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Rozalén: “Ojalá toda la gente que tiene familiares desaparecidos pudiera llevar flores a su tumba”

Viene de Albacete llena de energía. Es un terremoto de emociones. Rozalén pone música a una parte de la historia que -mal que a algunos les pese- todos llevamos dentro: los abuelos en cunetas, la quinta del biberón, los juicios rápidos nada justos, el refranero popular, la España profunda y la que profundiza.

Es psicóloga especialista en género, de familia humilde y católica, fruto de un padre cura que se fugó por amor. Y todas estas vivencias las refleja en su música, en la que consigue dar un chute de alegría hasta al peor drama. Este miércoles, encabeza en los Conciertos de Viveros la iniciativa solidaria 'Corazonadas- Recuperemos personas, dignidad y justicia social', con Christina Rosenvinge y Thaïs Morell.

Pregunta: Creo que lo primero que llama la atención de su trabajo es que lleva una intérprete de lengua de signos, ¿Cómo surge esta unión?

Respuesta: Pues fue una casualidad, como las cosas importantes de la vida. Nos conocimos en Bolivia haciendo cooperación. Yo estudiaba psicología. A modo de broma, con los amigos, yo empezaba a cantar con la guitarra y ella, con una nariz de payaso, interpretaba en lengua de signos. Poco a poco, fuimos yendo juntas a los conciertos y vi que lo que hacía era sumar. Llevamos seis años juntas, desde el primer disco con una discográfica.

En poco tiempo ha dado un salto muy grande, de salas pequeñas a grandes conciertos, a ir con Joaquín Sabina... ¿Cómo vive ese cambio?

Bueno, en realidad llevo tocando mucho tiempo, media vida, desde los 16 años. Los últimos cinco han sido como pequeños grandes pasos todo el rato. Yo siempre pienso que estoy tocando techo, que no va a pasar algo más grande, y luego viene. Tengo como un miedo a que todo pare, a que la gente se olvide de mi. Pero somos muy trabajadores y sigo pensando que no me conoce mucha gente, aunque salgo a la calle y me sorprendo. Intento disfrutar de todo esto, es un regalo vivir de lo que te hace feliz.

En alguna entrevista la he oído decir que ha servido para sacudirse prejuidicos... ¿Cómo es a nivel personal?

Intento trabajarlo todo, sobre todo el tema de la exposición, que me conozcan, las fotos, que miren lo que hago... Pero todo eso viene porque tu música llega, entonces... es un precio a pagar que no cambio por nada.

Hace unos meses fue a Operación Triunfo, un programa de la misma televisión en la que tienen espacios personas como Javier Cárdenas, un medio que ha sido denostado por buena parte de la sociedad... y cantó 'La puerta violeta', ¿Qué implica cantar una canción feminista en la tele pública?

Bueno, pues ahí entra lo que me decías de los prejuicios. Yo no tengo tele y nunca pensé que podrían llamarme de un programa así, que yo tendría cabida... Pero no puedo tener prejuicios si presumo que tenemos que ser tolerantes. No me gustan las etiquetas. Me trataron de maravilla; dentro de lo que es un 'reality' intentan hacerlo de otra manera, los chavales son talentosísimos... Y me dejan cantar una canción como 'La puerta violeta', un tema feminista, en prime time, en lengua de signos... Es como... bueno, no sé, me he colao. Estoy haciendo lo que hago siempre y cuando te dan un altavoz hay que aprovecharlo.

Meterse en el sistema y hacerlo explotar desde dentro...

(Ríe) Como dice Calle 13...

*El grupo de rap fusión dice en su canción 'Calma pueblo' “Me infiltro en el sistema y exploto desde adentro”, frase que Rozalén cita a menudo.

Hablando de 'La puerta violeta'... Hay muchas interpretaciones sobre el significado de la canción. Pero, ¿en qué pensaba usted?

Yo la escribí en un momento en el que no me encontraba bien. Tenía que dibujar esa puerta y decirme muchas cosas... Con las canciones proyectas cosas y con el tiempo te das cuenta de lo que dices. Yo la escribí como una liberación tras la reflexión, lo que nos ha pasado a las mujeres en la historia. Luego me sorprendía como mucha gente me decía “esto habla de violencia machista” y yo antes no hablaba de eso, pero ahora sí. Sobre todo del maltrato psicológico, que es muy difícil de ver...

¿El feminismo es una liberación para las mujeres?

Por supuesto. Es la búsqueda de la igualdad real, aunque haya gente que piense que es otra cosa. Sólo tienes que leer un poquito de historia del feminismo para comprenderlo... No puedes buscar superioridad cuando nunca has sido igual. Es lógico.

Todos sus temas son historias muy personales... da la sensación de que busca sacar un lado sensible de la gente, con canciones muy alegres y otras tantas muy tristes. ¿Qué es lo más duro que ha compuesto?¿Escribe mejor cuando está alegre o en los momentos bajos?

Va todo muy unido. La tristeza y la alegría viajan en un mismo tren. Creo que la canción más dura que he escrito es la de 'Justo', que habla de cuando se llevaron al hermano de mi abuela a la guerra y no regresó... Pero a la vez es alegre ahora, porque hemos encontrado la fosa en la que él está. Ahora la canto con un poco de alegría. Ojalá toda la gente que tiene familiares desaparecidos pudiera tener la paz que tiene ahora mi abuela por poder llevar flores a su tumba.

Creo que aunque canto mucho a la tristeza soy una tía positiva. Siempre que te pasa algo malo viene algo bueno después. La vida es un equilibrio constante, un sube y baja.

¿Ha tenido algún reproche por esa canción?

Bueno, creo que quien la critica es que lo ha escuchado. Habla de encontrar a un desaparecido, y de eso nadie no se puede alegrar. Y si no pueden, se lo tendrían que mirar. Es humano.

Hablando de memoria histórica... ¿Cómo ve el debate de sacar a Franco del Valle de los Caídos y rescatar los cuerpos de las fosas comunes?

Ya era hora de que al menos se pudiera hablar de esto. Y ojalá se puedan sanar las heridas; no es abrirlas, es curarlas, porque abiertas ya están.

Trata temas muy complejos, delicados, duros.. ¿De dónde saca energía?

(Ríe) No lo sé. Yo que soy de Albacete... Tenemos un humor negro de pa' que. Es buenísimo. Cuando te pasa algo chungo tienes que hablar de ello y reírte de eso. En la vida, si te pasa algo, tienes dos opciones: o bailar, o no bailar. Yo prefiero bailar.

Empezó a cantar en el coro de la Iglesia y es un entorno que ha tenido cerca... ¿Cree que ha evolucionado como institución o le queda caspa que sacudirse?

Yo no puedo hablar mal de la Iglesia que conozco, que es una de barrio. Los valores que me inculcaron allí son buenísimos y progresistas. Puedo hablar de eso, no del Vaticano o los intolerantes. A mí me educaron en buenos valores, no reniego de donde vengo.

De todo esto, de la fama, de que sus canciones sean símbolos el 8 de marzo o en fechas señaladas... ¿Con qué se queda?

Yo hago las canciones como terapia. Somos un canal y necesitamos expresarnos... Luego que la gente coja esa canción y la haga suya, que tengan vida propia y sirvan... es lo más bonito que me puede pasar. Yo quería hacer canciones que sirvieran para vivir.

Viene de Albacete llena de energía. Es un terremoto de emociones. Rozalén pone música a una parte de la historia que -mal que a algunos les pese- todos llevamos dentro: los abuelos en cunetas, la quinta del biberón, los juicios rápidos nada justos, el refranero popular, la España profunda y la que profundiza.

Es psicóloga especialista en género, de familia humilde y católica, fruto de un padre cura que se fugó por amor. Y todas estas vivencias las refleja en su música, en la que consigue dar un chute de alegría hasta al peor drama. Este miércoles, encabeza en los Conciertos de Viveros la iniciativa solidaria 'Corazonadas- Recuperemos personas, dignidad y justicia social', con Christina Rosenvinge y Thaïs Morell.