Carcaixent se moviliza contra un proyecto de macroplanta fotovoltaica que podría favorecer inundaciones
La polémica sobre las grandes instalaciones de energías renovables que sobrevuelan el territorio valenciano planea también sobre Carcaixent. La población de la Ribera Alta ha visto cómo la empresa Falck Renewables Power SLU ha presentado un proyecto de una macroplanta fotovoltaica que abarcaría 200 hectáreas en la zona del Realenc, y que ha recibido el rechazo de parte de la población, así como del Ayuntamiento, que señalan que se corre el riesgo de impermeabilizar la zona, hecho que aumentaría el riesgo de inundaciones incluso en el núcleo urbano, además de otros riesgos medioambientales y que afectan incluso al patrimonio etnológico.
El proyecto, que oficialmente recibe el nombre de PSF Campos Salados, supone una inversión de 58,7 millones de euros y cuenta con una planta que tendría una potencia de 90,46 megavatios instalados por 80 megavatios nominales (MWinst / MWnom). Pero además incluye una línea eléctrica de 6,5 kilómetros hasta la subestación eléctrica que se encuentra en Alzira.
Como ha ocurrido en otras localidades, vecinos y ayuntamiento se han opuesto al actual proyecto presentado. Ante el anuncio de la infraestructura, el pleno municipal el pasado mes de julio mostró su rechazo unánime en una sesión extraordinaria para ganar tiempo ante esta macroplanta. Para ello se acordó con los votos a favor de todos los grupos municipales, Compromís, PSPV, PP, UxC, Cs y una concejala no adscrita -excepto el voto de otro concejal no adscrito- la suspensión de forma genérica del otorgamiento y admisión a trámite de las licencias que se puedan solicitar para la implantación de instalaciones de energía fotovoltaica y eólica con el fin de estudiar la reforma de la ordenación urbanística de dichos usos en el vigente PGOU.
Según explicaba el alcalde, Paco Salom, la urgencia de aquel pleno se produjo para buscar una solución inmediata ante la posibilidad de que alguna empresa privada presentara un proyecto. “Nadie puede dudar que estamos a favor de las energías limpias, pero no a cualquier precio, no nos podemos permitir acoger mastodónticas instalaciones en nuestro pueblo que supondrían un enorme impacto paisajístico y para el medio ambiente que podría afectar a las generaciones futuras”. Por otro lado señala que su implantación se debe realizar en aquellos lugares en los que estas instalaciones sean sostenibles y coherentes con el resto de políticas territoriales y medioambientales.
Alegaciones
En octubre de 2021 entró en el registro del Ayuntamiento la solicitud de autorización previa y declaración de impacto ambiental de la planta de Campos Salados y se publicó el pasado 29 de octubre en el Boletín Oficial del Estado. Ante esta presentación, el Ayuntamiento ha elaborado informes técnicos sobre el impacto ambiental y urbanístico que tendría en el término de Carcaixent.
Dada la urgencia para presentar alegaciones, el gobierno local convocó otro nuevo pleno extraordinario para que entren dentro de los 30 días de plazo, unas alegaciones que fueron aprobadas y ahora serán remitidas al Gobierno central, que es quien tiene la competencia para la autorización final.
El informe técnico de Medio Ambiente concluye que el impacto ambiental sobre la zona sería “severo”, teniendo en cuenta diversas afecciones evaluadas. De entre las más significativas que se señalan está el hecho de querer modificar la calificación de un terreno que sufrió un incendio en el año 2016 y que según la Ley Forestal Valenciana no puede cambiar hasta que pasen 30 años; pero también la no evaluación del efecto del cambio del drenaje de la zona sobre la inundabilidad del casco urbano, la repercusión de la instalación sobre la capacidad de recarga de los acuíferos, la erosión del terreno, el impacto sobre los yacimientos arqueológicos, y la falta de toma en consideración de la existencia de más de 70 hornos de cal geolocalizados, que tienen una protección que el proyecto obvia.
Por su parte el informe urbanístico también informa desfavorablemente el proyecto presentado, al plantear actuaciones no previstas en el planeamiento en vigor, y considera necesario y como paso previo a cualquier actuación la tramitación de un Plan Especial, además de un estudio de paisaje. Asimismo, señala graves cuestiones de forma en la redacción del proyecto, que supondría la modificación del PGOU al afectar a caminos públicos y viviendas particulares.
Falta de unanimidad
No obstante esta presentación de alegaciones, se ha perdido por el camino la unanimidad que se consiguió en el mes de julio. Así únicamente han obtenido el voto favorable de Compromís y PSPV, que se encuentran en una minoría de 10 concejales frente a los 11 de la oposición, que se han abstenido, es decir, PP, UxC, Cs y la concejala y el concejal no adscritos.
Paco Salom, alcalde de Carcaixent, lamenta esta falta de unidad y señala la “necesidad” de que el ayuntamiento “mostrara una oposición unánime a este proyecto en los términos en que se ha presentado”. Salom concluye: “Creo que no haber tenido un no rotundo nos perjudica gravemente. Una abstención o el voto en contra solo es comprensible si se aportan argumentos técnicos que contrarrestan los informes que se trataban en el plenario. Si resulta que se reconoce que los informes son muy buenos, ¿como se puede votar después abstención? ¿En que están pensando quienes se oponen?”.
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