El karma no tiene la culpa

Volvimos a 'Viva el Ciñe', un evento de promoción del cine patrio con preestrenos en la ciudad, más concretamente en los Cines ABC El Saler de Valencia. Para esta ocasión traían una película condenada a convertirse en importante este año, en uno de los films más taquilleros de nuestro país. 'No culpes al Karma de lo que te pasa por Gilipollas' es una película de María Ripoll, directora que ya nos dejó con buen sabor de boca con 'Ahora o Nunca' (2015).

Aquí nos encontramos con una novela, escrita por Laura Norton, llevada al cine, que no he tenido el gusto de leer, pero que funciona como película sin la necesidad de haber leído el libro. En ella vemos a una Verónica Echegui que da vida a la tradicional y tímida protagonista, Sara, quien se enfrenta a la marcha por trabajo a Francia de su novio, a gestionar una tienda de plumas que no funciona y al regreso de un antiguo amor, ahora novio de su hermana, de un modo muy divertido.

El film retrata la situación actual de manera certera, el éxodo de los jóvenes en busca de futuro a otros países, las crisis de matrimonios tradicionales y las redes sociales. Todos los personajes están en un estado de gracia continua, aunque nos podemos quedar con el fantástico secundario que es Jordi Sánchez, que retrata a un hombre apocado y en proceso de divorcio que intenta reestructurar su vida a marchas forzadas al irse a vivir con sus hijas.

Elvira Mínguez es otra de las secundarias que realizan un trabajo colosal, su papel de madre de la protagonista, y de mujer que ha decidido cortar la relación con su marido para vivir una segunda juventud con un nuevo amor, es espléndida. Su directora, María Ripoll, nos decía en rueda de prensa sobre la actriz: “Elvira Mínguez nunca había hecho humor y cuando la vimos actuar nos reíamos mucho, está genial”.

Una frase de la película que revela la idiosincrasia del personaje de Mínguez es la que espeta su hija menor: “Mamá tiene coño y lo usa”. Como nos comentaba su directora en el encuentro con medios, “no queríamos ese cliché de comedia romántica para no ahuyentar a nadie”. Y lleva toda la razón, pues la historia es mucho más que eso. Es una lástima que la Academia siga empeñada en no nominar a los actores que trabajan el género de la comedia, porque en ella a veces vemos destellos de luz muy intensos, y éste es el caso de Verónica Echegui.