Ángel Fenoll, el capo de las basuras
Sin respiro. No hay semana que no se acumulen las malas noticias para el PP valenciano, ya sea por el desplante de los empresarios que ven al PSPV-PSOE como un interlocutor más válido para sus reivindicaciones o por los casos de corrupción que convierten el País Valenciano en un fango de corrupción permanente.
Está semana, precisamente, el PP ha tenido una ración quíntuple. La condena del “cacique” Carlos Fabra a 4 años de cárcel por parte del Tribunal Supremo –aunque ha sido recurrida al TC- , la providencia al ex alcalde de Torrevieja, Pedro Hernández Mateo, para que entre en prisión, la investigación de Anticorrupción al presidente de las Corts Valencianas, Juan Cotino, por las presuntas adjudicaciones a residencias de su familia y el cierre de la pieza cinco de la trama Gürtel, que se ha saldado con el procesamiento de un diputado del PP y tres ex consellers, han ocupado los focos de los medios de comunicación.
Pero, otra condena también ha afectado el PPCV, aunque no ha tenido tanta transcendencia en los medios. Es la condena por parte del juzgado de lo Penal número 3 de Orihuela al empresario Ángel Fenoll a 35 años de cárcel, auténtico factótum de la política oriolana, cabecilla de la trama ‘Brugal’, magnate del negocio de la basura y uno de los empresarios más importantes de la provincia de Alicante junto con el omnipresente Enrique Ortiz. Una sentencia que parece poner fin al arquitecto de la política de Orihuela.
El emperador de la Vega Baja
Fenoll fue el emperador la Vega Baja. Natural de Múrcia, la política en la capital de la comarca situada más al sur de la provincia de Alicante no se puede explicar en las últimas décadas sin hablar de Fenoqui, nombre con el que se conoce de forma coloquial. Propietario de la mercantil Colsur SL construyó un auténtico imperio basado en el negocio de la basura a base de extorsiones y sobornos, según las afirmaciones sostenidas por la policía y la Fiscalía Anticorrupción en el sumario del caso Brugal.
La relación entre el empresario y la ciudad alicantina empieza en 1988, cuando consigue la adjudicación a dedo del negocio de la basura. Para evitar problemas, tirará de pillería y situará el vertedero en una parcela situada al límite entre el País Valenciano y Murcia, en la localidad de Abanilla. Una ubicación estratégica que ha causado problemas para pedir licencias al no saber si era competencia del gobierno valenciano o el murciano.
Su vinculación con el PP comienza a fraguarse bien pronto. Es condenado por tenencia ilícita de armas, estafa al seguro y por delito electoral. Por este último, se le condena a un año y medio de prisión, aunque finalmente se libra de la cárcel. ¿La irregularidad? Comprar votos para el PP por cinco mil pesetas (30 euros) en las municipales de 1991.
La afinidad al PPCV se hace patente cuando ayuda al ex alcalde Luis Fernando Cartagena a fabricar facturas falsas con las que esconder 48.000 euros donados por parte de las monjas para obras de servicio social y que Cartagena guardó en el piano del ayuntamiento de Orihuela sin ser destinados nunca a fines sociales, sino para su beneficio y el del PP.
No obstante, su afinidad al PPCV no le es problema para ayudar a otros partidos si lo cree conveniente. Fenoll, según el libro Tierra de Saqueo, ayudó a Francisco García Ortuño, anterior líder del PSPV-PSOE de Orihuela entre 2003 y 2007, en su nueva etapa como candidato del Partido Social Demócrata, una marca impulsada por el condenado por corrupción Rafael Blasco, para quitarle votos al PSOE.
Su sombra es omnipresente en la política de la Vega Baja. Precisamente, sus intentos por evitar que su ex socio José Alcantara vendiera su mercantil a Ferrovial, propició una escisión en el PP y dio lugar a una nueva formación denominada Centro Liberal. Una venta que no se produjo, ya que la otra parte de Colsur era propiedad de la mujer de José Alcantara y Fenoll forzó la ruptura del matrimonio para evitar la adquisición de su empresa.
Pero, el episodio que más transcendencia tuvo fue su apoyo a Mónica Llorente, hija de uno de sus padres políticos en Orihuela, Manuel Llorente. El alcalde del PP, Juan José Medina condenado por prevaricación en 2013 y distanciado de Fenoll, decide sacar a concurso la recogida de la basura y esta vez la empresa de Fenoqui no consigue la adjudicación. Antes del concurso para adjudicar la contrata, el empresario se reúne con un concejal del Centro Liberal y este le revela que la empresa que iba a ganar sería Urbaser, filial de la empresa propiedad de Florentino Pérez ACS, porque había sobornado al alcalde y a los concejales con tres millones de euros. Fenoll que había acudido a la reunión con una grabadora, entrega la cinta a la Fiscalía Anticorrupción.
Distanciado desde hace tiempo de Medina y a raíz de no adjudicarle la contrata de las basuras, el magnate decide aprovecharse de las guerras entre campistas y zaplanistas que se producen en Alicante. Y es entonces, cuando apoya a Llorente, enfrentada con el campista Medina y próxima al líder provincial José Joaquín Ripoll, entonces presidente de la Diputación de Alicante. Un paso clave para ampliar sus negocios, pero que dará al estallido del caso Brugal.
Basura convertida en fango
La suerte de Fenoll se tuerce cuando los agentes de la Brigada Provincial de la Policía Judicial lo investigan durante un año y en 2007, una semana después de las municipales, lo detienen. La policía encuentra en sus despachos un arsenal de cintas y de material sobre sus negocios sucios y el de otros que dará lugar a la eclosión del caso ‘Brugal’ y al surgimiento de muchas piezas como la que implicará a Sonia Castedo y al constructor Enrique Ortiz en el presunto amaño del PGOU de Alicante.
Pese al surgimiento del escándalo ‘Brugal’, Fenoll se hace con la suya. Llorente, apadrinada por el empresario, llega a la alcaldía de Orihuela y convoca de nuevo el concurso, ya que el anterior que había de ser adjudicado a Urbaser queda desierto. La contrata la gana una UTE formada por Sufi, Liasur y Gobancast. Colsur, la mercantil de Fenoll, no gana, pero él está contento. Desconfiado ante la investigación de Brugal, crea dos empresas tapadera (Gobancast y Liasur) para hacerse con la contrata y así evitar perderla, según la investigación.
Pero, sus negocios no se quedan ahí. Su apoyo por Llorente le lleva a Ripoll, quién adjudicará a principios de 2008 la contrata de recogida de basuras del Plan Zonal de Gestión de Residuos de la Zona XVII de la Vega Baja a la UTE Cespa-Ortiz. Según la investigación, la adjudicación se pacta entre los empresarios Ortiz y Fenoll y el presidente de la Diputación. Ripoll presuntamente adjudicaba el vertedero a una empresa de Ortiz a cambio de que este comprara unos terrenos de Fenoll valorados en cuatro millones y comprados por el capo de las basuras por 800.000 euros. Un acuerdo, que también según la investigación, contemplaba la entrada de Fenoll en el capital de Tabarka Media. Una apuesta por los medios de comunicación que no es nueva para el empresario de la basura: cuenta con una televisión en Orihuela (Tele Vega Baja) y tenía otras dos emisoras afines en Alcoi y Alicante.
Imputado por delito contra el Medio Ambiente, Fenoll controlaba la práctica totalidad de las contratas de la Vega Baja. La policía lo investigó por financiar la campaña municipal del PP en los pueblos de Pilar de la Horadada, Bigastro, Jacarrilla, Algorfa, Rafal y Callosa del Segura supuestamente a cambio de contratas. La investigación fue posteriormente archivada.
Sus negocios no solo habitaban en la Vega Baja. Según la policía, Fenoll se benefició de la contrata de basura de la localidad de Calp (Marina Alta) a cambio de supuestos sobornos a diferentes dirigentes municipales del PP. Todo, según la investigación, con el visto bueno de algunos técnicos del ayuntamiento y con el Calpe C.F. como protagonista. Presuntamente servía como lavadora del dinero de los supuestos sobornos.
Sin embargo, la figura de Ángel Fenoll ya no tiene la influencia que anteriormente tenía. Su imputación en el caso Brugal, la municipalización del servicio de basura por el gobierno de Montserrate Guillén en Orihuela y el triunfo judicial de los vecinos que exigían cambiar de ubicación el vertedero ha laminado su poder en la capital de la Vega Baja. La condena a 35 años de cárcel por 11 delitos fiscales y otro de falsedad documental parecen enterrar una época de reinado en Orihuela y en la Vega Baja del capo del negocio de la basura.