La debilidad del PP, sus malas perspectivas electorales en la Comunitat Valenciana y el nulo entusiasmo que despiertan las elecciones europeas han alertado al partido, que tiene problemas para congregar a apenas unos centenares de fieles en los actos de campaña presididos por Alberto Fabra.
El lunes, el presidente de la Generalitat, acompañada de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, únicamente reunió a unas 300 personas en Elche, la tercera ciudad valenciana en población. Según El País, la mayoría eran cargos públicos con sueldo. Probablemente el PP tocó a rebato entre sus militantes con salario de la administración para minimizar el pinchazo.
Fabra también estuvo en Benidorm y Orihuela para movilizar a su partido para que afronte las Europeas del domingo 25 de mayo como si fueran “unas municipales”, pero ni la campaña despierta entusiasmo ni Fabra despierta pasiones ni el PP cuenta con los recursos de antaño, cuando la trama Gürtel, supuestamente, financiaba generosamente el despliegue preelectoral del partido.
Buena prueba de ello es la elección del Ágora, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, para el mítin central del PP de la Comunitat Valenciana. Pese a que contará con la presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha optado por el edificio de Santiago Calatrava (7.000 personas de aforo) antes que por la plaza de toros (20.000).
Gran parte de la militancia está desencantada, por lo que llenar el coso se antojaba una misión imposible. Además, el coste del acto allí triplica (120.000 euros) el del Ágora, según Valencia Plaza. En cualquier caso, el PP parece tener más músculo que cualquier otro partido. El sábado, Ximo Puig reunió a 3.000 personas en su acto central, menos de la mitad de los que espera el PP.