La Central Sindical Independiente y de Funcionarios, CSI·F, ha calificado las condiciones en que se presta servicio de emergencias al aeropuerto de Castellón “de juzgado de guardia”. Tras hacerse público el incremento de la partida de 'gratificaciones' para las horas de trabajo que realizan los bomberos en las instalaciones aeroportuarias, que pasan de 250.000 a 510.000 euros para este mismo año, CSI·F se pregunta “¿Cómo se puede doblar el presupuesto del servicio en un aeropuerto que aún no funciona?”
La respuesta del diputado delegado, Luis Rubio, “es lo más intrigante” prosiguen desde CSI·F, tras conocer que Rubio alegó que “no pasa nada: lo paga Lavalín”.
El sindicato manifiesta que “con su dinero, Lavalín puede hacer lo que crea conveniente, pero no así el Consorcio de Bomberos”, que según CSI·F “está haciendo del servicio prestado al aeropuerto una red de clientelismo y un negocio intolerable porque perjudica gravemente al cuerpo de bomberos y a la ciudadanía de Castellón”.
Justifica CSI·F su denuncia exponiendo el funcionamiento del aeropuerto, “en primer lugar, el Consorcio se gasta todo su presupuesto de formación en instruir a unos cuantos bomberos para que presten servicio en el aeropuerto, quedando el resto del cuerpo sin formación todo el año. Acto seguido se destina al aeropuerto un número determinado de bomberos ya formados y que son efectivos de distintos parques de la provincia que están en cuadro porque funcionan sin que se cubran las vacantes”.
Una vez en el aeropuerto, “se les paga ese trabajo como horas ordinarias (aunque deberían ser extraordinarias) que van aparte de su nómina. Y lo increíble llega cuando hay una emergencia y faltan efectivos en los parques de la provincia -afirman- o cuando se le deniega un servicio a un Ayuntamiento para una actividad o festivo concreto (castillo de fuegos artificiales, acto recreativo, etc..) excusándose en que no hay presupuesto para horas extraordinarias”.
En definitiva, insisten, “se firma un acuerdo con una empresa externa para darle un servicio con tu plantilla cuando tú estás bajo mínimos de personal”. La Central Sindical, que ya ha denunciado recientemente otras “aberraciones” como la compra de un camión que no cabe en los pueblos o el menosprecio del Consorcio por la actividad sindical y las reglas democráticas, cree que el convenio con el Aeropuerto “acabará dañando gravemente la imagen de Castellón y de los gestores del aeropuerto, que ya han tenido bastante con asumir la vergüenza que ha rodeado a su accidentado nacimiento y puesta en marcha”.
A juicio de los representantes sindicales “es muy sencillo hacer las cosas bien, pero entonces no ganan dinero unos pocos”. CSI·F exige que se regule la prestación de este servicio y se haga de inmediato, e insiste en la posibilidad de corregir estos vicios sin perjudicar al resto de bomberos como sucede ahora.
Así mismo, abogan porque el aeropuerto esté cubierto como un centro de trabajo más del Consorcio de Bomberos, de manera que su personal sean efectivos destinados a ese puesto y no procedentes de los parques para prestar el servicio, “en cuyo caso, lo mínimo que deberían hacer es cubrir las vacantes que hay en cada parque antes de destinar miembros al aeropuerto para hacer horas”.
El sindicato concluye con una exigencia directa al diputado delegado, y es “que explique a los medios de comunicación el funcionamiento del servicio puesto que no quiere trato con los sindicatos”, ya que en su opinión se está permitiendo que los ciudadanos le escuchen como respuesta en los medios un simple “paga Lavalín” o “está todo correcto” olvidándose de que se trata de unas deficiencias muy graves en un servicio público fundamental.
Constante perjuicio para el servicio
Como ejemplo de la “falta de decoro” con que se presta el servicio al aeropuerto CSI·F nombra el parque de Oropesa, “donde se ha dado la circunstancia de que hay más bomberos echando horas en el aeropuerto que atendiendo el parque y las emergencias”, una anomalía que se escenificó de nuevo el pasado 18 de julio, cuando cuatro bomberos que cubrían el FIB fueron llamados a trabajar al aeropuerto porque aterrizaba un avión, de manera que se fueron y se les relevó en el festival por los cuatro bomberos de guardia del parque de Oropesa, quedando este cerrado y sin cobertura de emergencias todo el área de 8 a 12 de la noche.