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La crisis financiera ha provocado el cierre 1.700 sucursales bancarias valencianas desde 2010

La crisis del sector financiero se ha llevado por delante a las dos principales entidades financieras valencianas: Bancaja, diluida en el trasatlántico Bankia después de una fusión más política que económica con Caja Madrid, y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), que después de los desmadres de sus gestores acabó vendida al precio de un euro al Banco Sabadell -lo mismo que sucedió con el Banco de Valencia, que también acabó en manos catalanas, en este caso Caixabank, por el mismo precio-. Al menos, a los valencianos nos queda el consuelo de que las sedes sociales de estas tres entidades -la madrileña y las dos catalanas- se encuentran en la Comunitat Valenciana.

La caída en picado del sector también ha provocado el cierre de numerosas oficinas. 15.000 sucursales en toda España en el periodo 2010-2017 según los datos de las patronales de la Asociación Española de la Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (Ceca) han bajado la persiana definitivamente, o lo que es lo mismo, se han cerrado una media de cinco al día en los últimos ocho años. Esto supone que en España hay hoy un 40% menos de oficinas bancarias de las que había en 2010.

La Comunitat Valenciana se encuentra entre los territorios más afectados por esta circunstancia y, en concreto, Castellón es la segunda provincia donde el recorte ha sido mayor -sólo por detrás de Huelva-. Castellón ha perdido por cierre la mitad de sus sucursales bancarias, pasando de las 468 de 2010 a las 230 de 2017. En el caso de Valencia -junto a Madrid y Barcelona las provincias con mayor número de oficinas-, la pérdida se ha situado en el 43,9%, mientras que Alicante dispone de un 40,1% menos de oficinas que en 2010.

Así, en Valencia se ha pasado de las 2.029 oficinas existentes al final de la pasada década a las 1.138 del pasado año (891 menos), mientras que en Alicante se ha pasado de 1.375 a 824 (551 menos). Es decir, en la Comunitat Valenciana en 2010 existían 3.872 dependencias bancarias, de las que tan sólo sobreviven 2.172 (según los datos de 2017).

No obstante, la patronal ha reconocido que los cierres van a continuar, ya que la red de oficinas bancarias en España está muy por encima de la media de la Unión Europea -58 sucursales por cada 100.000 habitantes por las 21 de media de la UE-.