La Universitat de València se juega su futuro en las urnas. El próximo 22 de febrero se celebran las elecciones a rector, un proceso en el que compiten tres candidatos y que puede dar como resultado que en los más de cinco siglos de vida de la institución una mujer lo diriga. Eldiariocv.es habla con los tres candidatossobre algunos puntos clave de la gestión de la UV y los conflictos que aborda.
Mavi Mestre es catedrática de Psicología Básica, vicerrectora de 2010 y forma parte del actual equipo de Gobierno, con Esteban Morcillo a la cabeza. Maria Antonia García-Benau, que ya se presentó en 2010, es catedrática de Economía Financiera y Contabilidad, ex secretaria general del Consejo de Coordinación Universitaria y fue directora de la UIMP. Por último, Vicent Martínez, catedrático de Astronomía y Astrofísica de la Universitat de València, es también coordinador de la Red de Infraestructuras Astronómicas. Este diario ha contactado con las tres candidaturas pero no ha podido obtener la respuesta de Vicent Martínez por motivos personales.
Pregunta: ¿Cuál es el problema fundamental al que se enfrenta la Universidad hoy?
María Antonia García-Benau: El problema fundamental de la Universidad de Valencia es la parálisis en el desarrollo de políticas activas de gobierno. Se gestiona el día y a día. Y aunque existe una apariencia de planificación lo cierto es que se evidencian uno tras otro, problemas en la planificación de plantillas de personal, una falta de en la definición de los objetivos en nuestras titulaciones, y una falta de liderazgo en la innovación de nuestras políticas. Parece que la Universitat que siempre lideró la innovación y el debate público no sepa hacía dónde camina.
Mavi Mestre: El problema principal son las políticas de consolidación fiscal: incremento de tasas, descenso de becas, tasa de reposición, reducción de presupuestos, que han ahogado a las universidades en estos últimos años. Podemos decir que la universidad ha vivido los años más duros de toda la etapa democrática.
La igualdad de oportunidades en el acceso a la universidad y la política de personal se han visto terriblemente dañadas. Las plantillas se han reducido y envejecido. Y sin una buena plantilla de personal de administración y servicios, de docentes, y de investigadores, el servicio público que damos a nuestros estudiantes y a la sociedad se ha visto dificultado.
Pero estamos en condiciones de recuperarnos, de romper los techos que hasta ahora nos han impuesto. Mi candidatura sabe lo que hay que hacer, y cómo hay que hacerlo, para que nuestra Universitat recupere la ilusión y sea el referente internacional que todas y todos queremos y merecemos.
¿Se ha vuelto la Universitat de València una entidad conservadora?
G.B: El espacio natural de la Universitat es el ejercicio de la razón, de la crítica y el liderazgo en la innovación. Usando un término actual la Universitat por naturaleza debe ser disruptiva. Y eso obliga a ser un motor de pensamiento y de propuestas. Cuando pierdes ese liderazgo, cuando te encierras en ti mismo, cuando procuras contentar a todos y no molestar, cuando gestionas el patrimonio que te da la autoridad de 500 años de historia liderando esta sociedad, inevitablemente pareces conservador. La gestión de la Universitat se ha vuelto conservadora, su ADN sigue siendo el mismo, debemos recuperarlo.
M.M: En absoluto. La Universitat de València siempre ha sido, es, y será, una universidad reivindicativa y participativa. Es una de nuestras señas de identidad, porque una universidad no debe ser conformista, una universidad necesita ser crítica y exigente y constructiva para poder avanzar.
Siempre hemos sido y seguimos siendo una universidad abierta a la sociedad y al debate, que ha acogido actividades a las que se han negado otros espacios públicos, apostando por nuestra cultura y nuestra lengua y siendo un referente en cooperación internacional. Somos una universidad dinámica, que piensa y mejorar y progresar. Prueba de ello es la intensa campaña electoral que estamos viviendo.
¿Debería la Universidad dar más protagonismo a los alumnos en la toma de decisiones?
G.B: La Universitat debe apostar por fórmulas de Gobierno Abierto que empoderen a toda la comunidad universitaria. ¿Cuántos alumnos votan y qué deciden? Más allá de resúmenes estadísticos, ¿Tenemos un sistema de rendición de cuentas con métricas que evalúen la calidad de la gestión? En estos momentos en los modelos de profundización democrática las ciudades están ganando la partida y apostando por la apertura del gobierno a través de estrategias presenciales y herramientas electrónicas. La Universitat debe hacerlo de inmediato con todas sus personas.
M.M: Sin dudas. Los y las estudiantes son el centro de la universidad. Todas nuestras tareas, incluida la investigación, han de revertir en una buena formación para nuestros egresados. Ellos deben sentirse protagonistas y parte de la universidad durante todo su proceso formativo y deben sentirse integrados, vinculados y partícipes de la vida universitaria y de las políticas universitarias. Se lo diré en una frase: los y las estudiantes deben ser protagonistas de su presente, porque ellos son el futuro.
Nuestro programa, que se puede consultar en nuestra página web y que seguirá completándose a partir del diálogo y de la participación de toda la comunidad universitaria, es muy completo en el ámbito de las propuestas relacionadas con la integración, participación y formación integral del estudiantado. Recogemos, entre otros muchos, un objetivo muy concreto, articulado con un conjunto de acciones dirigidas a incrementar la iniciativa, la participación y la representación del estudiantado en la Universitat.
¿Tiene algún proyecto para resolver desde el Rectorado el conflicto con los profesores asociados? ¿Comparten sus reivindicaciones?
G.B: Tenemos que abordar el conflicto de modo riguroso. Si este existe se debe, sin duda, a que el Equipo actual diseñó una política de plantillas que ha conducido al conflicto actual. En la Universitat no se recuerda una huelga casi general de todo un colectivo en relación con una política interna. Y esto es muy serio. Ante todo, el profesorado asociado son personas que desempeñan sus tareas con dedicación y parece que no muy buen trato. Vamos a trabajar en definir un estatuto orientado a definir sus derechos y un trato digno. Vamos a abordar con prudencia y con la Generalitat el marco normativo y presupuestario.
M.M: Entiendo que me pregunta mis proyectos como rectora, en caso de lograr la confianza de la comunidad universitaria. En primer lugar, decir que las reivindicaciones del profesorado asociado, como todas las reivindicaciones de todo el personal de la Universitat de València, las compartimos y las defendemos.
En cuanto a propuestas, sí, tengo un proyecto muy claro y concreto para atender las reivindicaciones del profesorado asociado. Un proyecto que pasa necesariamente por políticas compartidas con la Generalitat Valenciana, a través del convenio colectivo del personal laboral que desde hace más de año y medio estamos trabajando, y que está muy avanzado, y por políticas estatales, que necesariamente deben contemplar la eliminación de la tasa de reposición.
La aprobación del convenio colectivo, muy necesario ya que somos la única comunidad que no dispone de él, nos permitiría generar otras figuras contractuales, dotadas de una mayor estabilidad, para hacer frente a necesidades estructurales y coyunturales. Pero esta no debe ser, no puede ser, la única solución. Necesitamos poder generar, más allá de la tasa de reposición, el número de plazas de profesorado ayudante y ayudante doctor que nos permita rejuvenecer la plantilla y ofrecer una carrera profesional adecuada y estable.
No se trata únicamente de un tema de salario que también requiere, en estos momentos, la autorización de Consellería, ni de un tema de voluntad. Se trata de un tema, como he dicho antes, de políticas de consolidación fiscal contra las que hemos luchado y a pesar de las cuales hemos trabajado y continuaremos trabajando para hacer siempre más de lo que podíamos pero menos de lo que hubiésemos querido.