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Beethoven, una oda a la ideología

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El pasado día 17 la Orquesta y el Coro RTVE interpretaron la Novena Sinfonía en re menor de Beethoven en el Teatro Monumental de Madrid. Fueron los solistas vocales Carmen Solís, Gema Coma-Alabert, Javier Tomé y Ferran Albrich, y dirigió el titular, Christoph König. Todos ellos intervinieron de forma altruista en ese concierto, que tuvo carácter benéfico en favor de los damnificados por las inundaciones en tierras valencianas. Al coro se unieron cuatro profesores de la Orquesta de València: David Forés, Josep Furió, Jesús Jiménez y Vicente Balaguer. El concierto, presentado por el gerente de la OCRTVE, Manuel Ventero, y ofrecido en directo por TVE, fue de una gran intensidad emotiva, con un teatro lleno a rebosar.

Se da la circunstancia, además, de que el Coro RTVE tenía previsto participar en un concierto de la OV en el Palau de la Música. Se debía haber celebrado el pasado 8 de noviembre con la interpretación de la Segunda sinfonía, Resurrección, de Mahler, y se suspendió, en señal de luto por las víctimas del temporal.

La Novena de Beethoven es una de las obras más célebres de todo el repertorio, y además estamos aún en el año de su segundo centenario, pues se estrenó en Viena el 7 de mayo de 1824. Leo estos días el libro de Norman Lebrecht ¿Por qué Beethoven?, en el que hace un recorrido por un centenar de obras del compositor con apuntes biográficos, muchas anécdotas y recomendación de grabaciones fonográficas. Lebrecht responde en varias ocasiones a la pregunta del título: “El carisma de Beethoven reside en su música, cada obra ejerce una atracción distinta, cada una promete lo inesperado”. Efectivamente, eso es algo que se puede observar en sus sinfonías. No solo suenan a Beethoven, sino que cada una de ellas tiene un mundo sonoro propio. “La música sin él es inimaginable”, afirma Lebrecht. “Es el compositor que nunca deja de expresar las necesidades y las angustias humanas”.

Beethoven era decidido partidario de las ideas de la Revolución Francesa. De hecho, vio en Napoleón el paladín del cambio político hacia un nuevo orden presidido por los principios de libertad, igualdad y fraternidad. Por eso inicialmente le dedicó su Tercera sinfonía. Cuando se coronó emperador, un Beethoven airado y decepcionado arrancó y rompió la página en la que había escrito la dedicatoria. Finalmente quedó consagrada “A la memoria de un héroe”. No obstante, tanto esa sinfonía como el Concierto para piano y orquesta número 5, Emperador, están impregnados del espíritu de rebeldía popular contra el antiguo régimen. Y ese impulso es perceptible incluso en las interpretaciones de Arturo Toscanini, quien era partidario de no ir en las partituras más allá de la estricta escritura musical. “No es la Revolución Francesa, es Allegro con brio”, decía sobre el primer movimiento de la Tercera. Y, por otra parte, no hay duda de su decidido antifascismo, que lo llevó a exiliarse en Estados Unidos y dejar de dirigir en el Festival de Bayreuth tras la llegada de Hitler al poder.

Beethoven es un compositor comprometido, marcadamente ideológico. Si en las obras citadas se puede intuir el espíritu revolucionario, en la Novena es explícito porque se cantan los versos de la Ode an die Freude (Oda a la alegría) de Schiller. En realidad, el título original era Ode an die Feiheit (Oda a la libertad), más explícito políticamente, pero decidió cambiarlo por miedo a la censura. Leonard Bernstein rescató la palabra Freiheit para la versión que dirigió en Berlín tras la caída del muro en 1989. Si cada sinfonía de Beethoven tiene un mundo sonoro propio, el de la Novena es el más singular, con una originalidad que dos siglos después sigue sonando eternamente nueva.

Tras la calamitosa gestión de la emergencia por las inundaciones, el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, ha realizado cambios en el Consell. Probablemente para evitar el que parece más razonable: su propia dimisión. El nuevo vicepresidente, teniente general Gan Pampols, encargado de dirigir la reconstrucción de las zonas afectadas, ha proclamado que no se someterá a directrices políticas y que no hará política. Ya ha habido autorizadas plumas para recordarle que toda decisión que se toma en un órgano político es política por definición. Y a mí me recuerdan la famosa anécdota del dictador Franco (“Haga usted como yo, no se meta en política”) y la frase de Primo de Rivera definiendo la Falange como “ni de izquierdas ni de derechas”. En ese supuesto grado cero de la ideología, por parafrasear a Roland Barthes, están los que reprochan ideología a quienes defienden posturas igualitarias o progresistas. Como si postular lo contrario no estuviese cargado de otra ideología.  

El concierto de la OCRTVE fue un concierto solidario. Tuvo la coherencia de programar una obra en la que Beethoven proclama con su música y las palabras de Schiller igualdad y fraternidad, que es la forma romántica de decir lo que hoy denominamos solidaridad: “Alle Menschen werden Brüder” (“Todos los humanos vuelven a ser hermanos”). Y canta la libertad a través de la metáfora de la alegría para una humanidad que debe fundirse en un abrazo y un beso universales: “Seid umslungen, Millionen! / diesen Kuss der ganzen Welt!”). Todo eso es ideología, política, en definitiva. Y es contrario a la guerra de exterminio que Israel practica en Gaza y a la agresión imperialista de Rusia contra Ucrania, por ejemplo. “La poesía es un arma cargada de futuro”, escribió Gabriel Celaya. La Novena de Beethoven, también. De futuro y de noble ideología.

El pasado día 17 la Orquesta y el Coro RTVE interpretaron la Novena Sinfonía en re menor de Beethoven en el Teatro Monumental de Madrid. Fueron los solistas vocales Carmen Solís, Gema Coma-Alabert, Javier Tomé y Ferran Albrich, y dirigió el titular, Christoph König. Todos ellos intervinieron de forma altruista en ese concierto, que tuvo carácter benéfico en favor de los damnificados por las inundaciones en tierras valencianas. Al coro se unieron cuatro profesores de la Orquesta de València: David Forés, Josep Furió, Jesús Jiménez y Vicente Balaguer. El concierto, presentado por el gerente de la OCRTVE, Manuel Ventero, y ofrecido en directo por TVE, fue de una gran intensidad emotiva, con un teatro lleno a rebosar.

Se da la circunstancia, además, de que el Coro RTVE tenía previsto participar en un concierto de la OV en el Palau de la Música. Se debía haber celebrado el pasado 8 de noviembre con la interpretación de la Segunda sinfonía, Resurrección, de Mahler, y se suspendió, en señal de luto por las víctimas del temporal.