La decencia vuelve a las Corts

Ruptura con el pasado y cambio. O al menos esa ha sido la sensación tras la constitución de les Corts Valencianes. Tras años de rodillo popular, la mesa ya no tendrá ese tono azul, que era adornado con otros colores minoritarios. Esta vez habrá arcoíris: azul PP, rojo PSPV-PSOE, naranja Ciudadanos, morado Podemos y naranja Compromís. Es el primer síntoma de un más que posible cambio político.

Y es que, este se palpó desde bien pronto en el hemiciclo valenciano. Cordialidad y diálogo más efusivo y continuo entre los diputados de distintas formaciones que en las otras ocasiones. Cercanía de todos con los periodistas. Incluso, ocurrió un hecho que brilló por su ausencia en la pasada legislatura. El PP en bloque entrando a la cafetería, saludando a todo quién estuviera allí. Aunque la imagen del aún presidente en funciones, Alberto Fabra, y de la por días alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, entrando juntos a la cafetería, liderando a los populares, evocara tiempos pasados.

Una Barberá que, precisamente, parecía más nerviosa que lo habitual. No en vano, antes de que el socialista Fernando Delgado –que al ser el diputado de más edad le tocaba ejercer de presidente de las Corts hasta la designación de este- pronunciara su discurso, ella hablaba y abría y cerraba la puerta para entrar al hemiciclo. Más nerviosa aún se puso durante el discurso de Delgado. Las referencias al pensador Joan Fuster, al cantante Raimon o al poeta Vicent Andrés Estellés, le hacían removerse de la silla.

La intervención de Delgado estuvo cargada de simbolismos. No solo la referencia a artistas y pensadores repudiados por el PP, era un símbolo de ruptura. Su petición de diálogo y respeto, de no olvidar porque los diputados se sientan allí y a quién representan o su alegato por la decencia, mostraban un cambio de paradigma. Al menos, de bienvenida.

Con la elección de Francesc Colomer, la recuperación de la decencia se consumaba en la primera sesión. Su elección era sintomática. Había sido apoyado por las cuatro fuerzas –que a juicio de los socialistas- encarnan el cambio: Ciudadanos, Compromís, Podemos y ellos mismos.

Además, poner de presidente de las Corts a una persona con una sensibilidad más de izquierdas –entró al PSPV-PSOE proveniente de la escisión de EU, Nova Esquerra- y que durante mucho tiempo padeció las formas autoritarias de gobernar del ex presidente de la Diputación de Castelló, Carlos Fabra, no era un detalle menor. Que Fabra esté encarcelado y Colomer de presidente del parlamento valenciano, suena a cambio.

Más, después de que ese sillón lo hubieran ocupado Milagrosa Martínez –imputada en Gürtel- y Juan Cotino, ex conseller también de Camps, imputado en la misma causa y salpicado por muchas otras. Se augura otra forma de moderar el debate. Sin llegar, a las situaciones que padecieron los diputados de la oposición. En especial, durante la eclosión de la trama Gürtel, en tiempo del ex presidente Francisco Camps.

Que Colomer hiciera mención a lucha de las víctimas del metro, no fue casual. Era la señal, por ahora, de recuperación de la decencia en la cámara valenciana. Y era el símbolo, de los nuevos tiempos. Cabe recordar, que Cotino, anterior presidente de las Corts, había tenido una actuación vergonzosa con las víctimas, de intentar comprar su silencio y su dignidad.

Podemos, jura diferente

La anécdota de la jornada, aparte de estar en los gestos entre los diferentes políticos -como el abrazo entre Puig y Oltra- , se centró en cómo iban a jurar los diputados. La mayoría recurrió al clásico “si, juro”. Pero, Podemos aportó una novedad. Sus representantes juraron “por los derechos humanos y para poner las instituciones al servicio de los valencianos y valencianas”.

En Compromís, hubo dos excepciones. Josep Nadal, que entró como tercero por Alicante y es conocido por ser cantante del grupo de rock, La Gossa Sorda, lo hizo “por imperativo legal”. La quinta por Alicante, Marian Campello, también realizó un juramento diferente. “Por la juventud exiliada, por las clases populares y por las personas excluidas del sistema”, dijo. Nuevos tiempos en las Corts. Si actuaciones como aplaudir a un portavoz cuanto habla, no se vuelven a repetir, el parlamento volverá a la normalidad. De momento, la decencia la ha recuperado. Esperemos, que no la pierda.