Sagunto, ¿ante una segunda reconversión industrial?

La crisis económica está azotando con crudeza desde el comienzo de la crisis a Sagunto, uno de los polos industriales de la Comunitat Valenciana. Así, términos como ERE, reestructuración, deslocalización, concurso de acreedores, paro de larga duración o Fogasa (Fondo de Garantía Salarial) se están convirtiendo en palabras habituales en el vocabulario de los trabajadores de la comarca del Camp de Morvedre.

La ciudad ha visto en los últimos tiempos como algunas de sus empresas más importantes cerraban sus puertas -la última de ellas ha sido la multinacional holandesa Bosal, que comunicó a sus trabajadores el pasado 5 de enero (víspera de Reyes) que había presentado un concurso de acreedores que derivará en la extinción de sus 222 empleos- o presentaban Expedientes de Regulación de Empleo (EREs).

La capital del Camp de Morvedre -que pese al descenso del desempleo en 2014 ha visto cómo se reducían en cerca de un 20% las contrataciones indefinidas en este último año y en casi un 80% si tenemos en cuenta el año 2007, antes del comienzo de la crisis- depende en gran medida de la industria. De este modo, Sagunto, que vivía prácticamente del monocultivo del acero, fue víctima de la reconversión industrial impulsada por el Gobierno socialista de Felipe González en la década de los ochenta, que provocó el cierre de la industria de cabecera saguntina, Altos Hornos del Mediterráneo, que llegó a contar con alrededor de 4.300 trabajadores.

Bosal, el último caso

La decisión -y las formas- de la multinacional de tubos de escape Bosal, que va a dejar en la calle a sus 222 trabajadores, ha vuelto a poner en pie de guerra a Sagunto y el Camp de Morvedre. Después de un 2013 convulso, en el que la empresa desvió su producción a otras plantas y planteó diversos EREs, la dirección presentó el concurso en vísperas de Navidad (23 de diciembre) y envió las cartas comunicando los despidos a principios de año (2 de enero).

A pesar de la movilización social y de las declaraciones de intenciones o acuerdos adoptados por las diferente administraciones -Ayuntamiento de Sagunto y Corts Valencianes-, lo cierto es que la empresa ha acordado cerrar sus instalaciones. No obstante, los trabajadores no se resignan pese a su 'condena' en firme y han convocado una movilización para el próximo 22 de enero que recorrerá las calles del Puerto de Sagunto.

ThyssenKrupp cerró Galmed

Antes de Bosal, otra industria siderúrgica cerró sus puertas en Sagunto. Fue en el verano de 2013 y 165 los trabajadores afectados por el cierre de Galmed, aunque entonces la multinacional alemana ThyssenKrupp -que se negó a la venta de sus instalaciones en el capital del Camp de Morvedre- sí que ofreció alternativas a la plantilla, incluidas recolocaciones en Alemania, hasta donde se trasladaron algunos de los empleados de la planta saguntina.

Entonces -como ahora- de poco sirvieron las presiones sociales -se produjeron movilizaciones y manifestaciones multitudinarias, con miles de personas en la calle clamando por la continuidad de la actividad de la multinacional europea- y políticas -el asunto también llegó al Consistorio saguntino, a Les Corts Valencianes y al Congreso de los Diputados con poco éxito-, y la fábrica paralizó su producción y cerró sus puertas.

Otros antecedentes

Galmed o Bosal no son los únicos casos de industrias en peligro en la ciudad valenciana. Así, en Tumesa -empresa perteneciente al Grupo Condesa- sus 113 trabajadores también están en peligro, ya que la continuidad de la planta no está asegurada debido a la situación por la que atraviesa el grupo del que depende.

En este contexto, nos encontramos con que el pasado mes de junio ArcelorMittal (heredera de la extinta Altos Hornos y empresa referente del Camp de Morvedre) presentaba un Plan de Reorganización que significaba la reestructuración de su plantilla, con una reducción sustacial de los puestos de trabajo para aumentar la productividad de la planta adecuada a la carga de trabajo de la multinacional india.

Durante la crisis, otras industrias también se han visto implicadas en conflictos sociales, como AGC o Pilkington, que se vieron afectadas por distintos EREs. El caso de Pilkington fue el primer ejemplo de gran movilización social y política en Sagunto, que evitó la ejecución del expediente de regulación inicialmente presentado por la dirección de la empresa y que suponía el despido de 192 trabajadores. Finalmente, se alcanzó un acuerdo para llevar a cabo 112 prejubilaciones que afectaron a trabajadores mayores de 57 años.

Parc Sagunt, prácticamente vacío

Y en este contexto, el polígono industrial que tenía que ser “el más grande de Europa”, Parc Sagunt, presentado en 2002 por el expresident de la Generalitat Eduardo Zaplana y que debía acoger entre 25.000 y 30.000 puestos de trabajo, continúa prácticamente vacío, con apenas tres empresas instaladas que emplean a un centenar de personas y múltiples deficiencias en infraestructuras y servicios.