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Casa Caridad alerta de un aumento del 8% en atenciones a españoles sin hogar

“Desgraciadamente en lo que llevamos de año 8 personas han fallecido en Casa Caridad, pero no es lo mismo morir solo o en la calle que morir en un hospital de la mano de unos hijos a los que no veía desde hace 15 años; eso fue posible gracias a voluntarios de Casa Caridad que pudieron localizar a los hijos de una mujer que atendíamos”.

Con este ejemplo tan impactante y desgarrador, el presidente de Casa Caridad, Luis Miralles, ha querido reivindicar la acción de esta ONG, la cual, “va mucho más allá de dar comida a quien lo necesita, como por ejemplo, la atención a personas sin techo”. Para dar a conocer todas estas actividades, ha anunciado el inicio de la campaña 'Mucho más que comer'.

Y es que, según a explicado, precisamente la alimentación es sólo una de las necesidades de este colectivo, que a menudo se ve privado de redes de apoyo que le ayuden a su reinserción.

Así lo refleja el 'V Informe de las Personas sin Hogar en Valencia' realizado por el

departamento de Trabajo Social de la entidad y que pone de manifiesto el perfil de los usuarios sin techo de la Casa.

En el informe destaca el aumento de españoles atendidos a través del servicio de albergue, que representan el 67’8% del total de los usuarios, 8 puntos porcentuales más que en 2016.

Al respecto, Guadalupe Ferrer, gerente de la entidad, ha comentado que la causa de este aumento es, por un lado, el regreso de personas foráneas a sus países de origen, a las que también se les presta ayuda desde casa Caridad, y por otra, la cronificación de la situación de los sin techo españoles.

El rango de edad más común oscila entre los 41 y los 65 años y suele relacionarse con personas afectadas por patologías asociadas o trastornos psicológicos. En este análisis también llama la atención el aumento de personas mayores de 65 años, totalmente solas, que reclaman ayuda a la entidad y con un estado físico muy deteriorado.

Además, se hace hincapié en los menores de 20 años que representan el 8’4% del total de los usuarios del albergue. Entre este último grupo destaca el perfil de jóvenes provenientes de centros de menores, sin trabajo, ni redes familiares.

La representación del colectivo de extranjeros es también considerable pues suma un 32,2% del total, lo que supone un descenso de 7,9 puntos porcentuales.

Entre los usuarios de Casa Caridad están representados más de 50 países. En estos

casos, la situación de los usuarios se complica ya que con frecuencia se encuentran totalmente aislados en el país.

A esta coyuntura se añade el desconocimiento del idioma y la falta de información sobre los recursos a los que pueden acogerse. La entidad trata de remover estas barreras con la oferta de clases de español y alfabetización impartidas por voluntarios.

“Los usuarios encuentran en esta organización un lugar en el que dejan de

sentirse invisibles. A través de las clases vuelven a sentirse parte de un grupo

en el que pueden apoyarse para seguir hacia delante“, ha explicado Luis Miralles.

En este sentido, Casa Caridad cuenta con 136 plazas en albergues en las que el año pasado se realizaron 33.394 pernoctaciones.

La entidad atiende al día en todos sus recursos (albergues, guardería y comedores) a 165 niños.

Mucho más que comer

Casa Caridad contempla un conjunto de actuaciones y programas enfocados a fomentar la recuperación de habilidades sociales de las personas en riesgo de exclusión social y apoyarlas en su reinserción sociolaboral.

Por eso, a pesar de que el servicio de comedor de la entidad es fundamental ya que permite que se sirvan a medio día más de 500 raciones de alimento diarias, son muchos otros recursos los que la ONG ofrece enfocados a la inclusión social.

“Somos conscientes de que para trabajar por la inclusión real hay que ofrecer otros recursos que van más allá de las necesidades básicas de techo y vivienda. Con la campaña 'Mucho Más que Comer' queremos promover una mayor conciencia tanto de las necesidades de los colectivos en riesgo de exclusión como de los instrumentos que pueden darse para mejorar su situación”,explica el presidente de la institución, Luis Miralles.

Entre estas herramientas destaca el Centro de Día, servicio único en València que se aleja del asistencialismo y persigue el empoderamiento pleno de los usuarios.

Este servicio ofrece talleres destinados a la readquisición de habilidades sociales y cognitivas para todas las personas en situación de vulnerabilidad que quieran acudir.

A estos servicios hay que sumarle los talleres de empleo y vivienda, recursos claves en el trabajo para la reinserción de los colectivos vulnerables. A través de estos, se diseña un itinerario laboral personalizado a la experiencia e intereses de cada usuario y se les apoya para encontrar un lugar digno en el que vivir.

La campaña de sensibilización tiene como objetivo concienciar de la necesidades específicas de las personas solas y de cómo desde la entidad se trabaja para que sean atendidas.

Casa Caridad se sostiene gracias al apoyo de los valencianos que participan en su 70% financiación, solo el 30% de los fondos de los que dispone la organización se corresponden con subvenciones públicas.

La actividad de la ONG supone un gasto diario de 12.000 euros y cuenta con 3.600 socios particulares y 160 empresas colaboradoras. El objetivo es alcanzar los 5.000 socios y las 365 empresas, “una para financiar total o parcialmente cada día de actividad”.