Todo sistema educativo dibuja la sociedad que se quiere construir, tanto en el contenido de la cultura que se quiere legar al alumnado como en su funcionamiento interno y distribución del alumnado en los centros.
Hace ya años que aparece la demanda de la “libertad de elección de centro” por parte de partidos y organizaciones que declaran su afinidad por un sistema liberal de organización social. Pero, ¿que se dice realmente cuando se pronuncia esa frase?, ¿qué tipo de sociedad y educación dibuja?
Demandan que no se zonifique la ciudad por distritos para que cada uno pueda elegir el centro que desee esté donde esté y no se imponga nada a las familias, porque éstas tienen derecho a elegir el centro escolar que consideren mejor. Hay que señalar que la gran mayoría de las familias elige el más cercano a su casa.
A lo largo de todos los años que el PP ha tenido el gobierno de la ciudad de Valencia y de la Generalitat, desde los centros escolares y desde el Consejo escolar municipal de Valencia, se le ha pedido insistentemente al ayuntamiento la realización de un estudio sobre la zonificación de Valencia y sus consecuencias. Nunca se realizó, y se nos negaron los datos para poder hacerlo a los representantes de la comunidad educativa. ¿Por qué?, porque se hubiese visualizado cómo los decretos de admisión de alumnos de la Conselleria de Educación, iban encaminados a favorecer la selección de alumnado por parte de los centros privados-concertados. También, el distrito único del PP del que decían favorecía la libre elección de centro por parte de las familias, ha hecho que no se visualizara la falta de centros educativos en determinados barrios, ya que el ayuntamiento realizaba un cómputo global de todas las plazas escolares existentes y de toda la población en edad escolar de toda la ciudad y si cuadraban los dos, concluía que había suficientes plazas escolares y no era necesario ningún centro más. Consecuencia, barrios con muchos centros privados-concertados y pocos públicos, y barrios con falta de plazas escolares. Los pocos centros públicos reformados, ampliados o construidos lo han sido por el esfuerzo de la comunidad educativa en su reivindicación incansable y permanente.
Los que exigen la libertad de elección de centro, o no saben cómo funciona el tema o mienten y enredan descaradamente. Todas las familias pueden pedir el centro que consideren oportuno, y si hay plazas, se le adjudicará. Pueden elegir el centro que deseen que si hay plazas la obtendrán. Entonces, ¿por qué insisten en algo que ya está?, porque lo que se busca es que los centros puedan seleccionar al alumnado, no el alumnado al centro. ¿Y cómo lo hacen?, necesitan dos caminos:
1- que no se zonifiquen los centros por distrito, si no que toda la ciudad entera sea un distrito.
2-los factores de baremación. Si puntúas el ser antiguo alumno (padre, madre, hermanos) y además le das un punto extra al centro que puede aplicar bajo el criterio que considere conveniente, estás facilitando que al centro vayan quienes el centro decide, porque los criterios de baremación hacen que les des mas puntos a las familias que más te interese tener en el centro.
Los decretos de admisión y baremación del alumnado deben garantizar en todos los centros la calidad educativa, la cohesión social, la igualdad de oportunidades, la importancia de oferta pública en todos los barrios, sin embargo se ha utilizado todos estos años atrás para seleccionar y elegir al alumnado por determinados centros, poniendo en peligro todo lo anterior.
Quienes abogan por esa falsa “libertad de elección de centros”, también manifiestan que deberían tener subvenciones para poder llevar a sus hijos e hijas a centros privados, ya sea por medio de un cheque escolar o deducciones importantes en la renta. Ese es su verdadero objetivo.
Pero olvidan que la educación no es un negocio, es un derecho humano que sólo desde lo público se puede garantizar, llevando la educación no sólo a las grandes ciudades, sino también a las zonas rurales de poca población y a los lugares más recónditos de nuestra geografía.