“El humor es el amor mal pronunciado”

La compañía Al TranTran llegó de nuevo al Circuito Café Teatro. Tras realizar su recorrido en la temporada pasada, llegar a la final y conseguir ni más ni menos que tres premios: Premio especial del público, mejor Interpretación (que fue para Ángel Cantizani, componente del grupo) y espectáculo más Original, regresaban a Valencia con su espectáculo de improvisación musical “Themonguers”. Han recorrido múltiples salas de Madrid y otros puntos de España al ritmo de la impro y haciendo reír a todo tipo de públicos.

Los hemos podido volver a ver este mes de mayo en tres únicas funciones. Un show donde tres descarados músicos incapaces de aprenderse una canción se van de gira por toda la península improvisando canciones y contando anécdotas a partir de lo que el público proponga. Se pasará de la incredulidad a la sorpresa y la noche se irá convirtiendo en una carcajada generalizada.

Los conocemos un poco más en la siguiente entrevista.

¿En qué momento y cómo se crea la compañía Al TranTran?

Fue hace seis años aproximadamente. Éramos un grupo mucho más amplio de los que somos ahora. Nos juntábamos para tocar en la calle y llegó un momento en que nos divertía más improvisar las canciones que se nos iban ocurriendo que hacer versiones de otros artistas. Un día uno de nosotros dijo: “Eh, ¿como sería hacer un concierto improvisando todas las canciones que se nos vayan ocurriendo en el momento?”. Dos días después habíamos conseguido un bolo en la Sala GALILEO GALILEI. Creo que “AL TRAN TRAN” nació en cuanto terminó esa primera actuación en 2009.

Vuestro espectáculo es principalmente de improvisación ¿Cómo se prepara lo imprevisible?

No se prepara, lo imprevisible sucede. Es más aprender a dejar que ocurra.

¿Cómo fue vuestra experiencia de ganar el Premio del Público en el Concurso del Circuito 2014?

Fue algo muy bonito para nosotros. El reconocimiento por parte del público es el mejor premio que una compañía de teatro puede tener. Con todo nuestro respeto, a nosotros los concursos no nos van. No creemos en los jurados, nunca coincidimos con ellos. Sin embargo el público nunca miente; van a pasarlo bien, a desconectar, a conectar con lo que sucede en escena, a participar... si el público te elige es que lo estás haciendo bien.

¿Alguna anécdota con el público que recordéis especialmente?

Hay muchas. Un día, creo que fue en el café Tocado, le hicimos una declaración de amor a una señora de avanzada edad que había en el público. Le gustó tanto que volvió a otra función con su marido y nos lo presentó. El hombre nos dijo: “Me ha obligado a venir, hoy jugaba el Valencia... para que veáis si la quiero”. Se pasó casi toda la función con los cascos puestos.

¿Qué os queda por hacer en Al TranTran, qué sueños tenéis?

Pues vamos de sueño en sueño. Ahora mismo estamos creando un espectáculo conjunto con otra compañia que se llama “swingdigentes”, estrenamos en Madrid, en el Circo Price el 30 de Mayo para dos mil personas. El espectáculo se llama “Nómadas, (un salto al vacío)”. Era un sueño que tuvimos hace tiempo y ahora se está cumpliendo.

En Al TranTran aún queda mucho por hacer pero el sueño principal está cumplido: vivir de lo que nos gusta. Es un poco triste que eso tenga que ser un sueño, debería ser la cosa más normal del mundo, hacer lo que te gusta y vivir de ello. Lamentablemente no es así para muchísima gente.

Para vosotros el humor es…

El amor mal pronunciado.

La compañía Al TranTran llegó de nuevo al Circuito Café Teatro. Tras realizar su recorrido en la temporada pasada, llegar a la final y conseguir ni más ni menos que tres premios: Premio especial del público, mejor Interpretación (que fue para Ángel Cantizani, componente del grupo) y espectáculo más Original, regresaban a Valencia con su espectáculo de improvisación musical “Themonguers”. Han recorrido múltiples salas de Madrid y otros puntos de España al ritmo de la impro y haciendo reír a todo tipo de públicos.

Los hemos podido volver a ver este mes de mayo en tres únicas funciones. Un show donde tres descarados músicos incapaces de aprenderse una canción se van de gira por toda la península improvisando canciones y contando anécdotas a partir de lo que el público proponga. Se pasará de la incredulidad a la sorpresa y la noche se irá convirtiendo en una carcajada generalizada.