Cruz Roja ha realizado más de 216.000 asistencias y alojado cerca de 4.000 personas personas afectadas por la DANA

La Cruz Roja se ha convertido en un blanco de los agitadores ultras en las redes sociales en cuanto a su colaboración en las tareas humanitarias con las víctimas de la DANA. La ONG se ha visto en la diana siendo acusada de tener más sensibilidad con los migrantes que llegan a las costas españolas que con los vecinos afectados por el temporal de hace dos semanas. Ante estas acusaciones la Cruz Roja ha puesto sus cifras sobre la mesa.

En concreto Cruz Roja ha recaudado ayudas en dos semanas por más de 43 millones de euros de particulares y 30 millones de empresas y fundaciones para un plan de respuesta a tres años ante los efectos de la DANA en las provincias de València, Cuenca, Albacete y Málaga, abarcando un total de más de 100.000 personas.

En cuanto a su primera fase de respuesta inmediata, Cruz Roja explica que ya ha realizado más de 216.000 asistencias, ofrecido manutención a más de 116.000 personas afectadas e intervinientes, y alojado a cerca de 4.000 personas. Entre sus acciones primarias se encuentra la entrega de alimentos, bebidas y bienes de primera necesidad, así como también abrigo, higiene y medicación para personas enfermas. También ha ofrecido atención sanitaria y colaboración con la red de transporte sanitario; intervención psicosocial y dispensación de primeros auxilios psicológicos; montaje y gestión de infraestructuras de albergue provisional; restablecimiento de redes de comunicaciones; y limpieza y desescombro de espacios públicos y viviendas.

Los grupos prioritarios de población en los que explica Cruz Roja que se centra son principalmente personas con la vivienda o comercio afectado por la DANA, “priorizando las personas mayores, las familias con menores a cargo, las personas con discapacidad, las personas en situación de extrema vulnerabilidad, las mujeres en dificultad social, las personas migrantes y las personas con problemas de salud. También pondremos especial atención a las comunidades rurales afectadas por la DANA”.

Red de asistencia

Por otro lado señala que cuenta con 28 puntos de distribución y entrega desde los que ha facilitado casi 33.000 kits de higiene y entregado más de 3.200 mantas. Del mismo destaca la colaboración de los cooperadores: “toda esta labor ha sido posible gracias a la implicación de las más de 4.800 personas movilizadas, lo que supone una media de 800 personas voluntarias diarias”.

Asimismo señala que “desde el inicio de la emergencia, Cruz Roja colabora y trabaja de manera coordinada con el resto de intervinientes, administraciones públicas, cuerpos y fuerzas de seguridad”, en tareas como búsqueda, salvamento y rescate, limpieza y desescombro; cobertura de necesidades básicas; recuperación de la habitabilidad de vivienda, espacios comunitarios y funcionalidad de los servicios públicos; recuperación de los medios de vida; y fortalecimiento de las capacidades comunitarias.

Entre las siguientes iniciativas inmediatas propuestas está “la entrega de artículos necesarios, entregas económicas (tarjetas monedero) y atención psicosocial, con un objetivo de alcanzar a aproximadamente a 60.000 personas y un presupuesto inicial de 20 millones de euros”.

Fases a medio y largo plazo

En una segunda fase de recuperación se señala un apoyo sostenido a acciones iniciadas “hasta la recuperación de la normalidad” en la entrega de ayudas, apoyo psicosocial y tareas de limpieza. También ofrece puntos de información para personas afectadas para que reciban acompañamiento y derivación a recursos propios de Cruz Roja o de otras entidades. Acompañamiento a trámites y ayudas disponibles al desempleo, así como a procesos de nuevas oportunidades laborales. Y apoyo a los negocios en su recuperación a través de ayudas específicas de autoempleo complementarias con otras ayudas o créditos.

La tercera fase se asienta en el “fortalecimiento y resiliencia”, con objetivos como “refuerzo del conocimiento y la consciencia sobre riesgos a nivel comunitario”; también el desarrollo de capacidades comunitarias “para la preparación ante emergencias y activación de mecanismos de alerta temprano”; y el “refuerzo de las capacidades institucionales en labores de socorro y protocolos de intervención en emergencia, principalmente”.