Parte del mundo de la cultura en Valencia ha reaccionado con incredulidad e indignación ante el cambio en la dirección artística del Espai Rambleta, un recinto cultural propiedad municipal pero gestionado por una empresa, que ha despedido a su programador, Guillermo Arazo.
Arazo, en opinión de varios profesionales de la cultura consultados por este periódico, había armado una programación arriesgada y equilibrada en el Espai Rambleta, un centro que ha venido programando actuaciones musicales, de artes escénicas o exposiciones complementando la no siempre rica oferta cultural de la ciudad.
La propuesta, además, tenía el favor del público. “Nuestra actividad daba beneficios, pero la empresa considera que los ingresos deben ser mayores”, explica Arazo, que desvincula al ayuntamiento de la decisión. “Ha sido una decisión empresarial para darle, al parecer, un giro más comercial a la programación”.
Las redes sociales se volcaron con Arazo, que incluso ha recibido el apoyo del actor Juan Diego Botto, cuya obra, Un trozo invisible de este mundo, ha sido recientemente programada en el Espai Rambleta. El centro cultural tiene su programación cerrada hasta fin de año.
Espai Rambleta está gestionado por Bulevar del Arte y la Cultura, una empresa propiedad, entre otros, de las constructoras Cyes, Secopsa y algunos miembros de la familia Reyna, antiguos propietarios del diario Las Provincias.
Bulevar del Arte, que ya despidió a su primer programador cultural a los cinco meses de su apertura, en julio de 2012, recibe anualmente 2.2 millones de euros del Ayuntamiento de Valencia por la construcción y gestión del recinto.