Carlos Flores, el dirigente valenciano de Vox que tuvo un “divorcio duro”, según Alberto Núñez Feijóo, siguió persiguiendo y acosando a su exmujer tras haber conseguido rebajar el pago de la pensión compensatoria. Flores fue condenado a un año de prisión, como responsable criminalmente en concepto de autor de un delito de violencia psíquica habitual y de 21 faltas de coacciones, injurias y vejaciones injustas, por haberse dedicado durante meses a proferir insultos y amenazas a su exmujer y a su exsuegro en presencia de sus tres hijos menores de edad. El juez que estableció inicialmente las condiciones de la separación ya había reclamado al dirigente de Vox “en beneficio de los hijos, evitar el uso de la fuerza para hacer efectivo” el régimen de visitas.
El candidato de Vox por Valencia en las próximas elecciones generales espetó a su excónyuge expresiones como “ladrona”, “mantenida”, “puta” o “secuestradora de niños”, e incumplió las condiciones del régimen de visitas, tal como detalla el apartado de hechos probados de la sentencia de la sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia. En la puerta del colegio donde asistían sus hijos, Flores le dijo a su exmujer: “Te voy a estar jodiendo toda la vida hasta que te mueras y acabe contigo, ladrona”.
El 7 de diciembre de 2000, el titular del Juzgado de Primera Instancia número 24 de Valencia dictó la sentencia en la que establecía la separación del matrimonio y estableció una pensión alimenticia de 35.000 pesetas (210 euros) mensuales por cada uno de los tres hijos y una compensatoria de 70.000 pesetas (420 euros) para su exmujer durante seis años.
El dirigente de Vox recurrió la sentencia y la sección décima de la Audiencia Provincial de Valencia estimó parte de sus pretensiones. El fallo, al que ha tenido acceso elDiario.es, rebajó el plazo de seis a cuatro años para el pago de la pensión compensatoria a su exmujer. Se trata de un derecho condicionado a la existencia de un desequilibrio económico en relación a la posición del otro cónyuge que implique un empeoramiento de la situación anterior al matrimonio.
Así, Flores proponía reducir la cuantía de 70.000 pesetas mensuales (420 euros) a 30.000 (180 euros) al mes y limitar el plazo de seis a “tres o cuatro años”. La sentencia denegó a Flores la rebaja de la cuantía y optó por reducir el plazo a cuatro años. El fallo reconoce el desequilibrio económico “bastante pronunciado” entre los dos esposos, a tenor de que la mujer se encontraba desempleada desde 1991 al haber “dedicado sus esfuerzos a la atención a la familia, en cuyo seno han nacido tres hijos”.
Por su parte, Carlos Flores percibía entonces como profesor de Derecho de la Universitat de València una nómina mensual de 415.554 pesetas (2.497 euros) y dos pagas extraordinarias de 179.759 pesetas (1.080 euros), además de ingresos adicionales del Centro de Estudios Constitucionales en concepto de derechos de autor por 47.783 pesetas (287 euros) en 1998 y de 41.389 pesetas (248 euros) en 1999.
La sentencia reduce el plazo de la pensión compensatoria de seis a cuatro años al considerar la “relativa juventud” de la exmujer de Flores, entonces de 43 años, y la “ausencia de obstáculos para que pueda desarrollar una actividad laboral a corto o medio plazo”. “Es razonable pensar que la situación de desequilibrio constatada ahora puede mitigarse o desaparecer en un futuro no lejano”, indica el fallo.
“Mantenida, búscate la vida”
Sin embargo, la sección décima de la Audiencia Provincial de Valencia validó, en el marco del procedimiento civil, la pensión alimenticia de 35.000 pesetas (210 euros) mensuales por cada uno de los tres hijos al concluir que la cuantía era “adecuada a la capacidad económica” de Carlos Flores, según sus ingresos de la época certificados.
Las condiciones del proceso de divorcio, tanto la pensión como el régimen de visitas, motivaron el maltrato psíquico del dirigente de Vox hacia su exesposa, tal como argumentaba la defensa de Flores. Algunos de los ataques verbales que profirió a la víctima se centraban precisamente en las condiciones económicas del divorcio. “Cuida de tus hijos, ladrona, ¿te falta dinero?, ¿no te paso bastante?, mantenida, que vives a costa de tus hijos, ¿no te da vergüenza?”, le espetó a su exesposa tras haberla seguido junto a sus tres hijos hasta la puerta del colegio el 11 de octubre del 2000. En otras ocasiones, la llamó “puta” o “ladrona” y le dijo: “Mantenida, búscate la vida”.
La sentencia que condenó al candidato de Vox alude al fallo que rebajó la pensión compensatoria de su exmujer y destaca que “pese a los regímenes de visitas aludidos, el acusado siguió a la denunciante e hijos en el camino de ida al colegio”. Incluso “requiriendo a algunos escolares para que llamaran a sus hijos” o impidiendo a su exmujer la “entrada normal al colegio”.
De hecho, el Juzgado de Primera Instancia número 24 de Valencia que estableció el régimen de visitas (los fines de semana alternos y la mitad de los periodos vacacionales) ya advirtió en su sentencia inicial de la demanda de separación que las recogidas y entregas de los hijos se debían efectuar en el patio del domicilio materno, “evitando en beneficio de los hijos, recurrir al uso de la fuerza para hacer efectivo el derecho-deber de visitas, sobre todo en el caso de la hija mayor”.
Flores a su exsuegro: “Vete con las putas”
El 17 de enero del 2001, un mes después de la sentencia de primera instancia sobre el régimen de visitas, Flores interceptó a su exmujer y a su exsuegro y, en presencia de los hijos menores de edad, le espetó al abuelo: “Cruza enfrente que es el barrio de las putas, vete con las putas que es lo que tienes que hacer”. Ante tal panorama, la hija mayor, entonces de 11 años, se acercó a unos agentes de la Policía Local para que intervinieran, según el apartado de hechos probados de la sentencia que lo condenó a un año de prisión por un delito de violencia psíquica habitual y por 21 faltas de coacciones, injurias y vejaciones injustas.
Además de las costas procesales, el dirigente de Vox fue condenado a abonar 6.000 euros a su exmujer en concepto de responsabilidad civil y también se le impuso una orden de alejamiento durante tres años. Carlos Flores alegó que su exesposa le había denunciado por los “celos” y el “despecho” tras “haber perdido su condición de mujer de profesor de universidad”.
La sentencia, por el contrario, desestimó el recurso del candidato de Vox y concluyó que la víctima, que se tuvo que marchar a Barcelona, había sufrido un quebranto psicológico. Sobre sus hijos, el fallo considera que “inevitablemente la conducta enjuiciada del acusado no ha podido ser sino perjudicial”.