Les Corts piden que las ayudas al sector hotelero y calzado tengan en cuenta derechos laborales de kellys y aparadoras

Europa Press

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El pleno de Les Corts ha aprobado por unanimidad una iniciativa en la que piden al Consell que en las ayudas o subvenciones públicas para el fomento del turismo, a establecimientos hoteleros y al sector del calzado tengan en cuenta los principios de dignidad, seguridad y derechos laborales en la contratación del personal de limpieza, las conocidas kellys, y las aparadoras del calzado.

Además, la propuesta apuesta por impulsar desde la Conselleria competente la constitución de una mesa de mediación para llegar a un acuerdo entre patronal y sindicatos respecto a los convenios colectivos de hostelería en las tres provincias, un plan para el fomento y la creación de cooperativas de trabajadoras del calzado, un informe sobre la economía sumergida en la Comunitat focalizado en los colectivos altamente feminizados y una mayor cooperación entre administraciones para vigilar el fraude en las contrataciones y con un control especial en la intermediación laboral a través de agencias y ETT.

Se pide también instar al Gobierno a, entre otras cuestiones, a reconocer los años acreditables trabajados en economía sumergida por parte de las trabajadoras del calzado a la hora de realizar el cómputo para su pensión de jubilación y aumentar la plantilla de inspección en la Comunitat.

La diputada de Compromís -grupo del que partía la iniciativa-- Marian Campello ha señalado que ser valenciano es un orgullo pero para algunas personas significa “ser precarizadas, explotadas” porque “mientras unos vienen de lejos a Benidorm o Gandia otros trabajan dejándose la salud por salarios que no dan para vivir” porque “se paga lo mismo por un vaso de cerveza que por la limpieza de una habitación”.

Así, ha señalado que “muchos hoteleros utilizan una fórmula perversa, con contratos a través de empresas multiservicios” para disponer de camareras de piso, una “tecnología precarizadora punta al servicio del capitalismo más salvaje”. Las kellys, ha recalcado, pueden funcionar sin cocina o incluso sin recepción pero no sin camas y habitaciones limpias, por lo que estas trabajadoras “son la base del turismo, sin ellas no hay turismo, pero ellas no tienen derechos laborales”.

Respecto a las aparadoras del calzado, se ha colocado un babero de su madre y, visiblemente emocionada, se ha referido a ellas como esas “heroínas” por las que muchas han salido adelante, explicando que es “nieta, sobrina e hija” de aparadoras del calzado, como buena parte de los ilicitanos. “Ellas -ha subrayado- son las caras, y sobre todo las manos, que soportan uno de los tejidos industriales de nuestra tierra, lo que es un orgullo y supone un coste”.

Ha expuesto algunos de los problemas a los que se enfrentan estas trabajadoras, que según ha dicho tras trabajar 12 horas al día y “en negro” en muchos casos, sin reconocimiento de las enfermedades profesionales, llegan a la jubilación y perciben una pensión que “no llega ni al mínimo para vivir”. “No hay recuperación económica si son las espaldas y las manos de las mismas las que son sometidas a esa semiesclavitud. Larga vida a las kellys, a las aparadoras y a las mujeres organizadas de este país”, ha concluido.