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Camps, de nuevo enfangado por la corrupción: acusado en un juicio de ser el impulsor de la empresa de las “mordidas” en la ópera de València

Tira de la manta, enciende el ventilador o directamente le echa el muerto. Cualquiera de estas tres acepciones de “marrón” podrían servir para describir la situación en la que uno de los principales acusados del caso Palau de Les Arts deja al expresidente de la Generalitat Francisco Camps. Y no es cualquier inquisidor. Se trata de José Antonio Noguera Puchol, abogado, conocido miembro de la burguesía valenciana y letrado de Cleop, la empresa epicentro de la presunta financiación ilegal del PP de la fallecida Rita Barberá.

Tras años defendiendo durante la instrucción del caso su actuación como presidente de la empresa Patrocini de Les Arts, José Antonio Noguera reconoció este jueves ante el tribunal que lo juzga junto a otros tres personajes de la sociedad valenciana que a través de esta sociedad cobraron comisiones de entre el 10% y el 30% por los patrocinios de la ópera de València que, antes de 2008, se cobraban con gestión pública y sin intermediación.

Pero, en la vista oral y a preguntas del fiscal, el abogado añadió un dato hasta la fecha desconocido: “En 2007 Francisco Camps y la intendente del Palau de les Arts Helga Schmidt -ya fallecida- vinieron a buscarme para que estudiara cómo se pueden buscar patrocinios de manera externa”. “La tercera vez que me reuní con ellos -Francisco Camps y Helga Schmidt- me dijeron que los patrocinios los tenía que llevar una sociedad valenciana compuesta por personas con capacidad e influencia económica. Tras dos meses me dijeron si podía formar parte de la sociedad”, ha confesado.

Esta declaración ha caído en el juicio como una bomba, porque en caso de que otros acusados la corroboraran estarían señalado a Francisco Camps como el impulsor de la externalización de un servicio gestionado de manera pública para el cobro de comisiones por parte de una empresa intermedia. Esta situación se agrava para el expresidente de la Generalitat, puesto que el cobro de los patrocinios se le adjudicó sin concurso y con un contrato que “redactaron desde la Conselleria de Cultura”, en aquella época dirigida por Trini Miró, una de las conselleras más fieles a Camps.

Aunque la acusación hecha en el juicio no tendrá ningún valor en este proceso porque Trini Miró ya declaró como testigo y Francisco Camps nunca estuvo vinculado, la Fiscalía sí que podría deducir testimonio y abrir otro proceso judicial en caso de dar credibilidad a lo dicho por el abogado valenciano. Algo similar a lo que Anticorrupción hizo tras el juicio de la rama valenciana del caso Gürtel cuando el exsecretario general del PP Ricardo Costa y Álvaro Pérez El Bigotes señalaron a Francisco Camps como el instigador de las contrataciones a Orange Market. Estas declaraciones sentarán a Camps en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional 10 años después de que estallara el caso Gürtel.

En el juicio del caso Palau que se está celebrando en la Audiencia Provincial de València faltan otros dos acusados clave por declarar. Se trata del banquero Joaquín Maldonado, también socio de la empresa de gestión de patrocinios, y el excónsul de Francia en València, Pablo Broseta. En caso de confirmar estas declaraciones de Noguera Puchol sobre el origen de la presunta trama, la situación podría ser insostenible para el expresidente y su exconsellera de Cultura.

Porque la persona que señala a Camps no es cualquiera. Es un hombre de la alta sociedad de València, donde el expolítico popular está más bien que relacionado. La otra señalada, Helga Schmidt, falleció antes del juicio tras una larga enfermedad. La Justicia busca quién se come “el marrón”.