El Gran Premio de Europa de automovilismo, para el que se construyó un circuito urbano en Valencia, celebró su primera edición el 24 de agosto de 2008. El día 22 comenzaron los entrenamientos previos. El piloto Felipe Massa ganó la prueba a los mandos de un Ferrari. Cinco ediciones después dejó de celebrarse, lastrado por unos resultados de público y económicos completamente deficitarios.
Con un coste que superó los 300 millones, una década después la Generalitat Valenciana todavía está pagando la deuda y los tribunales instruyen investigaciones sobre la organización de la carrera; sobre la compra por el Gobierno valenciano en 2011 de Valmor, la empresa creada ex professo para simular que era la iniciativa privada la organizadora; sobre las mordidas producidas en la construcción del circuito y los sobornos supuestamente pagados al PP.
Los monoplazas de la Fórmula 1 rugían en las calles de Valencia hace ahora una década. La huella de aquel “gran evento” que Camps pactó con el entonces patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, se refleja en los restos del circuito trazado en el distrito Marítimo de Valencia, los informes policiales sobre corrupción aportados a los sumarios judiciales, las imputaciones a altos cargos y las recientes confesiones de Ricardo Costa, entonces número dos del PP valenciano.
Denuncia a Anticorrupción e investigación judicial
Abierta en 2014 como consecuencia de sendas denuncias a la Fiscalía Anticorrupción de diputados del PSPV-PSOE y de Esquerra Unida en las Corts Valencianes, la investigación judicial, ramificada en varias piezas, ha permitido reconstruir el cúmulo de irregularidades sobre el que se levantó el sueño megalómano de Camps, que anunció la celebración del Gran Premio asegurando que no costaría un euro a los valencianos en vísperas de unas elecciones autonómicas, las de 2007. a cuya victoria por parte del PP condicionó Ecclestone que llegara a realizarse.
La victoria del PP, por amplia mayoría absoluta, se produjo, pero la Fórmula 1 ha costado a las arcas públicas más de 300 millones de euros. Un coste que Camps y el PP escondieron durante años a los ciudadanos, pese a que sabían desde la primera edición que el público y la recaudación estaban muy lejos de cubrir las expectativas y los gastos. La venta de entradas pasó de 78.000 en 2008 (lejos de las 150.000 anunciadas) a 36.000 en 2012.
Según uno de los últimos informes de la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la policía nacional aportados a la causa, en la penúltima edición, la de 2011, el coste de ejecución del Gran Premio ascendía a más de 40 millones de euros sin IVA, “derivados del pago del canon, la superestructura, la infraestructura, la promoción, las tasas y el mantenimiento”. En cambio, “los ingresos estimados oscilarían entre 5,9 y 7 millones de euros”. “Incluso con una situación económica mejor y unas ventas excelentes sería difícil reducir las pérdidas por debajo de los 25 millones al año”, señalaba en un informe confidencial en 2012 Gonzalo Cobert, director del Circuito de Motociclismo de Cheste.
Camps: “Una conspiración contra Valencia”
Pese a ello, Camps declaró ante la juez que desconocía los contratos y cláusulas firmados con Ecclestone, con quien solo habría tenido una relación “protocolaria”, que nunca le avisaron del agujero económico del evento y que su imputación obedece a una conspiración contra Valencia para beneficiar a Catalunya, que organiza en el circuito de Montmeló -ya lo hacía antes de la “ocurrencia” valenciana- el Gran Premio de España.
El sumario constata que la organización de la Fórmula 1 en Valencia no fue obra de la empresa privada creada para ese fin, Valmor Sports, sino de la sociedad pública autonómica Circuito del Motor y Promoción Deportiva, encargada del circuito de motociclismo de Cheste, descartado por Ecclestone como escenario porque ya había una prueba similar en Montmeló. Pero también establece que, a partir de la segunda edición, en 2009, la Generalitat Valenciana se hizo cargo incluso del pago del canon anual a Ecclestone a través de otra empresa pública, Sociedad de Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana. “Las pérdidas del Gran Premio han sido enormes y el gobierno regional les ha prometido ayudarles”, explicaba en uno de los correos redactados en inglés que remitió a Ecclestone en 2009 una directiva de la Generalitat, Belén Reyero, para intentar conseguir una rebaja.
Para acabarlo de arreglar, el Consell, presidido ya por Alberto Fabra tras la dimisión de Camps por su imputación en el caso de los trajes de la trama Gürtel, compró a finales de 2011 la empresa Valmor Sports, asumió su deuda de 34 millones de euros y exoneró de cualquier responsabilidad a sus socios, el empresario Fernando Roig, la entidad financiera Bancaja, el expiloto de motociclismo Jorge Martínez Aspar y el empresario Vicente Cotino.
Un coste de 308 millones
Los actuales responsables de la Generalitat calculan que el coste total de la Fórmula 1, incluyendo la construcción del circuito, fue de unos 308 millones de euros. La cifra la reveló el presidente valenciano, el socialista Ximo Puig, en las Corts Valencianes en un pleno celebrado el pasado mes de mayo. Puig añadió que ese coste equivale a 16.000 empleos para jóvenes o a la construcción de 60 colegios.
Solo en el pago acumulado del canon anual a la empresa de Ecclestone se fueron 103,9 millones de euros sin IVA, desde los 17,5 millones de 2008 a los 26,8 millones de 2012, último año de la competición, lo que arroja un coste medio de 20,7 millones de euros, 24,2 millones si se incluye el IVA, según los minuciosos cálculos de la UDEF.
En la actualidad, la Generalitat Valenciana desembolsa anualmente 7,5 millones de euros para hacer frente a un préstamo de 60 millones de euros derivado de la construcción del circuito urbano cuya liquidación está prevista en 2023.
“Sacó de la chaqueta 150.000 euros en billetes de 500”
Acusado de prevaricación y malversación en la pieza relativa a la contratación del evento, que la Fiscalía Anticorrupción ya ha solicitado que se lleve a juicio, Camps también está imputado en las otras piezas, pero le espetó a la titular del juzgado de Instrucción número 17 de Valencia cuando declaró el pasado junio: “Ya está bien. ¿Cómo se atreve a preguntarme eso?”. Se refería a la supuesta malversación cometida en la construcción del circuito.
La pregunta de la juez era consecuencia de la declaración previa de Ricardo Costa, que fue la mano derecha de Camps como secretario general del PP de la Comunidad Valenciana. Costa, que ya optó por confesar en el juicio sobre la financiación ilegal de los populares valencianos, dentro del caso Gúrtel, explicó a la jueza que empresas encargadas de la construcción del circuito urbano para la Fórmula 1 pagaron comisiones ilegales. Algunos de los empresarios aludidos ya confesaron en el juicio de Gürtel haber financiado ilegalmente al PP.
Según declaró Costa, José Mayor Oreja, que representaba a FCC, una de las empresas que participaron en la construcción del circuito, fue a visitarlo en 2008 y “sacó de la chaqueta 150.000 euros” en billetes de 500 para “la campaña de Mariano Rajoy”. El hermano de quien fue dirigente del PP y ministro del Interior fue despedido en 2013 de FCC después de que su nombre apareciera en los “papeles de Bárcenas” asociado a dos pagos por un total de 165.000 euros a la caja b del PP.