Sube vertiginosamente el adorado becerro de oro llamado PIB mundial y, en cambio, crecen, se agrandan, las desigualdades sociales. ¡Qué gran paradoja! Latinoamérica es un ejemplo actual. En plena crisis económica, los del IBEX 35 aquí se forraron de lo lindo. Siempre ocurre igual, cuando no es el ladrillo, es una acción colocada en un valor sin miramientos que cotiza al alza con las tarifas de suministros básicos o con la obra pública que pagamos a tocateja todos los ciudadanos por encima de su precio real. Tipos como González o Aznar, desde sus poltronas empresariales, garantizan unos altos rendimientos. Mientras, los llamados “proletarios del clic” se autoemplean, les llaman pomposamente emprendedores, y generan, ¡qué remedio!, sueldos low cost.
Acabo de leer que algunos altos directivos en algunos países reparten aterrados, y sumidos en el pánico, entre sus trabajadores sus bonus y sus millonarios complementos y sobresueldos para que sus empleados puedan comprarse gadgets absurdos en algunas macrotiendas y no se cabreen más de la cuenta. Esos millonarios ejecutivos, ingenuamente, piensan que con ese misericordioso donativo podrán apaciguar a los más famélicos del mundo, como rezaba un himno trasnochado.
Las campañas electorales las hacen últimamente las encuestas y los tertulianos que comentan las pocas frases que dejan escapar los líderes políticos. Ahora todos están mudos para no meter la pata y dar alas al contrincante. Recuerdo ver una foto dónde la ministra de Sanidad salía donando sangre o algo así. Mientras, los familiares de Franco se fueron de rositas otra vez, solo debieron costear la corona de flores. ¡Calladitos están todos más monos! Muchos tertulianos franquicia toman una frase al azar de un líder político y la retuercen hasta el infinito hasta que a la indefensa población civil les entran unas ganas locas de votar al que ellos señalan de forma encubierta y subrepticia. Y luego está lo del CIS y las encuestas de periódicos, que no sabemos quiénes las pagan. Quizá sean los mismos que abonan los nocivos y antidemocráticos carteles que se pegan en paredes y se publicitan en muros de feisbuc propensos a la intoxicación. ¡Mentiras podridas! Esta vez al menos, ya ven, los tertulianos pasan de Venezuela, Maduro, Grecia y del euro; ese argumentario ha quedado obsoleto; eso que nos ahorramos. Quizá resulta que con Cataluña hay una sobredosis suficiente como para envenenar a miles de televidentes pasivos.
De Vox, otra anomalía, si quieren, hablamos otro día porque se necesita un espacio extra. Dentro de una semana será más sencillo analizar su capacidad de seducción entre los cabreados crónicos que son sometidos con una espantosa facilidad de forma simultánea, impunemente y sin resistencia alguna, en el trabajo precario y en las urnas, en la empresa y en el colegio electoral. Menú dominical, plato del día: Franquismo al ajillo, especialidad de la casa. En unos días sabremos cuántos españoles incautos quieren pegarse un tiro en el pie, como le pasó a Froilán, el sobrino del rey.
¡Bang, bang!