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Las siete excusas ante el juez del primer agresor ultra del 9 d'Octubre que se atreve a declarar

Los numerosos vídeos y fotografías presentes en el sumario judicial que investiga la agresiones de la extrema derecha valenciana a los asistentes a la manifestación vespertina del 9 d'Octubre dejan pocas salidas a los 17 ultras imputados. Hasta el lunes 11 de diciembre, los tres primeros en ser interrogados por el juez instructor y las partes se habían negado a declarar por diferentes motivos. Es el caso del líder de Yomus Vicent Estruch 'Alfarrasí', el ultra de Gandia Néstor Franco y el expresidente de la Curva Nord del València CF Javier Cervera.

El cuarto ultra que ha acudido a declarar de momento, Juan Manuel Bustos, el hombre rapado que aparece con una bandera de España colgada al cuello y que participa en hasta tres agresiones, ha roto la estrategia del silencio. De sus contestaciones y las preguntas de las defensas de los acusados el pasado 11 de diciembre se intuye por donde irán las líneas de defensa del resto de imputados que se atrevan a enfrentarse a las preguntas en este proceso judicial. Siete son las excusas que centraron sus argumentos.

1-No conocía a los convocantes de la manifestación.

Ante las preguntas del juez, Juan Manuel Bustos ha declarado que desconocía quiénes eran los convocantes de la manifestación por el valenciano y que tampoco sabía cuáles eran sus lemas. Su argumento se ha basado en decir que acudía a una “manifestación valencianista”. Bustos ha asegurado que quería irse y que corrió por miedo, a lo que el juez le ha replicado cómo es posible que si quería huir “participara en la agresión a dos personas, a un periodista y a una tercera persona”. “Fue todo muy confuso”, ha contestado.

2-Acudió solo

Bustos ha defendido en varias ocasiones que acudió solo a la contramanifestación y que su intención era acudir a una manifestación por la Comunitat Valenciana. La idea es desmontar que participó en un acto organizado con premeditación.

3-No conoce a Alfarrasí ni a nadie de la contramanifestación.

El ultra ha alegado a preguntas del juez que no conoce al líder de Yomus ni a ningún otro de los asistentes a la contramanifestación ilegal. También contestó que no pertenece a los Ultras Yomus y que no oyó consignas de los Yomus. Los vídeos evidencian que se cantaron este tipo de cánticos durante toda la tarde.

4-Actuó por miedo 

Pese a que no se ha denunciado ni una sola agresión de los asistentes a la manifestación, Bustos ha defendido que recibió un golpe en el omóplato. “Me llamaron facha por llevar la bandera de España”, ha afirmado. El ultra ha alegado que agredió a la joven “preventivamente” por miedo. “Tenía miedo de que me reconocieran” por estar en el otro bando y les agredió. “Me daba miedo la chica de rastas al pasar por mi lado”, ha llegado a declarar ante las preguntas de las acusaciones.

5-Muestra arrepentimiento

Hasta en dos ocasiones Bustos ha mostrado su arrepentimiento por haber participado en las agresiones. “No pensaba que esto iba a ser tan gordo como pasó y cuando lo vi acudí a la policía”, ha mantenido a preguntas de su defensa. Ante las cuestiones del juez, ha dicho que “no lo debía haber hecho”.

6-“Todo fue muy confuso”

Ante las evidencias fotográficas de sus agresiones, el ultra ha explicado que solo recuerda la agresión a la joven a la que tira al suelo. El resto, “todo fue confusión”. Corrió por la confusión, persiguió a los agredidos por la confusión y participó en las agresiones por este motivo. Pese a esta situación de confusión y tras las agresiones, Bustos siguió increpando a los manifestantes durante todo el recorrido de la manifestación.

7-Actitud “beligerante” de la manifestación legal

Las preguntas del abogado de la defensa de uno de los ultras evidencian que se va a intentar desacreditar la marcha legal. El letrado aseveró en la declaración que en la manifestación por la lengua “había gente con capuchas”, la “actitud era beligerante” y se hicieron cantos en favor de Terra Lliure.

En definitiva, la línea de las defensas intentará sostener que la marcha de la extrema derecha no era política, no fue organizada previamente y las agresiones no tuvieron una motivación ideológica.