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Fabra elige a una empresa canadiense para gestionar el aeropuerto sin aviones de Castellón

La comisión de evaluación de la Generalitat ya ha elegido a la gestora de la infraestructura ociosa, tal vez, más famosa de España: el aeropuerto sin aviones de Castellón. Lavalin, una empresa con intereses en todo el mundo que gestiona, por ejemplo, el aeropuerto de Malta, será la encargada de gestionar el aeródromo de Castellón, inaugurado en marzo de 2011, a dos meses de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de ese año, pero sin actividad desde entonces.

La decisión, que será oficial en las próximas semanas, ya ha sido comunicada a las dos candidaturas en liza: además de Lavalin, Gesnaer, un consorcio formado por empresas de varios países del que formaba parte Marina d´Or, el complejo de ocio, a pocos kilómetros de la infraestructura, que inspiró en su día a Carlos Fabra. El extodopoderoso presidente de la Diputación de Castellón se valió en su día de la monumental ciudad de vacaciones levantada en Oropesa para impulsar un proyecto marcado por sus retrasos y chapuzas.

Gesnaer, un grupo liderado por la consultora del mismo nombre y conformado por Marina d´Or, una empresa colombiana (Airvata) y otra panameña (Airquip Europa), ya ha anunciado que recurrirá la decisión, que califica de “sorprendente” en declaraciones a El País. Aseguran que su oferta era mejor que la su de rival.

De confirmarse la adjudicación, Lavalin con sede en Quebec e intereses en 40 países, gestionará el aeropuerto de Castellón durante 20 años. Percibirá 25 millones de euros a no ser que supere los 360.000 viajeros al año, una cifra que se antoja complicada. El primer plan de viabilidad, realizado en 2003, hablaba de 600.000 pasajeros en el primer año de funcionamiento de la infraestructura.

Aunque el aeropuerto valenciano más concurrido, el de L´Altet (Alicante), presenta buenas cifras, el de Valencia, apenas a 80 kilómetros del aeropuerto soñado por Carlos Fabra, acaba de volver al tráfico de 2005. Sin ayuda estatal hubiera sido difícil privatizar el aeropuerto sin aviones de Castellón, cuya fecha de apertura sigue siendo, aunque más cerca, una incógnita. Las instalaciones, por sorprendente que parezca, aún no cumplen toda la normativa.