serán capaces de escribir una novela
- En 2053 harán operaciones de cirugía mejor que un médico humano
- En 2059 serán capaces de investigar en matemáticas y ciencia
- En 2060, las inteligencias artificiales podrán hacer todo lo que hace un ser humano.
Esto no es necesariamente malo. Hoy en día, la mayor parte de los robots están reemplazando a los seres humanos en tareas repetitivas, peligrosas, aburridas y de poco valor añadido, desde apretar tuercas hasta arar campos o llevar la contabilidad.
Pero ¿qué hacer con todos esos seres humanos desempleados? ¿Y qué hacer con toda la riqueza generada por los robots? Un posible escenario es que las máquinas sigan siendo propiedad de la minoría que controla el capital. Los robots los harán mucho más ricos, y al resto mucho más pobres.
Hay otra posibilidad: que esa riqueza se distribuya incondicionalmente entre toda la población. Que los robots ayuden a implantar una renta básica universal.
Pero de eso tendremos que hablar otro día.