Joan Llinares ya es oficialmente el director de la agencia de prevención y lucha contra el fraude y la corrupción valenciana. El gestor cultural de reconocido prestigio deja su cargo como responsable de la Oficina de Transparencia y Buenas Prácticas del Ayuntamiento de Barcelona y ha asumido este viernes la tarea encomendada por las Corts valencianas.
Por mayoría de 65 diputados -con todo el PP en contra-, Llinares fue elegido en abril para estudiar, analizar y prevenir la corrupción en la Administración valenciana, duramente castigada y saqueada por ella. “¿Cuántas penurias se hubieran podido evitar si los miles de millones desaparecidos a manos de los corruptos se hubieran destinado a cubrir las necesidades sociales, educativas, sanitarias o de desarrollo tecnológico, industrial o financiero?”, ha reflexionado el responsable en su discurso.
Llinares ha expuesto de nuevo el proyecto que ya avanzó en su comparecencia en la comisión parlamentaria: prevenir el fraude aunque no sea delito. “La corrupción es usar los poderes públicos para destinar recursos públicos al beneficio privado”, ha señalado, relatando la definición del catedrático de derecho en la Universitat de Barcelona, Joan Queralt. Para desarrollar la encomienda, Llinares estructurará la agencia en tres pilares: prevención, análisis e investigación y asuntos jurídicos y relación con otras entidades.
Por el momento, la agencia no cuenta con una ubicación específica y las Corts ha cedido un despacho para que Llinares pueda ir dotando a la agencia de cuerpo. El director no considera conveniente que la agencia comparta edificio con los grupos parlamentarios o las consellerias, dado que debe controlar su acción y no sería un espacio óptimo para garantizar la independencia de los funcionarios. “La agencia debe estar en un lugar independiente en el que los trabajadores no tengan que dar cuenta a nadie más que a la agencia”, ha señalado el responsable.
El presupuesto inicial de la entidad es de 1'5 millones de euros, entre los que se contempla hacer frente al alquiler de un edificio para comenzar a trabajar. En cuanto al personal, el responsable no ha querido detallar el número de trabajadores -serán funcionarios de la administración valenciana- ya que dependerá de cómo se adapte el presupuesto.
Llinares comenzó siendo gestor cultural y sus trabajos han sido decisivos para regenerar las instituciones públicas. Se hizo cargo en 2009 del Palau de la Música Catalana tras el escándalo y la destitución de Fèlix Millet, un trabajo que ha sacado a la superficie las irregularidades juzgadas en el caso. También del IVAM, tras la época de Consuelo Císcar, donde encontró compras de obras que no existían o que habían sido realizadas después de su adquisición y millonarios sobrecostes por reproducciones de otras obras, con diferencias de hasta un 1.500% en el precio.
El hombre que ha levantado múltiples alfombras y ha sentado en el banquillo a los responsables de la corrupción construirá ahora de cero la agencia valenciana contra el fraude.