Lo que pasa en Orihuela se queda en Orihuela. Los dirigentes de PP y Ciudadanos insisten en desvincular la ruptura en el gobierno de la capital de La Vega Baja, uno de los principales feudos de la derecha en la Comunitat Valenciana, del resto de acuerdos que las formaciones conservadoras suscribieron en las últimas elecciones.
El lunes prosperó una moción de censura pactada por cinco concejales de Ciudadanos con el PSPV y apoyada por Cambiemos Orihuela, la marca municipal de Podemos en la localidad alicantina, para desalojar del consistorio a Emilio Bascuñana, imputado por malversación de fondos públicos al cobrar de Sanidad sin que constara que acudiera a su puesto de trabajo. La nueva alcaldesa, la socialista Carolina Gracia, comenzará esta semana a formar un gobierno municipal en el que integrar a sus nuevos socios tras la ruptura con el PP.
Los exsocios de gobierno local se empeñan en desvincular esta ruptura del resto de relaciones que mantienen. En una rueda de prensa este martes, solo un día después de perder la alcaldía, el líder del PP valenciano, Carlos Mazón, calificaba la operación de “dislate antinatura que huele bastante mal”, acusando de nuevo a Ximo Puig de impulsarla.
Una acusación que fundamenta en que la formación conservadora se alíe con Els Verds, con Cambiemos, con Esquerra Unida y el PSOE que niega el agua y avala la imposición del catalán en la Vega Baja“. ”Ha sido una decepción para mí por parte de Ciudadanos, pero se circunscribe a Orihuela“, ha insistido, desvinculándola de otros pactos como el que mantienen en la Diputación de Alicante.
El recuerdo de Murcia
La ruptura tras una alianza de siete años con un alcalde que lleva dos imputado por malversación ha hecho temblar a la dirección de Ciudadanos. Con el recuerdo aún reciente del intento de moción de censura en Murcia y la factura política para el partido de Inés Arrimadas, la dirección autonómica de Ciudadanos insiste en adoptar una posición defensiva y rechazar todo acuerdo con los socialistas.
La portavoz en las Corts Valencianes, Ruth Merino, recalcaba este martes que su formación no secunda el cambio de gobierno y sus concejales han actuado por libre. “Tenemos muy claro que hay que cumplir con los derechos de los afiliados”, ha señalado, en referencia al expediente disciplinario que ha reclamado la dirección provincial.
En el debate en Orihuela las investigaciones por corrupción pasaron de puntillas: apenas se mencionó en el plenario que a Bascuñana se le acusa de cobrar 200.000 euros de las arcas públicas sin que conste que trabajara. En su discurso de despedida, Bascuñana afirmaba que deja la alcaldía “satisfecho con la gestión, con la conciencia tranquila y con las manos limpias, muy limpias”.