Desde Ecologistas en Acción la Serranía denuncian que la población lleva años sometida a un ambiente tóxico y peligroso derivado de los trabajos de las minas y su cercanía a los núcleos de población.
Durante el encuentro, los colectivos ecologistas tuvieron la oportunidad de trasladar a las autoridades su preocupación por las diversas problemáticas que desde hace tiempo vienen denunciando a raíz del conflicto con algunas explotaciones mineras. Según trasladan los ecologistas, que han calificado la reunión de “positiva”, se ha aprobado la instalación de una estación permanente que revisará la calidad ambiental, la cual que instalará en breves en el municipio de Villar del Arzobispo.
A la reunión asistieron diversas plataformas ecologistas pertenecientes a la coordinadora Por una Serranía Viva –Ecologistas en Acción La Serranía, La Caterva de Chelva o Compromís de Pedralba, entre otras- y el Secretario Autonómico de Medio Ambiente, Francisco Quesada. En la reunión también estuvieron presentes el Director General de Medio Natural y Evaluación Ambiental, Antoni Marzo, y el Director General de Cambio Climático y Calidad Ambiental, Joan Piquer Huerga.
La instalación del medidor era una reivindicación histórica de los colectivos ecologistas, ya que desde hace décadas vienen denunciando que el polvo en suspensión derivado de los trabajos de las minas y su cercanía a los núcleos de población –en especial el polvo de sílice, uno de los minerales que se extraen en la zona y que puede llegar a provocar enfermedades respiratorias como la silicosis-, ponían en peligro la salud de los vecinos.
“La cercanía de las minas, el continuo tránsito rodado de vehículos pesados, los almacenes abiertos del mineral extraído y el viento, llevan a la concentración elevada de polvo en suspensión. Llevamos años expuestos al polvo el cual respiramos continuamente, con los peligros ello conlleva”, declaran desde Ecologistas en Acción La Serranía. Además de ellos, también algunos profesores del Instituto de Secundaria de Villar del Arzobispo, han denunciado que el continuo tráfico de las minas pasa muy cerca del centro y esta exposición resulta un peligro para los más pequeños.
“Aquí nadie está haciendo su trabajo, ni lo ha hecho. Un trabajador del sector puntúa cada año trabajado por uno punto dos años. Es decir, se jubilan antes porque están sometidos a un ambiente tóxico y peligroso. A ese mismo ambiente se somete a la población”, explican desde Ecologistas en Acción la Serranía. La solución, cuentan, pasaría por tomar medidas que ya se aplican en otras zonas mineras, como prohibir los acopios superficiales, construir naves estancas donde almacenar el mineral o no trabajar los días de viento.
“Lo que le pasa a los pulmones expuestos en polvo en suspensión, sobre todo el de sílice, que es el más peligroso, es como lo que le pasa a una esponja para remolinear una pared que han lucido. Solo pedimos que se haga cumplir la ley”, sentencian.
Con el acuerdo para la instalación del medidor se podrán obtener datos objetivos sobre qué tipo de aire están expuestos los vecinos. Si finalmente se constata que existe contaminación, se tendrá que proceder a aplicar medidas correctoras que pueden proceder incluso el cierre de algunas de las minas.