Las estadísticas incluidas en la página web de la dirección general del Catrasto, un organismo del Ministerio de Hacienda, demuestran dos cosas en lo que respecta a la Marina Alta: que el urbanismo en esta comarca ha continuado plagado de anomalías incluso en lo más duro de la crisis; y que, como ya se ha dicho en otras ocasiones, hay muchas más viviendas que habitantes.
Desde 2013, el Catrasto ha regularizado a través de inspecciones más de 16.000 construcciones que se encontraban en situación ilegal, es decir que no se habían dado de alta ni tributaban el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). En algunos casos se trata de casas enteras, pero lo más normal es que sean ampliaciones –áticos, cobertizos, nuevos pisos o alturas añadidas– o bien obras de rehabilitación. Todos estos inmuebles han sido regularizados después del correspondiente proceso de sanción.
El municipio más afectado por esta situación en la Marina Alta ha sido Teulada, con 4.175 viviendas ilegales, seguido a corta distancia de Dénia, con 3.060 de estas unidades, más de un 70% de obras de ampliación. También destacan las construcciones ilegales de Benitatxell con 1.578; Calp, con 1.521; Pedreguer, con 1.094, y Gata de Gorgos, con 850.
Los técnicos del catastro también han sacado a la luz inmuebles ilegales en Xaló (606), El Verger (471), Alcanalí (451, un número notable para una población de ese tamaño), Pego (403), Beniarbeig (391), Benidoleig (390), Parcent (375), Llíber (299), Ràfol d’Almúnia (231) y Benimeli (151).
Todas estas construcciones que ahora han aflorado a la superficie tributarán al IBI, lo que supondrá una inyección económica para sus respectivos ayuntamientos. De hecho, el incremento en la cuantía de los presupuestos municipales que se está produciendo en bastantes de esas localidades obedece precisamente a que se prevé recaudar más dinero por ese impuesto.
Además, como ya apuntaron otros estudios en el pasado, esos datos de Hacienda también subrayan que esta es una comarca con muchas más viviendas que habitantes. Y que muchas casas permanecen vacías bien durante gran parte del año, al ser apartamentos de segunda residencia para destinos vacacionales, o bien siempre, ya que todavía pertenecen al gran stock de inmuebles que se quedaron sin vender tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, están en manos muchas veces de entidades bancarias o de la Sareb y aún buscan comprador.
Así se confirma en todos los municipios incluidos en esa relación del Catastro: Dénia, con menos de 42.000 habitantes tiene más de setenta mil unidades catastrales; Calp, con poco más de veinte mil almas, suma 43.514 inmuebles; o Teulada, con unos once mil habitantes, posee más de 21.000 de esas unidades.