La factura de la luz supone a las familias una media de 650 € al año, con un consumo de 3.487 kWh por hogar. Este año vamos a ver subidas continuas en el recibo. De entrada, en enero se ha incrementado el 5%. Así que ya podemos empezar a no malgastar electricidad o el sablazo nos dejará temblando.
En los hogares españoles, el mayor consumo de energía se lo lleva la calefacción, con el 47%, seguido de los electrodomésticos (19,4%), el agua corriente sanitaria (18,9), la cocina (7,4), la iluminación (4,1%), el standby, (2,3) y el aire acondicionado (0,8). Del gasto que generan los electrodomésticos, el frigorífico supone el 30,6%. Le siguen el televisor (12,2), la lavadora (11,7), el stand by (10,7), el horno (8,3), los ordenadores (7,4), el lavavajillas (6,1), los congeladores (6,1), la secadora (3,3) y otros (3,5).
Con esta información, ya sabemos que la climatización y los electrodomésticos son dos agujeros negros y los dos puntos por lo que debemos comenzar.
Climatización sin derroches
Se necesitan unos 23 grados para estar cómodos en invierno, pero la misma sensación térmica se consigue con 21 en una vivienda bien aislada. Con medidas efectivas de aislamiento logramos un ahorro de entre 50-100 € al año.
Si las ventanas no son aislantes y herméticas, podemos perder hasta el 30 % del consumo total en climatización. Hay que instalar sistemas de doble acristalamiento de calidad y vigilar muy bien que no haya rendijas o filtraciones de aire. También podemos colocar burletes y, si esto no es posible, al menos un film aislante. Con estas mejoras se economiza entre 30 y 80 € al año. Bajar las persianas y cerrar las cortinas por la noche dan otros 30 € de ahorro.
La ventilación diaria es necesaria para la renovación del aire interior, pero con 20 minutos es suficiente. En ese tiempo, debemos apagar la calefacción o el aire acondicionado.
Igualmente, usar un termostato y programarlo para bajar la temperatura cuando no estemos en casa beneficia la economía doméstica: cada grado de temperatura añadido equivale a un 9% más de gasto energético. Controlando la temperatura se consigue bajar la factura de 50 a 100 € al año.
También es frecuente hacer un mal uso de los radiadores: si se tapan con cortinas, muebles o repisas de madera, dificultamos la correcta difusión de la aire. Hay que mantener despejada la fuente de calor para aumentar su rendimiento y con ello evitamos pagar 40€ al año. Los paneles reflectantes entre la pared y el radiador disminuyen la pérdida de calor a través de la pared, ahorrando hasta un 10 %. Incluso podemos fabricarlos nosotros mismos con cartón o madera y papel de aluminio.
Otra medida básica es aprovechar el sol del invierno abriendo persianas y cortinas entre las 9 y las 15 horas y cerrándolas el resto del día (las cortinas gruesas disminuyen el escape de calor), lo que permite restar otros 20-40 € de la factura eléctrica.
En verano hay que hacer justo lo contrario para evitar que entre el sol y el calor dispare el consumo de aire acondicionado si se usa. Las cortinas y persianas de colores claros son más eficientes para reflejar el calor y los toldos son muy útiles. No subestimemos estas sencillas medidas, ya que nos permiten no despilfarrar 30-50 € al año.
El ventilador es el preferido por las personas concienciadas con el medio ambiente frente al costoso y poco ecológico aire acondicionado. Por cada grado que se baja el termostato, se aumenta un 9% el gasto, así que hay que considerar bien cuál es la temperatura de confort. Si se tiene aire acondicionado, una posibilidad para bajar el gasto es combinarlo con ventiladores y tener el termostato algo más alto. Es muy importante limpiar la unidad de aire en el exterior y mantenerla separada de la pared al menos medio metro para que sea eficiente.
Electrodomésticos. El frigorífico es al que debemos prestar más atención porque está encendido todos los días del año y supone el 30% del recibo de la luz. La máxima eficiencia es la A+++, pero pocos pensamos que, por muy eficiente que sea la tecnología, un aparato más grande de lo que necesitamos gastará más que uno pequeño. A partir de 200 litros, son menos eficientes. Miremos bien el consumo en kilovatios/año y los litros de volumen y evitemos los extras como dispensadores de agua y hielo en la puerta, puesto que este capricho supone un 20% más de gasto. Con un frigorífico de la máxima categoría se ahorra entre 90 y 140 € al año.
Con la lavadora, la medida más útil es lavar en agua fría, puesto que el 90% de la energía que consume se emplea en calentar el agua: un ciclo a 90 grados gasta cuatro veces más que uno a 40º. Y en la cocina, podemos usar el calor residual siempre que sea posible (apagar el horno o la olla exprés antes de que acabe la cocción o usar utensilios de cocina con retención de calor), tapar las ollas para llegar antes al punto de ebullición y, con vitrocerámica, usar siempre recipientes de diámetro más grande que la zona de calor. Con estos y otros hábitos sencillos economizamos hasta 100€ al año.
Standby, el gran consumo oculto
Todos los aparatos enchufados en casa están consumiendo permanentemente, estén o no funcionando: la vitrocerámica, la bomba de calor o el aire acondicionado, la cafetera eléctrica o los cargadores de teléfonos móviles... Son pequeños consumos ocultos, pero de muchas horas y que, sumados, hacen que la factura suba innecesariamente. Una excelente medida es poner regletas con interruptor o desenchufar totalmente todos los aparatos, aconseja Manel Rivero, experto en renovables y eficiencia energética.
Bajarse la potencia, ahorro considerable y también protesta. En la factura eléctrica se paga por dos conceptos: el consumo real de electricidad que se realiza (término de energía) y la potencia eléctrica contratada (término de potencia). Esta última parte es fija, se paga siempre, aunque no haya nadie en casa y no haya gasto energético. Tras la Reforma Eléctrica del actual Gobierno, se ha aumentado lo que pagamos por esa parte fija correspondiente a la potencia contratada (se ha duplicado la tarifa en un año). Como rechazo a esa reforma y como medida efectiva para ahorrar en el recibo de la luz, se lanzó la campaña “Bájate la potencia”, promovida por organizaciones que defienden la eficiencia energética a ultranza. Por “potencia” se entiende la potencia máxima que se puede consumir simultáneamente. Por ejemplo, en un hogar donde se tengan encendidas bombillas por 100 W al mismo tiempo que un lavavajillas de 2.000 W y otros eletrodomésticos por 1.000 W, se está utilizando una potencia de 3.100 W (3,1kW), por lo que se necesita 3,3 kW de potencia contratada. “Pero básicamente si nunca te han saltado los plomos tienes margen para bajarte al menos un tramo”, explican. En cuanto a los ahorros que se consiguen con esta medida, por bajarse la potencia un tramo serán unos 52 € menos en la factura, por dos tramos 104 €, por tres, 156 €, etc. Más información en www.bajatelapotencia.org
Y podemos hacer mucho más. Estos son los consejos básicos que da la cooperativa de energía renovable Som Energia.
Iluminación:
-Usar bombillas de bajo consumo o LED: entre 70 y 120 €.
-Instalar reguladores de potencia de luz: entre 40 y 80 €
-Aprovechar la iluminación natural: entre 30 y 60 €.
-Instalar sensores de presencia: entre 30 y 60 €
-Colores claros en paredes, cortinas y persianas: entre 20 y 40 €
-Evitar luces indirectas para actividades como leer o coser: entre 20 y 40 €
-Apagar la luz cuando se sale de una habitación: entre 20 y 40 €.
Electrodomésticos y cocina:
-Tener electrodomésticos de la máxima categoría energética: entre 90 y 140 €
-Cocinar con olla a presión: entre 30 y 90 €
-Secar la ropa al aire libre: entre 40 y 70 €
-Lavar la ropa con agua fría: entre 30 y 60 €
-Usar programas cortos y desactivar el programa de secado en el lavavajillas: entre 30 y 60 €
-Emplear bolas de secado en la secadora: entre 15 y 30 €
-Vaciar la bolsa de la aspiradora con frecuencia: entre 5 y 10 €
-Evitar el secador de pelo: entre 5 y 10 €
-No introducir comida caliente en el frigorífico: entre 10 y 30 €
-Decidir lo que se necesita antes abrir la nevera o el congelador: entre 20 y 40 €
-Mantener limpio el serpentín del frigorífico: entre 20 y 40 €
-Uso inteligente del frigorífico (ubicación, descongelar dentro de la nevera, etc): entre 30 y 60 €
-Cierre hermético de la puerta del frigorífico y mantenimiento de las gomas: entre 25 y 50 €
Aparatos electrónicos
-Desconectar el stand by de todos los aparatos: entre 50 y 100 €
-Utilizar medidores de energía para controlar el gasto: entre 50 y 100 €
-Uso responsable del ordenador (salvapantallas negro, apagarlo se está más de 30m fuera, etc): entre 20 y 50 €
-Usar un portátil en vez de uno de mesa si no es herramienta de trabajo: entre 20 y 40 €
-Ajustar las características de la pantalla del televisor: entre 10 y 20 €
-Desconectar el cargador cuando no está en uso: entre 5 y 15 €
Agua caliente
-Instalar un calentador solar de agua: entre 70 y 120 €
-Usar cabezales de ducha eficientes: entre 15 y 30 €
-Acortar el tiempo de ducha: entre 20 y 60 €
-Reducir la temperatura del calentador: entre 10 y 20 €
-Apagar el calentador cuando se está varios días fuera: entre 5 y 15 €