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La cultura, una vacuna para la recuperación post pandemia

En marzo de 2016, el conseller de Cultura, Vicent Marzà, presentaba 'Fes Cultura', un plan de choque que contemplaba una inversión de 500 millones de euros en cinco años para implementar 70 medidas que tenían como objetivo transformar el ecosistema cultural valenciano. Este martes, y después de seis meses de trabajo, Marzà ha presentado 'Cultura para la recuperación', el plan estratégico cultural valenciano 2021-2023, un documento elaborado por cuatro expertos externos (Ramón Marrades, Paloma Medina, Pau Rausell y Chema Segovia) en coordinación con la conselleria, que es la que ha puesto los técnicos.

Marrades define este documento, desarrollado en ocho acciones concretas, como “muy ambicioso” pero también factible “con esfuerzo y generosidad, porque se plantean cosas que se pueden hacer”. “En dos años (a final de legislatura) llegaremos a un grado de ejecución superior al noventa por ciento”, asegura el experto cultural, quien considera que este documento, fruto de seis meses trabajo “muy divertido y agradecido de hacer”, es “la evolución necesaria y obligada de 'Fes Cultura', que ya supuso un reposicionamiento del sector. Este plan es heredero de aquel, pero supone un paso más”. El Plan Estratégico parte de una discusión previa sobre cómo de fundamental es la cultura, y entre sus objetivos se encuentra impulsar la capacidad de hacer y reproducir una cultura que refleje la realidad actual.

El encargo del conseller “fue muy claro”, en plena pandemia y con un impacto muy fuerte de la COVID sobre un sector “muy frágil, que ha sufrido un golpe muy duro”, había que poner el foco en la importancia de la cultura en la recuperación de la sociedad, “debe tener un rol central, recuperar la cultura y ponerla en el centro”. Para ello, “debíamos repensar la política cultural valenciana”, sostiene Marrades, para quien el trabajo previo estaba hecho por los propios protagonistas: “Había un diagnóstico y una serie de demandas que habían hecho los agentes culturales que nos han sido muy útiles, porque somos personas que venimos trabajando en políticas culturales (relacionadas con la economía, el territorio, el urbanismo o la gestión) pero que no somos técnicos”. “La voluntad clara de la conselleria y el trabajo del sector han sido muy importantes”, ha dicho.

Así que inicialmente se analizaron las demandas del sector, el impacto de la COVID-19, el ecosistema cultural valenciano, qué es lo que se había hecho o cuáles son las necesidades, para posteriormente plantear tres líneas de actuación y una serie de acciones a desarrollar en los próximos dos años: “Ese análisis inicial nos sirvió de brújula, que nos marcaba el norte pero nos permitía desviarnos ligeramente para poder marcarnos unos objetivos más ambiciosos”. “Debíamos entender muy bien los recursos que tenemos, sacarles el máximo partido y movilizar al resto de actores”, apunta: “Nos centramos en los recursos propios de la Generalitat, que debe actuar con ejemplaridad, dándole a la cultura un carácter de centralidad para movilizar los recursos”.

Esta guía debe servir para las políticas que desarrolla la Generalitat Valenciana, “que llega donde llega”, y por eso es importante la labor del resto de actores culturales (tercer sector, ayuntamientos o sector privado). Para ello, se han repensado las ayudas para que tengan mayor repercusión e impacto, así como también se apuesta por la internacionalización de la cultura valenciana, para que esté presente en más espacios.

Tres líneas de actuación, ocho acciones

El documento se basa en tres líneas de actuación: optimizar el uso de los recursos públicos disponibles con el objetivo de racionalizarlos y ampliarlos, introduciendo elementos de innovación; potenciar la profesionalización de los agentes culturales y creativos valencianos; e impulsar acciones para ampliar la red de apoyo al desarrollo cultural incentivando nuevas oportunidades culturales.

Estas directrices se concretan en ocho acciones de impulso: la creación del Laboratorio Valenciano de Cooperación Cultural (LaVaCC), una unidad encargada de coordinar toda la política cultural de la Generalitat; el plan de fomento de la formación de agentes culturales públicos y privados; la reconfiguración de las ayudas al sector para incrementar su impacto económico y territorial; la creación de la plataforma para la internacionalización de acompañamiento a los sectores en la conexión con las redes europeas e internacionales en sus proyectos; la puesta en marcha del programa de creación, formación y ampliación de los públicos de la cultura; el contrato con la cultura basado en la consolidación de una red de recursos de innovación y creatividad para el impulso en la gestión, investigación y mediación cultural; la potenciación de residencias creativas en centros de enseñanza; y el impulso de nodos de innovación cultural y creativa de referencia autonómica.

En marzo de 2016, el conseller de Cultura, Vicent Marzà, presentaba 'Fes Cultura', un plan de choque que contemplaba una inversión de 500 millones de euros en cinco años para implementar 70 medidas que tenían como objetivo transformar el ecosistema cultural valenciano. Este martes, y después de seis meses de trabajo, Marzà ha presentado 'Cultura para la recuperación', el plan estratégico cultural valenciano 2021-2023, un documento elaborado por cuatro expertos externos (Ramón Marrades, Paloma Medina, Pau Rausell y Chema Segovia) en coordinación con la conselleria, que es la que ha puesto los técnicos.

Marrades define este documento, desarrollado en ocho acciones concretas, como “muy ambicioso” pero también factible “con esfuerzo y generosidad, porque se plantean cosas que se pueden hacer”. “En dos años (a final de legislatura) llegaremos a un grado de ejecución superior al noventa por ciento”, asegura el experto cultural, quien considera que este documento, fruto de seis meses trabajo “muy divertido y agradecido de hacer”, es “la evolución necesaria y obligada de 'Fes Cultura', que ya supuso un reposicionamiento del sector. Este plan es heredero de aquel, pero supone un paso más”. El Plan Estratégico parte de una discusión previa sobre cómo de fundamental es la cultura, y entre sus objetivos se encuentra impulsar la capacidad de hacer y reproducir una cultura que refleje la realidad actual.