Savis de l’horta se cae de la sección oficial. El documental que narra la vida de agricultores y agricultoras de L'Horta de València, y que fue premiado en la II edición del DocsValència en la categoría de Fragmentos de cortometraje, no competirá en el Festival de Cine Independiente de Elche (FICIE). Su autor, David Segarra, se niega a participar porque “el gobierno de Israel está presente en el festival”, asegura en una carta dirigida a este medio.
Con motivo de su 41 edición, el festival ilicitano anunciaba a través de su Facebook a mediados de mayo que había llegado a un acuerdo “con la embajada de Israel en España” para que fuera el “país invitado”. Justo en ese momento, la intervención israelí en la franja de Gaza contra los manifestantes que rechazaban el traslado de la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén se saldaba con medio centenar de palestinos muertos y más de 2.000 heridos.
Esta coincidencia generó una ola de indignación entre los seguidores del FICIE que reclamaron, sin éxito, el boicot a Israel. Posteriormente Podemos Elche, otros colectivos y el movimiento internacional BDS se sumaron a la campaña. Entre las críticas destacaba la del director de cine Àlex Lora, nominado al Goya 2018 al mejor cortometraje documental por The Fourth Kingdom, y ganador del Festival DocsValència en 2017.
Ahora David Segarra da un paso más. En el escrito comienza agradeciendo a la organización que su documental haya sido seleccionado y se muestra consciente de que la participación en el mismo hace que “se abran grandes oportunidades en un festival colaborador de los Premios Goya”.
Sin embargo, más adelante aclara las razones de su declinación. El también reconocido en 2018 con el premio de Fotografía del diario Levante-EMV ha estado varias veces en la Franja de Gaza. En 2014 fue a grabar una película documental. “Allí fui testigo de cómo los francotiradores disparaban a los campesinos que cosechaban en los campos”, asegura. Ese año, el gobierno de Israel acababa con la vida de periodistas, fotógrafos y cámaras, “entre ellos varios documentalistas”, y “2.000 personas” murieron bajo las bombas. “Esto es lo que el régimen le hace al cine, a la libertad de expresión y a la cultura”, añade.
Anteriormente, en 2010, Segarra estuvo como periodista en la Flotilla de la Libertad, un buque que pretendía llevar ayuda humanitaria y romper el bloqueo de Israel. De nuevo, la intervención de sus fuerzas armadas acabó con la vida de diez personas. “Entre ellos estaba un compañero periodista que fue ejecutado de un disparo mientras fotografiaba”, rememora. Cuenta este autor valenciano que él y otros documentalistas fueron secuestrados y que les arrebataron sus cámaras.
El galardonado al mérito cívico por la cartelera Turia prosigue su texto denunciando que el gobierno israelí ya reconoció en 2005 en un medio de comunicación que “las embajadas prefieren invertir más en cultura que en propaganda tradicional”, pues “sirve para promover el estatus y la imagen de Israel”. Es por ello que, entre otras cuestiones, recuerda que el mundo del cine ha destacado en su compromiso en rechazar la colaboración “con la propaganda israelí”. Y pone de ejemplo cómo el festival de cine LGTB de Tel Aviv vio la cancelación de la mitad de sus participantes en 2017 o cómo en Cádiz, “una de las más de 80 instituciones públicas del Estado español declarada como Espacio Libre de Apartheid Israelí, suspendió completamente el ciclo de cine israelí, por el apoyo que el mismo recibía de la embajada de Israel”.
Reacciones
Fuentes del FICIE mantienen a Israel como país invitado en este edición, que comienza el próximo 13 de julio en Elche y ponen en duda que el documental Savis de l’horta esté en la sección oficial de la categoría de Documentales. “Todavía no está cerrada”, esgrimen. Sin embargo, en el Facebook oficial de la organización aparece el trabajo de Segarra junto con 14 propuestas más en una publicación del pasado 2 de junio.
Por su parte, fuentes del equipo de gobierno reconocen a este medio que el alcalde les había pedido a los responsables del festival que “reconsideraran su postura porque iba a traer controversia”. A eso se refiere David Segarra en sus últimas líneas. “Podemos entender también que es difícil ser justo y honesto en este mundo. Y que la sabiduría y la humildad de rectificar no están bien vistas hoy en día. Pero también estoy seguro de que, juntos y juntas, estamos aprendiendo una lección: el cine es vida, el cine es humanidad, el cine es compromiso. Y que lo que el cine no debe ser nunca es propaganda, totalitarismo y muerte”.