Factores como el repentino e inusual aumento de temperaturas de las últimas semanas han provocado una anticipación de la fruta de principio de verano como ciruelas, melocotones, nectarinas, albaricoques o paraguayos, y el aumento de la cosecha en un 7% en España y un 11% en Europa, han saturado el mercado de estos productos amenazando la rentabilidad de la temporada.
Así lo denuncian los colectivos agrarios valencianos que además se quejan que, mientrastanto, las grandes cadenas de venta continúan disparando el precio para su mayor rentabilidad.
Desde AVA-ASAJA explica que la temprana calor de la temporada obligó a muchos productores a adelantar la recolección para preservar la condición de la fruta mediante su almacenamiento en cámaras frigoríficas. Al mismo tiempo la demanda de este tipo de productos por parte de los principales mercados europeos, y sobre todo de Alemania, se mostraba especialmente débil y remisa debido a la persistencia del frío, un factor que desincentiva el consumo de estas frutas.
La coincidencia de estas eventualidades, ahora que la campaña entra en su punto álgido, ha traído como resultado la parálisis de los mercados, “porque si bien la demanda aumenta poco a poco en la Unión Europea los stocks de fruta en los almacenes de las zonas productoras de la Comunitat Valenciana, Andalucía, Murcia, Aragón o Extremadura son muy copiosos, con lo que la oferta existente supera el ritmo de la demanda y las grandes firmas de la distribución aprovechan la coyuntura para empujar los precios a la baja”, advierten desde AVA-ASAJA.
En cifras el colectivo agrario señala que por término medio las cotizaciones han sufrido un descenso que ronda el 30% respecto al año pasado por estas mismas fechas, según los datos que maneja el Ministerio de Agricultura.
Mientras tanto, y causa de los elevados stocks existentes en los almacenes, la recolección de la fruta que todavía queda en los campos se retrasa. “La situación ha llegado a tal extremo que algunos agricultores denuncian que ciertos comercios están incumpliendo los acuerdos de compra a los que llegaron y ahora se niegan a recoger las cosechas”.
“La situación es crítica –lamenta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado– y en plena primavera la gran distribución hace nuevamente su agosto. El Gobierno, la Unión Europea, tienen que plantearse la posibilidad de poner en marcha lo antes posible algún mecanismo de retirada que contribuya a alivar los mercados y, desde luego, tienen que darse cuenta de que es preciso adoptar medidas como la aprobación de un seguro de rentas o de una ley de la cadena alimentaria a nivel comunitario que sirva para corregir esta clase de desequilibrios que condenan a muerte la actividad de los agricultores”.
Por su parte La Unió critica que “las grandes centrales de compra, contrariamente a lo que hacían habitualmente, están haciendo tratos de compra diariamente sin ningún tipo de previsión. Esta situación artificial crea una gran incertidumbre entre los productores que se ven obligados todos los días a negociar el precio, sin ningún tipo de planificación de la recolección y que al final acaban casi regalando la fruta ya que al tratarse de un producto perecedero no puede mantenerse mucho tiempo en cámaras que además no olvidemos encarecen los costes”.
A juicio de La Unió se trata una vez más de “un claro ejemplo de abuso de la gran distribución en el mercado de las frutas y hortalizas con el objetivo de obtener mayores beneficios, ya que esta bajada de precios, como casi siempre, no repercute en el consumidor”. Así, por ejemplo, estos días aseguran que en los lineales de supermercados y grandes superficies “los precios se multiplican por seis del campo al supermercado”.