Jorge Rodríguez (Ontinyent, 1979) es presidente de la Diputación de Valencia y alcalde por el PSPV-PSOE de su ciudad desde 2011. Además de gestionar una institución desprestigiada por el caso Taula y cuya conveniencia es discutida por su propio partido, es uno de los valores en alza del socialismo valenciano.
Licenciado en Ciencias Políticas -no concluyó los estudios de medicina, atraido por la vida política- es el coordinador de la campaña de Ximo Puig para ser reelegido secretario general de un PSPV-PSOE en estado de convulsión. El lema EsquerraEnMarxa es suyo.
Pregunta. Usted apoyó a Susana Díaz, que fue barrida por Pedro Sánchez en la Comunidad Valenciana.
Creía que su proyecto era el mejor, pero las primarias son entre compañeros, de matices. Es importante tener madurez para asumir los resultados y ponerse al servicio del ganador. Ahora todos debemos remar con Sánchez para llegar a La Moncloa.
Ahora coordina la campaña de Ximo Puig, otro de los grandes derrotados en la resurrección de Sánchez.
Representa un liderazgo integrador, demostrado con hechos. Manolo Mata, portavoz en las Corts Valencianes, o Toni Gaspar, vicepresidente de la Diputación, compitieron contra él o lo que él representaba en diversos procesos. No concibo que el partido no esté unido. Ese valor no lo podemos perder. Un debate continuo impediría que el partido hiciera su función, la de ser un instrumento a favor de la sociedad. Además, Puig está impulsando cambios desde la Generalitat y ahora debemos reforzar su liderazgo.
Una victoria de García pondría en peligro ese liderazgo.
Espero que no, pero la figura del presidente de la Generalitat quedaría debilitada. Después de 20 años en la oposición, ese riesgo debería estar fuera de lugar. El debate es positivo, pero es más importante que ese debate tenga continuidad con el cambio a impulsar desde las instituciones.
Usted abordó por encargo de Puig la posibilidad de un acuerdo con García. ¿Por qué fracaso tan rápido la negociación?
Los posicionamientos de la otra candidatura eran maximalistas, no tenían lógica, y queríamos que los militantes tuvieran voz y voto, no cerrar el asunto con un pacto entre unos pocos. Este es el momento de las bases.
García: “El PSPV está dirigido por los cuatro de siempre”.
No es cierto. Hay personas con peso en una ejecutiva que respondía a otra realidad, cuando el partido apenas tenía poder institucional. Ahora el contexto es otro y habrá que abordar cambios que reflejen la realidad, que hemos llegado a las instituciones y gobernamos en muchos municipios.
García: el PSPV “está muerto”.
Los datos demuestran que no es así, aunque se han cometido errores, como ha reconocido el secretario general. Ahora bien, no se puede hacer una enmienda a la totalidad.
Ahora debemos elegir entre dos modelos: uno de debate puro y duro donde las agrupaciones serían una especie de club de debate y otro en el que ese debate sirva para transformar la realidad desde la Generalitat y los ayuntamientos. No olvidemos que en 20 años hemos tenido programas electorales, seguramente muy buenos, que han servido de poco más que de libros de consulta.
Hay quién propone que alcaldes jóvenes y con buenos resultados (Diana Morant, Gandia; Roger Cerdà, Xàtiva; Marta Trenzano, Algemesí; usted mismo) asuman responsabilidades en el partido.
Esa realidad está ahí y la nueva ejecutiva debe reflejarla. Los alcaldes jóvenes tienen un papel relevante en este partido.
Alcalde y presidente de la Diputación. ¿Presidente de la Generalitat cuando acable el ciclo de Puig?
Aspiro a ser quien soy y hacerlo lo mejor posible. Ni siquiera creía que iba ser diputado, y mucho menos presidente. El diputado provincial de mi comarca tradicionalmente ha sido para el PP.
¿Qué distingue, o debe distinguir, al PSOE de sus competidores en la izquierda electoral, Compromís y Podemos?
Tenemos bagaje, históricamente somos un partido de gobierno, con una hoja de servicios que nos avala.Y somos más de hechos que de palabras. Es posible que nos haya faltado pedagogia para explicar nuestros logros.
¿Se ha desconectado el PSOE de gran parte de la sociedad?
Hemos perdido el elemento de modernidad que tuvimos, que no va con la edad. Últimamente, hemos dado volantazos importantes. Reforma del artículo 135 de la Constitución, el final del gobierno Zapatero, negociaciones con Ciudadanos, posible pacto con Podemos........La gente no ha sabido muy bien lo que somos en algunos momentos. Hay que volver a conectar con las clases populares, nuestra clásica base electoral.
El PSPV aspiraba a suprimir las diputaciones,
Creo que a las diputaciones se les achacan todos los males de manera injusta, aunque es verdad que los expresidentes de las de Valencia, Alicante y Castellón han estado implicados en escándalos diversos y que el PP las gestionó con arbitrariedad, usandolas en ocasiones como contrapeso, incluso, de la Generalitat. Creo que sea la Diputación o cualquier otro órgano, los municipios pequeños necesitan de una entidad que pague secretarios, interventores, técnicos, asistentes sociales o infraestructuras. El nombre no hace la cosa, pero esos servicios se deben prestar.Si mediante un cambio constitucional, se decide que sea desde otro sitio, por mi adelante.
Imelsa, ahora Divalterra, fue el centro de un escándalo mayúsculo de corrupción, el caso Taula. ¿Como es la gestión de una administración postcorrupta?
Muy compleja. Hay miedo y una hipoteca reputacional enorme, todos desconfían de ti. Cambiar las inercias, tras 20 años de determinadas lógicas, no es fácil, por ejemplo para cambiar métodos de gestión o la concesión discrecional de ayudas o subvenciones.
En Divalterra ha habido fuertes diferencias con Compromís, su socio de gobierno.
Muchas veces se exageran las cosas. Ha habido diferencias, sobre las que se ha dialogado. Los gobiernos de coalición implican ceder. Nadie puede aplicar el 100% de su programa.
La Conselleria de Medio Ambiente (Compromis) quiere rescatar 51 depuradoras de Egevasa, una empresa mixta controlada por la Diputación, ante su resistencia.
La Generalitat quiere tener más control sobre las depuradoras y sus tarifas. Lógico, pero la Diputación tiene el 51% de la sociedad y sus beneficios revierten en la institución y por tanto en los ciudadanos. Hay que buscar una entente para que la Generalitat ejerza su función de gestión y control y que la Diputación pueda contribuir al desarrollo de los municipios a través de una empresa semipública.
Arrolló en Ontinyent con el 62% de los votos.
No sé cual es la clave, aunque teníamos dos obsesiones: representar al pueblo con dignidad y no ser sectarios. Nunca nos hemos preguntado quién vota a quién a la hora de gestionar o escoger proyectos, que hemos intentado siempre que fueran colectivos. La misión del gobernante debe ser crear las condiciones para que cada persona pueda elegir en libertad su proyecto vital.