Enrique Crespo, expresidente del consejo de administración de Emarsa, exvicepresidente de la Diputación de Valencia y exalcalde de Manises (PP), ha insistido en su inocencia en el saqueo de la depuradora de Pinedo y ha repetido ante el tribunal juzgador que “nunca” le han dado tarjetas bancarias para extraer dinero irregular de los lodos; que “nunca” ha ido a Rumanía ni tampoco ha enchufado a nadie, pese a que, según su versión, otros expresidentes lo hacían. Frente a su versión, varios acusados apuntan a que se benefició del fraude.
Crespo, quien se enfrenta a 14 años de prisión por un delito de prevaricación en concurso con un delito de falsedad y un delito de malversación de caudales, se ha manifestado en estos términos durante su declaración -continúa a la que prestó ayer— en el juicio por la pieza principal del caso Emarsa, procedimiento en el que se ha investigado un supuesto desfalco de más de 25 millones de euros en la gestión de la depuradora de Pinedo (València).
El investigado ha vuelto a lamentar la falta de financiación en la empresa pública y ha aludido a un “déficit estructural” debido a que solo se contemplaban 30 puestos de trabajo cuando en Emarsa había unos 100. “No hay ninguna empresa que pueda aguantar eso”, ha manifestado.
Al respecto, ha lamentado que “cada presidente que llegaba a Emarsa iba poniendo a más personas. El PSPV, el Partido Comunista... Así hasta que esta empresa política sumara 100 operarios y yo no podía hacer frente a eso”. Pero en su caso ha especificado que no “enchufó” a nadie.
“El secretario —de la mercantil— me dijo que históricamente eso había sido un despilforre y que cada presidente había estado metiendo entre 15 y 20 personas. Se metía a gente cada vez que llegaba un presidente nuevo”, ha aseverado.
Esta situación se la trasladó al exconseller de Medio Ambiente José Ramón García Antón -ya fallecido— y éste le comentó, según ha manifestado, que no se debía dar más financiación a la empresa: “El se negaba a pagar puestos que entendía que eran políticos y que ciertos políticos habían puesto ahí. Pidió que se quitaran”, ha dicho.
Por este motivo, le trasladó estas conversaciones al exgerente de la entidad Esteban Cuesta y le comentó que como no despidiera a gente, “esto no iba a poder acabar”. “Yo le digo que haga lo que crea conveniente, pero no le doy órdenes de despido porque no sé a cuántos tiene que despedir ni nada de eso”, ha expuesto.
Al acusado se le ha preguntado también si existe alguna persona más que pueda corroborar la versión que ofreció ayer de que Cuesta fue “recomendado” tanto por García Antón como por el entonces delegado del Consell en la provincia de Valencia Fernando Coquillat, ambos fallecidos, a lo que ha respondido: “No. Y siento que estén así porque me hubiera gustado que vinieran aquí a declarar lo que me dijeron”.
En cuanto al asunto de los regalos sufragados por Emarsa, Crespo ha reconocido que encargaba a Cuesta regalos para un listado de personas que no estaban relacionadas con la planta pero que entendía que eran “compromisos”. “Como presidente de la planta encargaba regalos navideños que se enviaban a personas conocidas, relevantes. Era por mi labor de representación”, ha aseverado.
Viajes, hoteles, tarjetas
Crespo ha manifestado, a preguntas de su defensa, que “nunca” le han dado tarjetas bancarias de Emarsa -el exgerente Esteban Cuesta y un ex alto cargo de Epsar, Ignacio Bernácer, ofrecieron una versión contraria— ni ha sido beneficiario de ellas; así como tampoco ha participado en ninguna trama para estafar con los lodos: “Absolutamente no”, ha apostillado.
Tampoco ha visto “en su vida” al empresario fugado Jorge Ignacio Roca, ni a José Luis Sena -también empresario procesado--. Respecto a los viajes, ha negado que la empresa publica le costease ningo. “El único viaje que me ha pagado Emarsa ha sido a la Expo de Zaragoza, con otros miembros del consejo de administración”, ha dicho. “Pero no he ido nunca ni a París, ni a Sudamércia ni a Rumanía”.
El exvicepresidente de la Diputación de Valencia ha negado así mismo que Emarsa le pagase alojamientos en hoteles ni comidas que no estuvieran relacionadas con su cargo. En cuanto a diferentes ingresos en efectivo que figuran en sus cuentas entre los años 2004 a 2007, ha insistido en que se debían a regalos de su exsuegro y “solían hacerse en verano y en la fecha de mi cumpleaños”, ha señalado.