Este blog pretende transmitir reflexiones sobre música, literatura, arte, pensamiento y cultura en general, sin eludir la dimensión política. Trata de analizar la realidad, especialmente cuando, como ocurre con frecuencia, supera la ficción.
Los padres de ‘El Padrino’
En la primera secuencia de la película El Padrino, Marlon Brando, caracterizado de Vito Corleone, escucha al funerario Bonasera, quien le pide castigo para dos hombres jóvenes que lesionaron gravemente a su hija después de intentar abusar de ella. La escena está en penumbra. Don Vito viste esmoquin con una rosa roja en la solapa. Es el día de la boda de su hija Connie y ha abandonado la fiesta para recibir en su despacho a algunos compatriotas italianos que le piden favores. Según la costumbre entre ellos, nadie puede negarlos el día de la boda de su hija. Tras el Padrino se pueden ver unas contraventanas cerradas que dejan pasar algo de luz entre las láminas. Mientras responde a Bonasera, el protagonista acaricia un gato gris y blanco que recibe los gestos de afecto panza arriba, con evidente satisfacción.
Esta imagen es una de las más célebres de la película El Padrino, dirigida en 1972 por Francis Ford Coppola y producida por Albert S. Ruddy, con muy célebre música de Nino Rota. Sin embargo, el gato inmortalizado con la figura cinematográfica del Padrino, que no figuraba en el guion, estuvo a punto de ser suprimido porque no gustaba a algunos directivos de Hollywood. Tampoco eran partidarios de la oscuridad que reina en esa escena, ni del metraje de la obra, dos horas y 55 minutos, que pretendían dejar en solo dos horas.
La serie The Offer, que se puede ver en varias plataformas, rememora 50 años después, con buen ritmo y acusado sentido del humor, las peripecias del rodaje de El Padrino. El protagonista es el productor Ruddy, interpretado por Miles Teller, que tiene que vencer incontables obstáculos y dificultades para llevar a cabo su proyecto. Uno muy importante fue conseguir la ampliación del presupuesto inicial, que era de cuatro millones de dólares, para poder rodar las escenas que se desarrollan en Sicilia, tan importantes. También fue decisivo lograr que la mafia no boicotease la película, pues era lo que pensaba hacer tras leer el libro de Mario Puzo en que se basa.
Por fortuna, Ruddy acabó consiguiendo un presupuesto de seis millones de dólares, nadie quiso volver a rodar la escena inicial sin el gato, que había sido iniciativa de Marlon Brando, y las importantes imágenes de Sicilia han quedado para la posteridad. Los directivos de Hollywood tampoco ordenaron recortar el metraje de la película, que continúa durando casi tres horas.
Un elemento importante para que Ruddy pudiera salvar la película tal como la concebía fue el apoyo del director de la Paramount, Robert Evans, encarnado por Matthew Goode. La serie lo pinta como un personaje inestable, que sufre una profunda crisis por su separación de Ali MacGraw, la protagonista de Love Story, y La escapada, que lo dejó para unirse a Steve McQueen, con quien protagonizó esta última película, dirigida por Sam Peckinpah.
Evans debía enfrentarse a los directivos de Gulf + Western, empresa propietaria de Paramount, que también querían vender la productora. Él mismo se había opuesto inicialmente a la participación de Al Pacino, que no era un actor conocido, aunque ya había rodado Panic in Needle Park. Finalmente, Evans decidió apoyar su participación, con lo que Pacino obtuvo un lanzamiento definitivo.
The Offer cuenta con detalle cómo fueron las negociaciones de Ruddy con la mafia, que acabó aceptando la película no sin poner condiciones. Y también la elaboración del guion, entre Mario Puzo, el autor de la novela, y Coppola. Un papel muy destacado en toda la historia tiene la secretaria de Ruddy, Betty McCartt, interpretada por Juno Temple, protagonista de la última temporada de la serie Fargo.
Los directivos de Gulf + Western, que lograron un gran éxito de taquilla con Love Story, temían que El Padrino perdiese dinero. No fue así. La película de Ruddy y Coppola recaudó 248 millones de euros y ganó tres premios Oscar: mejor película, mejor actor (Brando) y mejor guion adaptado. Los directivos de Paramount decidieron ponerse a trabajar de inmediato en la segunda parte de El Padrino, pero Albert S. Ruddy, como refleja la serie, decidió no encargarse de la producción, que fue asumida por Coppola.
The Offer refiere muchas interioridades interesantes del rodaje de El Padrino, que ha quedado para la posteridad como una de las mejores películas de la historia del cine y que consagró a Al Pacino y Francis Ford Coppola. Cuenta de dónde salió el gato que acaricia Marlon Brando y por qué en un film que es sobre la mafia no aparece ni una sola vez la palabra mafia ni sus derivadas. Incluso cómo consiguió Ruddy la cabeza de caballo que aparece ensangrentada en la cama del director de cine Jack Wolz (John Marley), en una de las escenas más famosas. Pero será mejor no revelar las claves para respetar a quienes deseen disfrutar de The Offer.
En la primera secuencia de la película El Padrino, Marlon Brando, caracterizado de Vito Corleone, escucha al funerario Bonasera, quien le pide castigo para dos hombres jóvenes que lesionaron gravemente a su hija después de intentar abusar de ella. La escena está en penumbra. Don Vito viste esmoquin con una rosa roja en la solapa. Es el día de la boda de su hija Connie y ha abandonado la fiesta para recibir en su despacho a algunos compatriotas italianos que le piden favores. Según la costumbre entre ellos, nadie puede negarlos el día de la boda de su hija. Tras el Padrino se pueden ver unas contraventanas cerradas que dejan pasar algo de luz entre las láminas. Mientras responde a Bonasera, el protagonista acaricia un gato gris y blanco que recibe los gestos de afecto panza arriba, con evidente satisfacción.
Esta imagen es una de las más célebres de la película El Padrino, dirigida en 1972 por Francis Ford Coppola y producida por Albert S. Ruddy, con muy célebre música de Nino Rota. Sin embargo, el gato inmortalizado con la figura cinematográfica del Padrino, que no figuraba en el guion, estuvo a punto de ser suprimido porque no gustaba a algunos directivos de Hollywood. Tampoco eran partidarios de la oscuridad que reina en esa escena, ni del metraje de la obra, dos horas y 55 minutos, que pretendían dejar en solo dos horas.