Este viernes se han iniciado los trabajos de exhumación en el cementerio municipal de Ontinyent donde se esperan encontrar los restos de cuatro personas fusiladas el 15 de diciembre de 1939. Después de abrir los sepulcros, el equipo de expertos forenses ha encontrado los restos de al menos cuatro individuos en el nicho 266, y en el 267 un ataúd del que no tenía constancia el registro municipal. Los trabajos de identificación por parte del equipo antropólogo forense confirmarán si los restos corresponden a estas personas.
Al acto han acudido el presidente de la Diputación de València y alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, la diputada de Memoria Histórica, Rosa Pérez Garijo, el secretario de la Comisión de Memoria Histórica municipal, Vicent Revert, la concejala coordinadora de Política para las Personas, Sayo Gandia, y la coordinadora del proyecto de Paleolab, la antropóloga forense Elisa Garcia.
“Hoy vivimos un día histórico y creo que Ontinyent es una ciudad más digna porque hemos hecho justicia, hemos reparado una cuestión que hace 70 años que se esperaba y que es por fin una realidad”, ha remarcado Rodríguez. El presidente de la Corporación provincial no ha querido olvidar “a los familiares que desde hacía tantos años esperaban este momento”, y ha agradecido a Rosa Pérez Garijo “que desde el primer momento tuvo muy claro el camino que tenía que tomar la delegación de Memoria Histórica, y que hoy por fin empieza a dar frutos”.
Por su parte, Pérez Garijo ha señalado que este caso es diferente al iniciado hace un mes en el cementerio de Paterna, puesto que es el propio consistorio el que ha impulsado los trabajos. “Esto muestra que los ayuntamientos apuestan también por la recuperación, justicia y reparación de la historia franquista, que para nuestro equipo de gobierno es tan importante”, ha añadido.
Desde un primer momento se mezcló la hipótesis que se hubiera producido una exhumación no registrada. Por eso, el equipo de forenses ha abierto el segundo nicho 267, el cual figuraba como vacío en el registro municipal, para asegurarse que no había restos. Al encontrar un ataúd en el sepulcro y encontrar indicios que la fecha de entierro era diferente, los expertos han procedido a cerrarlo de nuevo. “En ningún caso puede venir de la fosa común. Un descuido en el registro puede ser la razón porque no consto, y esto puede ser el inicio de otra vía de investigación”, ha dicho el arqueólogo forense Manuel Polo.
El trabajo que queda para hacer tomará entre unos 6 y 8 meses. Primero, el equipo de antropólogos forenses individualizarán los restos, que se encuentran mezcladas. A continuación, enviarán las muestras a un laboratorio de genética en Madrid donde se harán las pruebas de ADN y las compararán con las de los familiares. En palabras de Revert, “nos queda acabar el trabajo técnico y proseguir la busca de los restos que no hayan aparecido y que podrían encontrarse en una segunda fosa que no ha sido exhumada”.
Testigos de los hechos
No han faltado a la cita numerosos familiares de las víctimas de la represión franquista. Uno de ellos ha sido Concha Díaz, sobrina de Rafael Bataller, quién fue fusilado a los 27 años. Cocha fue el testimonio primario que ayudó a situar a los cuerpos, al haber trasladado personalmente los restos, en bolsas de plástico, de la fosa común al nicho 266 durante la dictadura. “Desde entonces siempre le hemos traído flores al mismo lugar”, explica la hermana de Concha, María Díaz.
80 años más tarde
Durante las fiestas de moros y cristianos del verano de 1939, fueron procesados en un juicio sumaríssim en el ayuntamiento de la localidad 15 reos. Únicamente dos de ellos fueron condenados a 30 años de prisión, y el resto fueron sentenciados a muerte. Los fusilados por la represión franquista fueron enterrados en fosas del cementerio municipal, y a finales de los años 60 aproximadamente se exhumaron al menos 6 de los cadáveres, por orden del alcalde de entonces, Vicent Gironés.
Dos de las víctimas fueron identificadas y enterradas por la familia; sin embargo, el resto fueron depositadas en los nichos. Con este contexto, la Corporación provincial apoya a la busca de los restos de estas 4 personas o, en caso contrario, localizar la fosa en la cual se encuentran. La subvención concedida por la Diputación asciende a 8.864,46 euros, el valor total de la exhumación e identificación de los restos.