Bancaja concedió durante la presidencia de José Luis Olivas, detenido este martes junto a otras ocho personas por su gestión al frente de la entidad, al menos dos créditos a la sociedad Grand Coral que debieron ser considerados “dudosos por razones de morosidad” desde 2010, ya que la refinanciación aprobada por la entidad “no cumplía con las normas” del Banco de España.
Así consta en el informe pericial elaborado por dos expertos independientes del Banco de España que analizaron la fusión y salida a Bolsa de Bankia, al que tuvo acceso Europa Press, que analiza también el préstamo sindicado de 520 millones de euros que la entidad presidida por Olivas aprobó el 29 de enero de 2010 para llevar a cabo “la refinanciación y reagrupación de la deuda viva” de dos sociedades del Grupo Grand Coral: Playa Paraiso Maya y Proyectos y Desarrollos Hispanomexicanos.
El análisis pericial, que se basa en un informe 'forensic' de auditoría, señala que Bancaja concedió estos créditos por “la incapacidad de las sociedades del Grupo Grand Coral de hacer frente a los vencimientos de las financiaciones”.
La estructura del grupo, que desarrolló la construcción de hoteles y viviendas de lujo en el Caribe mexicano, se articuló en un doble nivel con sociedades domiciliadas en Holanda que no realizaron “ningún tipo de actividad inmobiliaria” y una serie de filiales mexicanas que se encargaron de las actividades de promoción.
El accionariado de Grand Coral estaba formado por Bankia Habitat (40%), Urbanika, SL (10%), Bacavum (sociedad propiedad del Banco de Valencia y la familia Calabuig, 15%), Iljafran (21%) e Inquan (14%). Estas dos últimas sociedades eran propiedad, respectivamente, de los empresarios Juan Vicente Ferri y Jose Salvador Baldó, también arrestados en la denominada 'operación Coral'.
Créditos encadenados
En enero de 2010, la deuda viva de Playa Paraíso Maya con Bancaja era de 93,9 millones de dólares, mientras que la de Proyectos y Desarrollos Hispanomexicanos alcanzaba los 10,7 millones de dólares, según recogía este informe. “El resto de la financiación a las citadas sociedades era de Banco de Valencia y la sucursal en Miami de Bancaja”, señala el análisis, que añade que ninguna de las dos sociedades aportaron “tasaciones actualizadas” de las fincas de las que disponían.
El análisis también apunta que en 2009, “ante la imposibilidad” de Playa Paraíso Maya de hacer frente al pago de las primeras cuotas de un préstamo de 99,4 millones de dólares concedido en 2005, la compañía solicitó una renovación a Bancaja que se aprobó el 21 de mayo de 2009. Una de las operaciones tuvo el objetivo de pagar tres millones de dólares de carga financiera.
La refinanciación implicaba, según el estudio de auditoría, “dar solución a las insuficiencias de liquidez de todo el Grupo Grand Coral y renovar los vencimientos de deuda viva en 2009, concediendo un plazo de carencia de 24 meses y posteriormente amortizaciones anuales (cuota que fue impagada en la primera amortización)”.
El destino de la refinanciación se destinó a cancelar la financiación viva concedida por Bancaja y el Banco de Valencia y atender el servicio de la deuda. “La deuda viva en Proyectos y Desarrollos Hispanomexicanos, a la fecha de formalización del préstamos sindicado (reestructuración y refinanciación) consistía en un préstamo concedido por Bancaja por importe de 14,51 millones de dólares y que estaba impagado en 10,71 millones”, señala el informe.