Autopsia al régimen del PP
Si en cualquier facultad de Políticas un profesor quisiera que sus alumnos estudiaran cómo se forjó la hegemonía del PP en el País Valenciano y cómo floreció poco a poco una primavera que acabó con 20 años de poder absoluto, El despertar valencià. La caiguda d’un règim i la irrupció del canvi (Editorial Pòrtic, 2016) no solo sería una lectura obligatoria: se convertiría en la guía perfecta para entender una etapa de despilfarro, corrupción y domino incontestable edificada bajo un modelo económico profundamente fallido.
Como si se hubiera enfundado el traje de forense para destripar qué factores dieron a la derecha valenciana dos décadas de victorias electorales históricas y qué razones desgastaron ese potencial hasta ser neutralizado por la izquierda, su autor, Víctor Maceda, redactor jefe del semanario El Temps, traza un relato preciso, crítico y mordaz de los 20 años de dominio del PP. Y todo, con un ritmo ágil y claro, sin caer en la monotonía ni sobrecargando a lectores no especialistas ni conocedores de la realidad valenciana de primera mano.
Maceda retrata toda una época contraponiendo la bonanza y la ilusión vendida por el PP con la realidad de una apuesta económica insostenible, de la corrupción sistematizada y del recurso a la propaganda para superarse elección tras elección. Y explica cómo la negativa del presidente socialista Joan Lerma a articular un discurso potente, la influencia del anticatalanismo, la aparición de dos animales políticos como Rita Barberà y Eduardo Zaplana y la sensación de maltrato respecto otras autonomías pusieron los mimbres perfectos para que el PP se anclara en la Generalitat Valenciana durante años.
La radiografía es completa. Maceda no se queda nada en el tintero: los juegos sucios de Zaplana en Benidorm, su salto a Madrid, la guerra del agua, el victimismo hacia José Luis Rodríguez Zapatero, los grandes eventos, la etapa gris de Alberto Fabra…. El libro recoge todos los detalles de esa etapa, y explica, además de retratar de forma fehaciente cada hecho relevante, la influencia que tuvo la construcción de un modelo económico basado en el insostenible y depredador negocio inmobiliario y en los grandes proyectos para la hegemonía del PP. Pero también cómo con el estallido de la crisis apareció una realidad de deuda, de falta de infraestructuras básicas y de un mejor trato de Madrid que se acrecentó con los efectos de la resaca del ladrillo.
Si la construcción de un discurso seductor para la sociedad valenciana y su coincidencia con una expansión económica acelerada por la orgía urbanística supusieron dos de los pilares sobre los que se construyó el régimen del PP, el otro fue la propaganda. Con RTVV como arma principal para reproducir el mensaje político de la formación conservadora de forma persistente, el periodista de El Temps narra cómo el PP articuló un autentico sistema mediático a su favor, y buscó por todos los medios eliminar cualquier atisbo de disidencia o crítica. El control absoluto de Canal 9, las adjudicaciones a amigos de los canales de TDT, la discriminación publicitaria a Levante e Información, el acoso a El Temps, el apagón de TV3… síntomas de cómo actuaron los populares.
En su autopsia del régimen del PP, El despertar valencià desmonta esa sensación instalada en el imaginario de que la corrupción en el País Valenciano llegó con la locura de un Camps que, como recoge el libro, “no gobernaba, levitaba”. “¿Qué fue primero, la entrada del PPCV a la Generalitat Valenciana o el comportamiento corrupto de sus principales líderes? En realidad, cuesta discernirlo”, afirma para introducir su extenso repaso a los principales casos de corrupción que han aflorado en tierras valencianas: Gürtel, Brugal, Nóos, Taula, Terra Mítica, Carlos Fabra, la trama del fuego, caso Cooperación, Fórmula 1, la visita del Papa… Causas que explica sintetizando los hechos, pero sin dejar ningún cabo suelto.
Como en toda disección, El despertar valencià explica por qué se derrumbó la hegemonía del PP, huyendo de los análisis hechos con brocha gorda desde Madrid. Invalidando la tesis de que sólo fue la corrupción -recuerda que en 2011, con Camps imputado, el PP sacó sus mejores resultados-, Maceda narra cómo el influjo del 15-M, la resistencia de entidades como Escola Valenciana o Salvem El Cabanyal, el cambio cultural que se produjo con el éxito de grupos como Obrint Pas y, en especial, la aparición de una fuerza que combinó un mensaje rupturista con un valencianismo pragmático y alejado del esencialismo identitario como Compromís contribuyeron, junto a otros muchos factores, a desahuciar al PP de las principales instituciones valencianas.
Con el inicio de un tiempo de reparación con gestos como pedir perdón a las víctimas del accidente de Metro de Valencia del 2006, un discurso reivindicativo contra Madrid y erigiéndose el País Valenciano en símbolo de gobierno de cambio, se ha producido el despertar valenciano. Una obra imprescindible para entenderlo.