Últimamente estoy algo desconcertado. Veo insistentemente a muchos compañeros del PSOE, en las redes sociales compartiendo enlaces de diarios conservadores o ultraconservadores, en los que de una manera u otra se descalifica al partido de Pablo Iglesias; y/o a Izquierda Unida, Alberto Garzón, Manuela Carmena, Ada Colau etc… No parecer una cuestión aislada, no es cosa de mis amigos del PSOE de aquí, no es un tema local, ni comarcal. Los líderes “federales” están en la misma línea. Recientemente, el Secretario General de los socialistas, Pedro Sanchez, decía en referencia al Programa de Unidos Podemos, que hace referencia a un famosos catalogo de muebles, que no “compraría hoces y martillos”, azuzando a estas alturas de la película, el miedo al comunismo. ¿En realidad, tan desesperado esta el PSOE; tan mal se ve tras el 26 de junio? En los últimos treinta años, es cierto que el PSOE se ha encontrado muy cómodo con el bipartidismo en el ambito estatal y autonómico. Desde los años ochenta una de las líneas estratégicas del PSOE ha sido laminar y ningunear a toda fuerza política a su izquierda, primero fue el PCE y más tarde IU. Todavía recuerdo el compromiso de Zp ante Gaspar Llamazares en su primera investidura, de modificar la Ley Electoral que tanto ha perjudicado a Izquierda Unida, y que como único resultado tuvo un bonito informe del Consejo de Estado.
A nivel local, las cosas siempre han sido diferentes. El PSOE, no ha dudado en aceptar o pedir la colaboración de “comunistas”, o “extremistas” de IU, para poder investir a sus alcaldes y alcaldesas y desarrollar acuerdos de progreso. Ha sido así desde las elecciones municipales del 3 de abril de 1979, hasta la actualidad. En los últimos años, coincidiendo con la aparición de nuevas opciones políticas y el descenso de apoyos al partido socialista, ha necesitado el apoyo en Aragón, Comunidad Valenciana, Extremadura, Castilla la Mancha… así como en importantes capitales donde es el PSOE el que apoya a gobiernos del cambio; Madrid, Barcelona, Valencia etc…. El PSOE pasa por momentos complicados, analizar el por qué de una manera seria y sosegada ayudaría a muchos compañeros y compañeras a apuntar al verdadero enemigo, al antagónico, no al diferente.
Los tiempos están cambiando, y las hegemonías políticas también. Ante esto solo nos queda la certeza de que los partidos son herramientas; cuando la sociedad deja de verte como única palanca de cambio es que algo a nuestro alrededor ha cambiado y no nos hemos dado cuenta. La culpa no la tiene el partido de enfrente, ni los periodistas de La Sexta. Independientemente de que el PSOE, sea tercera o segunda fuerza política el 26J, si realmente queremos transformar este país y atender a nuestra gente, a ese 99% al que tanto se le ha machacado en los últimos siete años, necesitamos que las fuerzas de la izquierda, progresistas, de abajo, socialdemócratas etc… se entiendan. Y eso no significa, hacer un “arreglet” con C´s y luego invitar al resto a que se sumen al “más de lo mismo”. La gente trabajadora se quedo con la copla, los españoles y las españolas captaron perfectamente la jugada, hemos hecho un Máster en Política Ficción. Si el PSOE entiende que ese no es el camino, yo le auguro futuro. Si sigue con la estrategia del 20D, creo que la sombra del Pasok griego planeara muy bajito sobre Ferraz. Cuando se habla de socialdemocracia, yo no pienso en Tony Blair, ni en Felipe Gonzalez, ni en Carlos Solchaga, me gusta más acordarme de la valentía del primer ministro inglés Clement Attlee, nacionalizando en el año 1947 el Banco de Inglaterra y las industrias del carbón, el gas, la electricidad, los ferrocarriles, la aviación civil y la siderurgia; o del fundador del sistema británico de salud Aneurin Bevan. Hace años que tengo claro que uno es lo que hace, y no lo que dice que es; uno no es socialdemócrata por que lo diga ahora; y por supuesto tampoco por que lleve diciéndolo veinte años; uno es lo que hace, precisamente ese es el reto futuro de Unidos Podemos: hacerlo.
Lo hacemos?