El caos no abandona Canal 9 seis días después de que Alberto Fabra, el presidente de la Generalitat, anunciara el cierre de la televisión pública valenciana. Los informativos continúan autogestionados por los trabajadores, son críticos con el Consell y continúan pidiendo, directamente o a través de las opiniones de ciudadanos o líderes sociales, la continuidad de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV).
El lema #RTVVnoestanca (RTVV no se cierra) continúa ocupando la pantalla de Canal 9 (ahora, Nou) y los miembros del Comité de Empresa o la oposición tienen voz permanentemente en los informativos de la cadena. Ximo Puig, lider socialista, por ejemplo, en el debate matinal de este lunes. El vacío de poder, tras la dimisión del antiguo equipo directivo, es total.
El nuevo director general, el liquidador de la cadena, Ernesto Moreno, ocupa su despacho desde el viernes pero, que haya trascendido, no se ha reunido con los trabajadores para marcar directrices. Como dijo la presidenta del Comité de Empresa, Salut Alcover, Canal 9 se gestiona ahora entre el cooperativismo y la anarquía. Así podría ser hasta que se produzca el fin de las emisiones, que el PP quiere hacer efectivo al final de noviembre.
Recursos judiciales
Mientras, la oposición ha acudido en tromba a los juzgados para frenar el cierre. Compromís ha presentado una denuncia por prevaricación –dictar una resolución a sabiendas de que es injusta- ante el Tribunal Superior de Justicia, el PSOE presentará un recurso ante el Tribunal Constitucional al creer que el cierre vulnera derechos fundamentales y Esquerra Unida ha llevado al Consejo de Europa la decisión.
De hecho, ahora mismo, sólo una resolución judicial o una fuga de votos en el PP a la hora de votar el cierre, que ahora mismo se antoja improbable, podría frenar el fin de la televisión autonómica.
Los trabajadores quieren negociar
Mientras, los trabajadores, espoleados por las manifestaciones del sábado, piden a Fabra que rectifique y negocie. Subrayan la importancia de tener medios de comunicación públicos y en valenciano, creen que existen posibilidades de adelgazar la plantilla sin medidas traumáticas y niegan la mayor: pese a la sentencia que anuló el despido de casi 1.000 trabajadores, RTVV es viable.
No lo van a tener fácil. En una semana de locura, el enconamiento entre los defensores de RTVV y el PP ha llegado, seguramente, a un punto sin retorno. Fabra lo tiene claro. El domingo, secamente, insistió. “Hemos dicho por activa y por pasiva que no hay marcha atrás”.