Carmen Martínez (1962) es diputada socialista, alcaldesa de Quart de Poblet (Horta Sud) y médico de familia. El pasado viernes fue elegida presidenta de la comisión de reconstrucción de las Corts Valencianes, creada por unanimidad de todos los grupos parlamentarios. Por la comisión de estudio pasarán expertos y representantes de la sociedad civil, en busca de proyectos para salir de la crisis económica, sanitaria y social derivada de la COVID-19.
¿Como alcaldesa, cómo está viviendo esta pandemia? ¿Qué le trasladan los ciudadanos?
Ha sido una experiencia muy distinta. Hemos tenido que decidir rápidamente cuáles eran los servicios esenciales, enviar a la gente a casa a confinarse, desarrollar las prestaciones más importantes. Hemos visto cómo los servicios sociales se necesitaban más que nunca, la pandemia sacudía la economía de las familias. Los ayuntamientos hemos tenido que estar, como siempre, a pie de calle, a proteger a la ciudadanía del virus con actividades de desinfección y proveyendo de material y ahora tenemos que seguir trabajando en impulsar la economía. Es importante en esta parte destinar los recursos económicos, que hemos ahorrado durante mucho tiempo, a impulsar nuestro municipio. Quiero reivindicar el papel de los alcaldes en esta pandemia.
¿Con este volumen de prestaciones a las que hacer frente, qué les parece la idea del Gobierno de no permitir el uso del superávit a los ayuntamientos?
Los alcaldes hemos reivindicado desde el primer día que somos mayores de edad, que tenemos autonomía y se nos deje utilizar nuestros recursos que con una buena gestión hemos podido ahorrar. Todavía es algo que está en debate, pero espero que no ocurra [que el Gobierno impida el uso del superávit] y que ese remanente se destine para ayudar al Gobierno central, al autonómico y a los ciudadanos en ese plan de reconstrucción.
Este modelo de cogobernanza del que se habla tanto estos días, ¿lo notan los alcaldes?
Creo que sí ha habido buena comunicación, a pesar de lo difícil que es gobernar tantas áreas como las que el virus acecha y con diferentes frentes. Ha habido total comunicación desde los teléfonos que se han habilitado, desde la Generalitat Valenciana, desde Administración Pública y las conselleries más implicadas. Se ha ido hablando con los alcaldes y se ha sido muy permeable a las aportaciones de los municipios. Es imposible que en un decreto o en una instrucción se reproduzca toda la casuística que se pueda dar en estas circunstancias.
¿La desescalada sanitaria debe ir acompañada de una desescalada en el mando?
Creo que sí. Tengo la percepción de que el presidente del Gobierno así lo dijo. Prolongar el estado de alarma para seguir con el mando sanitario, pero implícitamente creo que habla de aumentar la cogobernanza y hacer partícipe al resto de administraciones. Es una etapa importantísima en la que vamos a tener que abordar muchos cambios en los modelos asistenciales y en sanidad, del tratamiento de las administraicones a la ciudadanía. Hay muchos cambios que han llegado para quedarse.
En la comisión de reconstrucción de las Corts Valencianes, ¿qué expectativas tienen?
Yo espero que sirva en positivo para recibir propuestas, hacer debates y elaborar conclusiones que permitan la salida de la crisis desde sus múltiples vertientes. El objetivo son los valencianos y valencianas y espero que no lo seamos los grupos políticos, en el sentido de que no hagamos de la comisión un espacio de enfrentamiento. Espero que la oposición no haga campaña electoral porque no es la actitud con la que se constituyó, ni lo que esperan los ciudadanos. Espero que haya un debate de verdad sobre el sector público.
¿Creen que podrán llegar a pactos con la derecha y la extrema derecha? Sus propuestas van más encaminadas a adelgazar la administración que a reforzar lo publico.
Nosotros vamos con espíritu constructivo. No quiero prejuzgar, vamos a dar la oportunidad de que podamos trabajar aportando en positivo. Es verdad que hay partidos que están en permanente campaña, a pesar de que en esta comunidad se han hecho las cosas con transparencia. Ha habido reuniones del presidente todas las semanas, ruedas de prensa en directo, la consellera de Sanidad ha hecho ruedas de prensa diarias.
¿Cuál es la propuesta de reconstrucción del PSPV?
Eso será objeto de una comisión con muchas comparecencias en las que distintas personas de la sociedad civil nos van a ayudar a construirla. Evidentemente, creo que hay que buscar una sanidad reforzada, predominantemente pública, con refuerzo de atención primaria, un impulso al pequeño comercio y al turismo; utilizar la inteligencia artificial y la inteligencia emocional para ponerla al servicio de la reconstrucción, la investigación, trabajar desde el diálogo social, desde la cogobernanza con la ciudadanía. Hay mucho talento en esta comunidad y hemos de ser capaces de ponerlo sobre la mesa y utilizarlo para aprobar medidas que generen valor añadido e igualdad.
¿El plan contempla relocalizar sectores estratégicos?
Absolutamente. El president Puig también lo ha comentado en alguna ocasión. La industria, la innovación, el diseño, la tecnología... deben ser fundamentales en la reconstrucción. Tenemos muchos valores que nos pueden ayudar a afrontar estos retos con garantías. Tenemos que aprovechar lo positivo. Hemos visto cómo hemos tenido que comprar material de fuera con sus complicaciones. Para responder a cualquier contingencia no es posible que tengamos que depender de terceros.
¿Contrasta la actitud de la derecha valenciana con la de Madrid?
Creo que ha habido una diferencia importante en la oposición valenciana con la del Estado español. También ha sido posible porque desde el Gobierno [autonómico] se han establecido lazos, se ha sido abierto al dar la información, se han establecido canales de comunicación y me consta que en otras comunidades no ha sido así. Detecto que existe un contagio en esta segunda parte de la pandemia, en la Fase 0, donde se está utilizando una crítica poco fundamentada. Por ejemplo, con la comarca de la Ribera, se empezó a considerar si tenía que ver con la desprivatización del hospital de la Ribera, se generaron ciertos alarmismos que no venían a cuenta. Me sorprende que en una comisión parlamentaria creada por todos los grupos políticos que los síndics de los principales grupos de la oposición, Isabel Bonig y Toni Cantó, no formen parte de la comisión. No quiero pensar que no se la creen.
¿Siempre en el marco del derecho a la manifestación y a expresar las críticas, las manifestaciones ante los cuarteles, son prudentes en este momento? ¿Qué opinión le merecen?
Me parece lamentable, vergonzoso, indecente. Estamos hablando de responsabilidad. Hay un gobierno, varios gobiernos, de España y de todas las comunidades autónomas, de todos los colores políticos, que están intentando salvar vidas, que podamos recuperarnos económicamente. A pesar de que sea un derecho, me parecen injustificadas algunas concentraciones, el escrache a la familia de José Luis Ábalos. El coronavirus no lo han traído el Gobierno de Sánchez ni el Gobierno de Puig. Los presidentes autonómicos están haciendo lo mejor que pueden y saben y me parece increíble que se haga kale borroka en una situación de emergencia, poniendo en peligro que haya rebrotes. Ya habrá tiempo, estamos en un país democrático, pero en estos momentos me parece irresponsable.
Las protestas tienen un sesgo de clase algo evidente...
Leí a alguien bromear y compararlo con la última película de Berlanga, como si hubiera quedado sin exhibir. Es irracional, antiguo. Es tanto el odio que destila hacia un gobierno legítimo que la visceralidad aparta todo viso de racionalidad e inteligencia, si es que existe.
A diario hay comunicados de organizaciones empresariales muy críticos que piden la reapertura de comercios, cambios en las normas, la apertura de las playas... ¿La patronal turística y hostelera les está presionando?
A mí no me han llegado presiones. En una comunidad en la que el turismo es tan importante no hace falta que presione la patronal, lógicamente las administraciones hacemos lo posible por, respetando la prioridad sanitaria, ayudar que se abra cuanto antes. Lógicamente, no es fácil. El reto es mantener el equilibrio entre la salud y activar la parte económica. Me consta que todos están aportando en positivo, haciendo planes, estudiando cada sector.
La Comunitat Valenciana fue una de las puertas de entrada del virus, al menos donde se detectaron los primeros casos. ¿Cómo hemos tenido una tasa tan baja?
Creo que es clave el trabajo de la parte de salud pública y sus profesionales. Al principio se hizo un buen trabajo con la trazabilidad de los casos. Hasta el 14 de marzo sabíamos cada persona infectada a cuánta gente había infectado. Hemos sido de las comunidades que más material ha traído para proteger al personal sanitario, a las residencias, al tercer sector.
Las comunidades autónomas más afectadas son las que tienen mayor población, una población muy envejecida, y han hecho grandes recortes en Sanidad. ¿Están estudiando cómo han influido los recortes?
Estoy convencida. Hay una diferencia; seguro que los recortes en la Comunidad de Madrid no han permitido hacer el seguimiento que hemos hecho aquí, a pesar de que también hemos tenido recortes y no nos hemos recuperado del todo de los recortes del PP, aparte de privatizaciones y de que las tasas de reposición han sido de cero durante muchos años. Hace poco que hemos empezado a crecer en plantilla; el año pasado se aprobó una contratación de unas 300 plazas nuevas para atención primaria, que aún es insuficiente. Ahora se ha vuelto a contratar a otras 600 residentes para continuar trabajando en reforzar el seguimiento. El president anunció el domingo que se contratarían mil rastreadoras para este seguimiento. Claro que tiene que ver los recortes sanitarios. Los responables sanitarios de la Comunidad de Madrid e instituciones médicas están diciendo que de aquellos polvos estos lodos.
La Comunidad Valenciana no pasó de fase en un primer momento por incapacidad para detectar los casos en atención primaria. ¿Están los centros sobrecargados?
Bueno, seguramente sabremos más tarde exactamente qué ocurrió. Seguramente hubo una falta de comunicación. La atención primaria es la puerta de entrada a un sistema sanitario público de calidad. Debemos invertir y debemos hacer cambios, aprovechar cambios que están funcionando, como la telemedicina, reforzar el papel de la atención primaria en una parte olvidada por la presión asistencial como es la burocratización.
Usted presentó una proposición no de ley para potenciar la 'telemedicina'. ¿En qué consiste?
Por ejemplo, en dermatología necesitas la imagen. Es la digitalización de la medicina. Que el médico evalúe por videoconferencia, pero que también tengamos interconectados los sistemas de atención primaria. Que un radiólogo pueda informar a un médico de familia y derivar a un paciente. Evitar desplazamientos innecesarios. También conectar con servicios sociales. Es aprovechar la tecnología que existe, para evitar saturar consultas. Pero necesita dotación en personal, en medios y económica.
¿Cómo cree que cambiará la medicina con el virus?
Veo el cambio en la atención primaria, me parece la clave. Va a tener que ser la que detecte los casos, debe formar parte del modelo de gestión. Vamos a tener que dotarla de mayores medios, profundizar en desburocratizar las consultas, mejorar la atención a personas mayores, profundizar en la salud comunitaria, en educación para la salud; algo tan importante como la higiene, el distanciamiento, las medidas educativas... Es tan importante como la mascarilla y es un trabajo que debe hacerse desde el ámbito de la salud pública.